"Mi perro se llama 'Goonie"

Alexis Morante | Director de cine

Alexis Morante.
Alexis Morante. / Julio Vergne

Alexis Morante (Algeciras, 1978) se estrena este año, quizás en el Festival de Málaga, como director de cine de ficción (El universo de Óliver) después de una prolífica carrera que lo llevó a Los Ángeles, donde vivió diez años junto a su esposa, Elisa, y sus hijos, Vega y Leo. De Santa Mónica emigró a Alhaurín de la Torre (Málaga). Anda liado también un documental del reguetonero Ozuna. Tiene el currículo plagado de cortos, videoclips, anuncios y documentales. Tiene en sus vitrinas un Grammy Latino.

–Señor Morante, un honor entrevistar a un célebre torero y simpatizante de Vox.

–Soy todo lo contrario. Ni simpatizante de Vox ni me gustan los toros aunque he rodado cosas relacionadas.

–En Matador on the road Juan Diego es Morante.

–Morante de la Bahía, sí.

–Nació el 12 de octubre del 78, Día de la Hispanidad y año de la Constitución. ¡Menudo españolazo!

–Soy un españolazo, sí. En México y en República Dominicana me lo comentan mucho, español y del Día de la Patria, eso te marca.

–¿Qué dejó perplejo del cine a un niño de Algeciras?

–La primera vez que fui al cine tenía 5 años. Mi abuelo estaba ingresado muy grave en Sevilla y mis padres para aliviar el drama me llevaron a ET. Me evadí de todo y me quedé muy rayado con el cine. Desde ahí todas las películas de los 80, Spielberg siempre por medio, me hicieron amar el cine. Iba mucho al videoclub con mi padre y yo elegía las pelis. Cuenta conmigo (Stand by me) me marcó también. Acabo de rodar El universo de Óliver y se parece mucho.

–Y le encanta Los Goonies.

–Mi perro se llama Goonie.

El universo de Óliver es su ópera prima y llega con 43 tacos. El tortuoso camino de director se asemeja al de un opositor a registrador de la propiedad.

–Cada vez se retrasa más la edad, sólo hay que mirar las nominaciones a director novel en los Goya, suelen tener más de 40. Demuestra lo difícil que es hacer cine de ficción. La Academia no me considera novel porque he estrenado cuatro películas en cine, aunque son documentales. Es mi ópera prima, pero llevo mucho: videoclips, documentales, cortos...

–Una película de un andaluz, actores andaluces, productora andaluza y rodada en Andalucía. ¡Hurra!

–Y nominado en los Premios Carmen (de la Academia de Cine de Andalucía) en su primera edición. El cine andaluz es muy importante como identidad, ojalá lo fuera como industria. Mucha gente que estudia Cine en EEUU quiere tiros, acción, tipo Tarantino. Pero los profesores me empujaron a mirar mis raíces. Les interesaba cómo las historias locales se convierten en universales. Es lo que siempre voy a hacer.

–Creo que tendrá 95 minutos de metraje. ¡Enhorabuena! Uno no es nadie si no le endilga al espectador un pestiño de tres horas...

–Tendrá un poco más. Me cuesta reducir, me pasó con los documentales de Camarón y Héroes del Silencio, pero mi forma de montar una película, muy dinámica y de ritmo, pide que se condense todo. Si es más de dos horas puede llegar a cansar, salvo las bélicas o históricas, pero en la mía la clave es la aventura de los protagonistas y más de dos horas sería larga.

–No le ha hecho caso a Hitchcock en eso de no trabajar con niños ni animales.

–No, y debería porque en mis dos primeros cortos grandes había un montón de niños (Voltereta) y una vaca tirada en la carretera (Matador). En El universo de Óliver hay niños por todos lados.

–Añadía que ni con Charles Laughton...

–Eso es imposible. Yo trabajo con Salva Reina.

"Me encantaría hacerle un documental a Rosalía y desde aquí hago un llamamiento para proponérselo"

–¿Tanto monta, monta tanto, un corto como un largo?

–No, totalmente distinto. El summum del corto lo alcancé con Bla bla bla, el que tenía menos pretensiones: se rodó en un día, ejecutas una idea de la mejor forma y condensada, cuentas un montón de cosas en tres minutos con un giro. Es perfecto. Un largo está superestudiado: estructura narrativa larga, tramas, evolución dramática... Es otra historia.

–Estudió Derecho con poco aprovechamiento. ¿Por qué tantos jóvenes se aparcan en la universidad?

–La universidad no garantiza el trabajo. Antes se decía que esto o aquello tenía muchas salidas y ya no. No me dio la nota para Comunicación y me metí en Derecho, pero lo aproveché. Hice el primer ciclo y el segundo de Publicidad en Jerez. Ser licenciado abre puertas: por la beca Talentia me fui a EEUU. Recomiendo estudiar. El título ayuda.

–Alejandro Sanz, Camarón y Héroes del Silencio han protagonizado documentales suyos. ¿De cuál es más fan?

–De Héroes del Silencio. Me fascinó desde pequeño. No me creo aún haber hecho un documental a estos artistas, son mitos de España.

–Ha trabajado mucho con Bunbury. El cachondeo padre, vaya, porque parece más serio que El Viti.

–No lo es, no lo es.

–Una amiga dice que no tiene arrugas por no sonreír.

–Las estrellas del rock, y Bunbury lo es de verdad y de las pocas que quedan, tienen un aura que impone; no sabes si te va a pegar con el micro o te va a dar un abrazo. Tenemos una relación muy estrecha y es encantador, no le parecería para nada la imagen que usted tiene de él.

–¿No le seduce dirigir un documental de una mujer?

–Me encantaría a Rosalía. Me apoyó cuando fui nominado a los Goya por Camarón. Desde aquí hago un llamamiento para proponerle un documental...

–Ganó un Grammy Latino por Sanz: lo que fui es lo que soy y dice del cantante que es el rey Midas. ¿No se ofenderá Julio Iglesias?

–No, Alejandro Sanz es más rey Midas que Julio Iglesias, quien tiene otro documental interesante. Alejandro Sanz acaba de sacar un disco y otra vez es el número uno, todo lo que toca lo convierte en oro.

–Tiene mano con él: ¿me da su móvil para una entrevista?

–Cambia a menudo...

–¿Alguna queja con Bla bla bla por convertir a tres personas con síndrome de Down en atracadores?

–Al contrario. No hubiera asumido ese riesgo si no tuviera tan cerca a personas de ese colectivo. Mi tía es la fundadora de dos centros en Algeciras y mi hermano, director de uno; los conozco a todos desde pequeños. Y sé las ganas que tenían de ser atracadores y tener pistolas.

–Querían ser malos.

–Sí, al Ponce le dije que estuviera tranquilo porque le íbamos a dar una metralleta y la iba a liar.

–Fue muy celebrado el anuncio que dirigió de Royal Bliss. Pero todo el mundo pide Schweppes.

–Está amarga, sí, pero la culpa no es mía y mi familia entera pide Royal Bliss. Yo he cumplido.

–A la tercera va la vencida y barrunto que ganará el Goya con Héroes: Silencio y Rock & Roll. ¿Me incluye en los agradecimientos?

–Claro que sí, hombre, haré uno general: "Agradezco a todos los andaluces…".

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