Alba Carmona: "No soy una cantaora sino alguien que canta"

Cantora

La compositora e intérprete catalana publica su segundo compacto, 'Cantora', una mirada a sus orígenes y una vuelta a la música tradicional

"Es una pena que aún sorprenda ver a un grupo sólo de mujeres"

Alba Carmona y Jesús Guerrero presentan este viernes en Santa Catalina su disco 'Cantos y toques'

La artista Alba Carmona.
La artista Alba Carmona.
Tamara García

02 de enero 2024 - 05:00

Cádiz/La voz de Alba Carmona (Barcelona, 1984) se dio a conocer para el gran público en Las Migas y en diferentes proyectos de flamenco y jazz para despegar en solitario en 2018 con un primer álbum de título homónimo. Pero es en este reciente Cantora donde la intérprete y compositora ha conseguido “el sonido” que le gustaría “seguir explorando”. “Espero que en este 2024 se dé esa posibilidad y la ocasión de buscarlo en directo”, desea la artista que ya tiene asegurado el broche de oro para el nuevo año, un concierto en el Lincoln Center de Nueva York.

–¿Cantaora o cantora?

–Cantora, es como me siento y es el nombre de este disco porque es una palabra que identifica mucho mi forma de cantar. Hace referencia al canto en general y no tanto a un estilo específico. Yo empecé estudiando flamenco pero no me considero una cantaora, lo que sí me considero es alguien que canta aunque haga muchas cosas de género tradicional. Cantora es también alguien que canta y cuenta, y me siento cómoda ahí.

–¿Y qué quiere contar?

–Pues mis inquietudes musicales y mis raíces. En este disco, gran parte compuesto por mí a Jesús Guerrero, hay muchos temas que parten de la música popular, que es la música y la poesía que más me gustan, están muchas de esas canciones que uno aprende desde pequeño y lo acompañan toda la vida y también composiciones propias. Hay un rezo, una canción de cuna, hay amor, desamor, una canción de brujería... Cuento muchas cosas pero desde esa misma necesidad social de la música popular de contar qué pasa en los pueblos. Esa es la manera de componer que me gusta y trasladarla a melodías muy cantables, a coros, y aprovechando también las herramientas que nos ofrece la tecnología pero sin ser música electrónica.

–¿Han sido 2 o 3 años macerando este trabajo?

–Casi tres. Ha sido un proceso largo, lento e intenso. A veces las cosas fluyen muy rápido y otras veces, como en esta ocasión, parece que la música necesita más tiempo. De hecho, en esta etapa en la que vivimos, que todo va tan rápido, este disco me ha enseñado a todo lo contrario, a ir lento, a revisar todas mis decisiones varias veces. He tenido que mezclar el disco varias veces, regrabar algunas cosas... Y lo agradezco porque ahora le veo todo el sentido del mundo. Esto empezó en la pandemia, con el primer tema que abre el trabajo, Yo canto, y a partir de ahí empecé a dibujar lo que sería este disco que al final me ha enseñado que necesitamos tiempo para digerir, para escuchar, para entender.

–Hay en ‘Cantora’ varios idiomas, ¿por qué?

–Pues yo que he estudiado músicas populares de diferentes partes del mundo, encuentro un nexo común en la manera de sentir del pueblo. Da un poco igual el idioma en el que hablemos porque las necesidades de las personas, da igual la raza, da igual el lugar de procedencia o el idioma, suelen ser las mismas, nos sentimos de la misma manera. Y yo me he ido topando con estas canciones en siciliano, en gallego y en catalán y me parecía algo muy orgánico integrarlas en el disco porque son historias que me han llegado muy adentro y para mí representaban muy bien lo que necesitaba expresar en este trabajo.

–Por ejemplo...

–Pues Alalá de Muxía, que es una historia preciosa que conocí estando en Galicia, además de que me permite la colaboración con dos músicos gallegos impresionantes, Dos Salitres, me permite contar un rezo a la virgen del Mar, la patrona de Muxía, que hacían las mujeres que esperaban a sus maridos que volvieran de la mar. Esta canción me acompaña desde hace mucho tiempo y es ese tipo de historia, ese tipo de rezo, que todos sentimos la necesidad de hacer en algún momento dado. Luego hay una canción en catalán que habla del amor y que es una de las primeras canciones que yo compuse. Esa canción forma parte de mi lengua, yo soy catalana, nací en Cataluña, me he criado toda la vida en Barcelona, estudié allí mi carrera y estuve muchísimos años viviendo y he cantado muchas cosas en catalán, y para mí es como otra forma de expresarme dentro de la música en un idioma que me hace sentirme en casa. Y luego está una canción siciliana, entre el vals y el amor desgarrado, de Rosa Balistreri, que es una mezcla entre una cantaora y Chavela Vargas, y cuya voz me atrapo desde el primer momento porque pensé, qué fuerte, estamos hablando de otra región, de otra parte del mundo, pero estamos con una expresión casi idéntica.

–Hablaba de volver al origen, es usted hija de padres andaluces...

–¡Sí, mis padres son de Málaga, de Antequera! Ellos se fueron muy jóvenes a Cataluña, recién casados, y yo nací en Barcelona y allí hemos vivido siempre una mezcla muy interesante porque en Barcelona hay muchas personas que, como mis padres, llegaron desde Andalucía a trabajar. Yo he tenido la inmensa suerte de vivir con toda la cultura catalana y mucho de la andaluza porque mis padres se rodeaban constantemente de andaluces como ellos que hacían posible que viviéramos allí su cultura. Yo crecí bailando, en un grupo rociero, tuve la suerte de vivir esa riqueza, todo lo que nos ofrecía la tierra catalana y la cultura andaluza.

–Y ahora vive en el Sur

–Vivo en San Fernando (Cádiz) de hace un tiempo. Hace mucho que me vine al Sur a vivir, primero me vine a Sevilla y luego tuve al niño y nos vinimos a San Fernando y muy estoy feliz porque hay una calidad de vida impresionante y una cultura maravillosa que también siento muy cercana. Me encanta la luz y el ritmo más pausado porque Barcelona ofrece un ritmo muy constante pero muy innecesario a veces. Además, voy mucho a Barcelona, no pasa un mes sin que vaya así que vuelvo a tener lo mejor de los dos lugares.

–Por favor, contésteme, qué hay en ESMUC que tanto artista brillante ha dado

–Pues creo que es una mezcla de todo, de gente que viene de todo el mundo, de un profesorado buenísimo y en activo que son referentes y cómo está configurada la enseñanza, tan diversa. Cuando yo empecé la carrera yo hacía flamenco y me quería dedicar al flamenco pero, de repente, te metes en un sitio donde hay una oferta estimulante, una cantidad de músicos jóvenes, con ganas de hacer y crear, es como una especie de laboratorio donde además de estudiar las asignaturas tienes una convivencia directa con la música, teníamos unas ganas increíbles, de juntarnos en jam sessions, de hacer proyectos, al final es como una cantidad de alimento constante que hace que tus ganas se diversifiquen y avances muchísimo.

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