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"En Cataluña hay ahora mucho Durruti sin pistola"

Joaquín Leguina Ex presidente de la Comunidad de Madrid y escritor

"En Cataluña hay ahora mucho Durruti sin pistola" / José Ángel García
Francisco Correal

08 de octubre 2017 - 10:56

-De Melchor Rodríguez ya escribieron Alfonso Domingo o Paul Preston...

-Este libro es una novela, no una biografía o un ensayo. El protagonista no es Melchor Rodríguez; es su hija Amapola. El héroe está detrás, un héroe de carne y hueso con sus virtudes y sus defectos.

-¿Por qué ese escenario?

-Es en el desastre del Madrid quince o veinte días antes de que entren las tropas de Franco. Es Melchor el que entrega la ciudad. No se quiso marchar, como tantos otros. Lo meten en prisión y mucha gente a los que salvó lo salvaron a él. Cuando sale de la cárcel de El Puerto es un hombre doblemente derrotado.

Mucho idiota en este país no sabe que la Primera República fue un desastre y la Segunda una tragedia"

-El palacio, la casa de los Libertos, es ¡Qué bello es vivir! de Capra...

-El palacio de los marqueses de Viana lo vendieron al Ministerio de Asuntos Exteriores. Le quitaron los cortinajes y retratos de pintores viejos. El ministro lo utilizaba para comidas oficiales. Lo visité cuando el ministro era Solana.

-¿Cómo se escribe una novela a cuatro manos?

-Con dos podadoras. Yo escribí la parte del desastre de Annual, de la guerra de África, el comportamiento de los militarotes africanistas es fundamental para la caída de la Monarquía y la llegada de la República, Rubén dijo que estaba bien para un libro de Historia.

-Negrín sale mejor parado en la novela sobre la guerra de Muñoz Molina...

-A Rubén no le gusta nada Negrín y a mí sí me gusta. También discrepamos en el papel de Carrillo. Era el jefe de seguridad de Paracuellos, pero lo de Paracuellos lo sabía todo el mundo. ¿Usted sabe que al padre de Buero Vallejo lo matan en Paracuellos cuando su hijo estaba en el frente con el Quinto Regimiento? Él era comunista y no dijo nada para no manchar el nombre de la República.

-Un cura en la novela. Dicen que Juan Ramón y Antonio Machado se llevaron un susto por confundirlos con sacerdotes...

-Juan Ramón sí tenía pinta de cura. Y Machado vestía fatal, el pobre, con su torpe aliño indumentario.

-¿Por qué aparece Pastora Imperio?

-Paca, la mujer de Melchor, trabajó con ella. Valle-Inclán le pone Pastora Imperio. Se casó con Rafael el Gallo, que la trató mal y la sacó de su oficio. Se divorció en la República y se casó nada más y nada menos que con un primo del Rey. Pastora Vega, que dice ser nieta de Pastora Imperio, podía reivindicar el apellido Borbón.

-¿En Barcelona hay gente con ganas de un 14 de abril?

-Hay mucho idiota en este país, mucho joven que no sé cómo puede ser tan idiota. Toda esa gente que saca la bandera republicana debería conocer la verdad de la Dolorosa. La Primera República fue un desastre; la Segunda, una tragedia. En el primer año de República hay 108 obreros muertos en la calle por las fuerzas de seguridad.

-Seguí y Durruti. ¿Dos modelos de anarquismo en Cataluña?

-El tipo de Salvador Seguí, el Noi del Sucre, no se ve por ningún lado. Ahora hay mucho Durruti sin pistola. La patronal catalana ordena matarlo porque era capaz de ganarle una huelga sin hacer daño a nadie. Preferían a Durruti o Ascaso que a ese sindicalista moderno y buena gente.

-¿El detonante del libro?

-No sabía nada de la mujer de Melchor y a través de Petón conocí a Rubén Buren, su bisnieto. Nos pusimos a trabajar juntos con una doble línea narrativa. Rubén estuvo tres días en el hospital y cuando salió dijo que había que cambiarlo todo, una sola línea narrativa y empezar por el final. Acertó, una novela se tiene que leer fácilmente, ilustrar y entretener.

-¿Por qué es tan importante la leche condensada en la Guerra Civil?

-Como las lentejas en Las bicicletas no son para el verano, de Fernando Fernán-Gómez. Los historiadores de la guerra no hablan de lo que comían los madrileños. Lo que no comían.

-Felipe Sandoval encarna el mal absoluto...

-Pero este hombre, que llenó de cadáveres la Dehesa de la Villa con la excusa del anarquismo, era hijo natural y venía de la miseria. Peor es Agapito García Tadell, sucesor de Pablo Iglesias en la secretaría general de las artes de imprimir. Un ladrón y un asesino.

-¿Qué pasará en Cataluña? ¿Se guía del novelista o del político?

-La realidad siempre supera a la ficción.

-¿Madrid fue de corte a checa?

-Totalmente. En la novela hay muchos libros, y uno de ellos es el de Agustín de Foxá, que describe con una crueldad tremenda la caída del rey. No le caía bien.

-¿Hubo ángeles azules?

-Pero no con el nivel de salvamento del Ángel Rojo.

-Fue concejal de Madrid, como usted...

-Y alcalde durante un tiempo.

-¿La guerra salvó al Atlético de Madrid?

-Eso lo sabrá Petón, que lo sabe todo del Atleti, de Pepín Bello y tantas cosas.

Con el bisnieto del ángel rojo

Joaquín Leguina (Villaescusa, Cantabria, 1941) vuelve a las librerías con Os salvaré la vida (Espasa), libro que ha escrito con Rubén Buren (Madrid, 1974), dramaturgo, músico, pintor y bisnieto de Melchor Rodríguez, sevillano de la CNT que fue director general de Prisiones y salvó la vida de cientos de reclusos. Leguina fue durante doce años presidente de la Comunidad de Madrid, uno de los barones que ha firmado el escrito crítico contra Pedro Sánchez. La obra ganó el premio Alfonso X el Sabio de Novela Histórica.

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