“Andalucía tiene vinos muy originales como los generosos”
Carlo Galimberti | Presidente de Vinoselección
Licenciado en Psicología y Business & Administration por la ESCP Business School de París, ha culminado la profesionalización de la empresa
Carlo recogió el testigo de su padre Massimo Galimberti en 2021 al frent de Vinoselección, Licenciado en Psicología y Business & Administration por la ESCP Business School de París, ha culminado la profesionalización de la empresa, imprescindible en una época de incertidumbre y de auge del canal digital, muy cambiante.
La empresa fue fundada en 1973 por el físico italiano Massimo Galimberti. El club comenzó con un centenar de socios, grandes amantes del vino, cifra que se multiplicó exponencialmente al popularizarse también entre los aficionados.
–Desde el año 1973, cuando empezó Vinoselección, hasta ahora, ¿cómo ha evolucionado el mercado del vino?
–Entonces se bebía un vino de proximidad, como probablemente ocurría con el resto de productos. Trasladar una etiqueta de un lugar a otro era rarísimo salvo en el caso de marcas ultraconocidas como los Paternina, etc. Mis padres, los fundadores de Vinoselección, lo que hicieron en realidad fue traer vinos que a ellos les gustaba tener en casa y cuando lo compartían con amigos, ellos les encargaban. Así empezó la empresa. No ha cambiado nada en esencia, sólo la manera en la que hemos vestido el negocio, adaptándolo a los nuevos tiempos.
–¿Cuántos socios tienen ahora en España?
–Tenemos 170.000.
–¿Cómo buscan los vinos?
–La manera de buscar y sorprendernos con los vinos es prácticamente la misma que utilizaban mis padres. Seguimos adorando encontrar tesoros enológicos y acompañar a las bodegas en el procesos de crear nuevas combinaciones para nosotros (una parte de los 2.600 que tenemos en catálogo son hechos especialmente para Vinoselección).
–¿Cuál es el último tesoro encontrado?
–La colección Thyssen, que es un acuerdo en el que el museo nos cede el uso de las etiquetas con obras de arte que tienen en el museo . Son tres botellas de Ribera de Duero y tres de Rioja que no están habitualmente en el mercado. Son bodegas conocida, pero con una selección de uvas especialmente para nosotros. Vendemos 20.000 cajas de este tipo.
–La selección de uvas hace que las bodegas tengan también que investigar nuevas líneas.
–Llegamos a las bodegas y les proponemos diferentes blends a los que hacemos seguimiento. Nuestro equipo técnico, que está formado por enológos, les visitan continuamente hasta dar con lo que buscamos.
–¿Cómo seleccionan?
– Se catan uno 3.500 vinos a lo largo del año y se seleccionan 2.600. Hay vinos que son permanentes, pero descartas muchos. De diez que llegan ya seleccionados por las bodegas, se quedan dos en el catálago.
–¿Qué tienen los vinos que se quedan?
– No solo es cuestión de calidad. Los vinos que nos llegan son todos buenos. Nos interesa ver qué aportan a nuestro catálogo, qué interés tienen y si están en la línea de nuestro negocio.
–¿Qué tienen los vinos que se quedan?
– Nuestros vinos son hechos para nosotros por las bodegas. Buscamos vinos especiales, los hacemos nuestros con una línea de investigación. Nos quedamos con esa producción durante un año, normalmente lo renombramos.
–¿Hay vinos extranjeros en la colección?
–Italia, Francia, Argentina, la zona de California, Australia, todos estos sitios son productores de vino. Se vende poco vino extranjero. Intentamos impulsarlo, no sólo porque la empresa sea fundada por italianos, sino porque pensamos que una manera de abrir el espíritu es conocer cosas nuevas. Además constantemente hacemos referencia a uvas que proceden del extranjero y a veces es bueno probar cómo se utilizan esas frutas en origen.
–¿Y qué pasa con los vinos andaluces?
– Soy un amante del oloroso y me cuesta muchísimo trabajo encontrarlo fuera de aquí. Ahora tenemos una selección digna y muy por encima de los que se vende en España. El generoso está menospreciado en el mundo pero me haría su abogado defensor de esa zona que está denostada, desconocida, poco apreciada y no se entiende por qué cuando tiene unos vinos muchos más originales que en el resto del territorio y distinguen a España más que otros vinos cualquiera y encima está muy bien de precio.
–¿Qué percepción tenéis sobre vinos tranquilos?
– En España hay 4.000 bodegas funcionantes y cada una de ellas, tres líneas diferentes de vinos, más o menos, salen 12.000 etiquetas de vinos, de las que tenemos 2.600 referencias. Somos conscientes de que tenemos que crecer. Somos los terceros en número de referencias en España. Con esta cantidad sabemos hacia dónde va el público.
–¿Y qué camino sigue?
–Si solo vendiéramos riojas y riberas podríamos reducir nuestra actividad en un 50% pero seríamos rentables. Pero prefiero arriesgar con más referencias diferentes. Los vinos andaluces que vendemos los compran principalmente los andaluces. Es una pena, pero salvo riberas y riojas, los vinos se venden en su propia región. Me gustaría decir que se consumen muchísimo en toda España, pero no es el caso.
–¿Hay denominanciones emergentes?
– Si se comparan 2021 y 2022 se han ampliando el número de referencias que se piden, pero también ha aumentado el número de etiquetas ofertadas, así que tampoco se pueden hacer un estudio. Las clásicas conocidas se llevan la mayor parte de las ventas, entre el 35 y el 40 %.
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