La ventana
Luis Carlos Peris
Realidad tras unos sueños infundados
Endesa y la Fundación Juan XXIII avanzan en la inclusión de personas con discapacidad al amparo del nicho de oportunidad que las energías renovables suponen en las zonas rurales.
Las plantas renovables se ubican en entornos rurales donde se cuenta con los recursos naturales del sol y el viento y el espacio para ejecutarlos. El desarrollo de estas tecnologías y la necesidad de acelerar la transición energética está permitiendo que entornos rurales que hasta ahora habían sufrido mayor despoblación, vuelvan a tener actividad económica, ya que se necesita mano de obra especializada para la construcción y el desarrollo de estos proyectos.
Endesa, a través de su filial renovable Enel Green Power España, es consciente de esto, por lo que desde el momento en el que diseña sus proyectos lo hace con la firme convicción de permanecer en la zona y ser un actor más que genere riqueza, empleo y desarrollo. Por este, motivo hace dos años, junto con Fundación Juan XXIII, puso en marcha un plan formativo para favorecer la inclusión de personas con discapacidad en este nuevo marco laboral en auge. El objetivo es facilitar su posible incorporación en trabajos medioambientales asociados a plantas fotovoltaicas.
Los cursos denominados Compost-IN, compostaje inclusivo, dieron inicio el pasado año y en este periodo de tiempo se han llevado a cabo 21 ediciones en las que se ha formado a 330 alumnos procedentes de Islas Baleares (26), Aragón (64), Murcia (34), Extremadura (32), Andalucía (110) y Castilla-La Mancha (64).
En Andalucía estos cursos de formación se han impartido de la mano de entidades como Adipa, rolaya, Inclusión Activa, F. TAS, F. La Casa Grande, Faisem, y UNEI, en Málaga (Antequera), Sevilla (Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas, Brenes y en la capital), Granada (Iznalloz) y Huelva.
Esta formación ha permitido, a los alumnos que la han ido completando, que seis meses después de su acreditación el 39% de ellos haya conseguido un empleo, el 8% de los cuales en las instalaciones renovables.
“Estas cifras poco a poco nos muestran la efectividad de esta iniciativa”, ha señalado Ada Fiteni, responsable de Sostenibilidad de Endesa, quien ha señalado que “seguimos trabajando en estas zonas donde desarrollamos nuestros proyectos porque queremos ser un actor más en los entornos rurales y ayudar a la integración de un colectivo tan vulnerable como las personas con discapacidad”.
Alberto Muñoz, director del Centro de Formación para el Empleo de Fundación Juan XXIII, ha indicado que “gracias al apoyo de Endesa, estamos formando a personas con discapacidad intelectual a lo largo de todo el territorio nacional, aumentando su empleabilidad y situándolas en el centro de los procesos de la economía circular y de las energías renovables”.
El curso forma parte de las actividades de formación que lleva a cabo Endesa en todas aquellas áreas donde construye instalaciones de generación de energías limpias. Además del material didáctico, a los alumnos del curso se les ha hecho entrega de un kit de material imprescindible para llevar a cabo las tareas de compostaje, así como una desbrozadora, una trituradora profesional y los EPIs (equipos de protección individual) necesarios para llevar a cabo estas tareas. Todo ello, con el objetivo de poder seguir aplicando lo aprendido, tanto en sus instalaciones como en los posibles trabajos que se deriven por esta formación.
El contenido de esta actividad formativa está compuesto por un total de 99 horas, de las cuales 37 son prácticas.
Esta iniciativa contribuye al cumplimiento de 10 de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la mejora del uso de los medios digitales por parte de las personas con discapacidad.
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