La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Patrimonio
Su nombre se ha repetido en los medios de comunicación los últimos días. Fuensanta de la Paz Calatrava tiene ante sí uno de los cometidos más importantes en el patrimonio de la religiosidad popular andaluza. Será la encargada de restaurar la Virgen del Rocío, una imagen de devoción universal en la que cualquier intervención realizada con anterioridad se ha llevado a cabo con suma discreción y sin que trascendiera a la opinión pública. Tal responsabilidad fue refrendada el pasado domingo en el cabildo convocado por la Hermandad Matriz, donde los almonteños respaldaron la propuesta presentada por la junta de gobierno que preside Santiago Padilla. Era la primera vez que se celebraba una cita de estas características para abordar el estado del icono mariano.
Casi medio siglo de experiencia en el ámbito de la restauración y la conservación la avalan como una de las principales profesionales de una labor en la que los criterios técnicos y artísticos han cambiado notablemente desde que comenzó a ejercer la profesión. En su día a día, Fuensanta de la Paz convive entre cuadros y tallas de primer orden. Su referencia es habitual en reportajes sobre la puesta a punto o la investigación del patrimonio andaluz.
Este periódico se hacía eco en noviembre de 2017 de la restauración que esta profesional había acometido en el cuadro de la Virgen de la Servilleta, una de las obras más conocidas de Murillo. Tal cometido lo desempeñó como jefa del departamento de restauración del Museo de Bellas Artes de Sevilla, cargo que ostenta desde 1998.
Dos años después, Fuensanta de la Paz volvía a protagonizar otra información en este periódico, cuando se dio a conocer la participación del Cristo de la Clemencia (también llamado de los Cálices) en una exposición sobre Martínez Montañés que acogió el referido museo. En una de las fotos que ilustraba el reportaje aparecía la restauradora realizando labores de limpieza y puesta a punto de este crucificado (uno de los hitos en la imaginería del XVII) que se venera en la Catedral. La intervención sobre obras de Montañés ha sido una constante en su carrera profesional. Unos trabajos que la han convertido en una especialista en el legado de este genio del barroco.
A sus 73 años de edad continúa su actividad con el mismo ímpetu que el primer día. Su nombre figura en la primera promoción de restauradores que salió de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, una aportación académica de gran trascendencia en la década de los 70. Desde entonces, Fuensanta ha asistido a los numerosos cambios y mejoras que ha experimentado su profesión. Muchos criterios que se aplicaban cuando aún estudiaba la carrera se encuentran hoy en entredicho y superados por los que están en vigor en la actualidad, lo que ha obligado a los profesionales de su época a una continua adaptación. Su estreno en la restauración de imágenes sagradas fue mayúsculo: la Esperanza Macarena, debido a su condición de alumna de Francisco Arquillo.
Luego le sucedieron muchas más intervenciones de este tipo en el tiempo. Entre ellas, ha de destacarse su participación en algunas restauraciones tuteladas por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), como la que se acometió a mediados de los 90 en la imagen de Jesús del Silencio en el Desprecio de Herodes, un trabajo que no estuvo exento de polémica debido a la blancura con la que se repuso al culto el titular de la Hermandad de la Amargura. La propia Fuensanta ha reconocido en más de una ocasión no ser partidaria de este tipo de limpieza a fondo que anula por completo la pátina que el tiempo ha dejado en las imágenes que reciben culto.
En el ámbito rociero, en 2017 se encargó de restaurar una de las reproducciones más importantes de la Blanca Paloma, la que preside el simpecado de la Hermandad de Triana. Dicha miniatura -que en el arrabal sevillano recibe el nombre de La Chiquitita- es obra de Antonio Castillo Lastrucci. Estos trabajos estuvieron supervisados por el IAPH.
La vinculación de Fuensanta con la patrona de Almonte no se inicia con la reciente designación para su restauración. Viene de años atrás, pues ha sido la experta de cabecera a la que ha acudido la Hermandad Matriz para cualquier consulta o supervisión sobre el estado de la sagrada imagen. Esta relación y la importante trayectoria que la avala como restauradora de obras de arte la han convertido en la especialista idónea para afrontar este importante cometido. A su amplio currículo hay que añadir otra cualidad personal, la suma discreción que sabe guardar en todo trabajo que se le encarga. Valor que en este caso tan especial se eleva al cubo.
También te puede interesar
Lo último
1 Comentario