Giro de Beltrán Pérez en el tercer debate en 24 horas

Elecciones municipales en Sevilla

El PP rebaja el tono con el que arrancó la campaña y elige una táctica más conciliadora, parecida a la de Espadas

Serrano y Pimentel ganan soltura

Los cinco candidatos junto al moderador en el paraninfo de la UPO.
Los cinco candidatos junto al moderador en el paraninfo de la UPO. / Antonio Pizarro
María José Guzmán

16 de mayo 2019 - 00:12

Los candidatos a la Alcaldía de Sevilla no aprobaron el examen del Club de debate de la Universidad Pablo de Olavide. El tercero en 24 horas en esta campaña para las elecciones municipales. Ninguno de los alcaldables tuvo ni la oratoria ni las propuestas que esperaban los estudiantes, que se quedaron con ganas de sangre. Ni la hora ni la temperatura acompañaron en el campus y en el paraninfo casi había más militantes y simpatizantes acarreados por los partidos que público estudiantil. Aplauso más que moderado al final y algún grito, pero para reprochar el formato del debate, que no dio la posibilidad a los asistentes de intervenir. Guiños de Susana Serrano.

La candidata de Adelante Sevilla destacó por su frescura para plantear el debate. Ni un sólo papel, frente a una candidata de Vox, Cristina Peláez, que casi no levantó la vista de sus apuntes, llegando a marcar con el dedo mientras leía su programa. Y el alcaldable de Ciudadanos, Álvaro Pimentel, progresó más de adecuadamente en el tercer debate en las últimas 24 horas. Desapareció su bloqueo, casi miedo escénico del primer encuentro en Canal Sur, pero se quedó a ratos perdido en el mundo naranja en el que se refugia de la confrontación y los tiras y aflojas de los viejos partidos.

La principal sorpresa de la soporífera tarde la dio Beltrán Pérez y, precisamente, porque en un intervalo de cinco horas cambió de registro y acudió a debatir con un tono moderado, conciliador, en la línea del socialista Juan Espadas, que en algunos momentos llegó a ser incluso demasiado bajo.

¿Cambio de estrategia o simple cansancio? Cualquiera de las dos respuestas debe preocupar a una candidatura. Alterar la táctica a estas alturas de la carrera no parece lo más lógico, pero queda todavía mucha campaña por delante para que un candidato parezca desfondado.

Beltrán Pérez dialoga con Juan Espadas y Álvaro Pimentel, en presencia de Susana Serrano.
Beltrán Pérez dialoga con Juan Espadas y Álvaro Pimentel, en presencia de Susana Serrano. / Antonio Pizarro

Lo cierto es que el debate, en el que la juventud debería de haber sido el tema central, resultó reiterativo. El anuncio más llamativo lo hizo el alcalde: la concesión de una subvención para un proyecto que permitirá instalar wifi de gran velocidad en toda la ciudad. Y tanto el candidato de Ciudadanos como el del PP saltaron raudos a atribuirse parte del mérito de esta medida. “Ustedes las pedirían pero pero quien ha elaborado el proyecto y logrado la subvención soy yo”, apuntó Espadas.

Los alcaldables hablaron del Metro, menos de los que los estudiantes temían que lo hicieran, también de la red de carriles bici, de la tarjeta multitransporte y de la necesidad de reservar viviendas públicas para menores de 35 años. Espadas vendió la fórmula de coliving y cohousing que contempla el proyecto puesto ya en marcha junto a las naves de Renfe de San Jerónimo. Y Susana Serrano rescató el proyecto de la asociación de jóvenes arquitectos Entreadoquines para dar vida a la Gavidia “sin necesidad de convertirla en un hotel, como todos los partidos menos nosotros han apoyado”, apuntó.

Las chispas saltaron en más de una ocasión entre los extremos. La coalición de izquierdas y el partido de Santiago Abascal, “la señora de Podemos o Podemas o lo que sea”, en boca de Cristina Peláez, y la “señora de Vox, voza o la Falange”, en palabras de Susana Serrano. Tensión que sirvió para despertar al auditorio.

Vox asegura, sin rubor, que ni el feminismo, ni la memoria histórica ni el cambio climático preocupan a los sevillanos

Peláez fue quién provocó más comentarios (por lo bajo a petición del moderador) a la hora de exponer sus propuestas. Sin complejo alguno y quizás sin medir la naturaleza del auditorio, la candidata de Vox aseguró que en sus visitas a los barrios, en la precampaña, en Pino Montano, en Los Bermejales o en la Macarena les preguntaron a los vecinos si estaban preocupados por el feminismo, la memoria histórica, la brecha salarial, el cambio climático o la ideología de género y que la respuesta fue en todos los casos que no, que les preocupaba el soterramiento de la ronda norte, la droga, la inseguridad y la falta de limpieza.

Serrano mostró su indignación y Espadas aconsejó a la candidata de Vox que no se pasee mucho por Sevilla diciendo eso. “Qué peligro tiene, se ha cargado principios y valores asentados en la Constitución d eun plumazo y sin despeinarse”, apuntó el alcalde preguntando a Beltrán Pérez que aclare si va a gobernar con Vox.

Hubo más revuelo antes de iniciarse el debate, que empezó con un retraso de más de media hora y alguna protesta por los turnos de intervención, que fueron sorteados, que durante él. Tanto que los estudiantes del club apuntaron en las redes que a los candidatos les hace falta más de uno.

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