Análisis local del 23-J
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Todo tiene su tiempo y Juan Espadas sabe que ahora toca acelerar. En su mente está ya la organización de su nuevo gobierno, pero primero tendrá que tomar posesión de su cargo como alcalde. El Pleno de investidura será el 15 de junio y, dos semanas después, se aprobará la estructura del mandato. No hay agobio por cerrar este capítulo, pues hay que esperar que se cumplan los plazos, pero sí hay ya una agenda urgente que encabeza la necesidad de aprobar las cuentas municipales, prorrogadas en este año electoral por la falta de acuerdo político en el Pleno el pasado mes de febrero.
Contar con un presupuesto municipal es clave para que el programa de gobierno pueda continuar. La hoja de ruta de Espadas está definida y, según asegura, se trata de reforzar algunas políticas que no han dado el resultado esperado y abrir nuevas oportunidades. Su “obligación”, según considera, es llegar a acuerdos con el resto de fuerzas políticas. Al menos, con una de ellas, pues necesita el apoyo de tres concejales más para sacar adelante sus proyectos. Si finalmente no hay pacto, todo será muy difícil. La oposición ya tumbó el proyecto de presupuestos de Espadas este año, lo que obligó a prorrogar las cuentas, una circunstancia que ha lastrado cualquier posibilidad de nueva inversión y ha obligado a desviar partidas presupuestarias para hacer frente a los gastos de personal, el capítulo I.
¿Está paralizado el Ayuntamiento por este motivo? No del todo, porque las cuentas están prorrogadas y han ido detrayendo dinero de un lado y otro para poder seguir funcionando. Así han movido partidas para hacer frente al pago de las 35 horas semanales y la subida salarial acordada, también para la jubilación anticipada de policías locales. El interventor municipal ya advirtió en un informe que el bloqueo de las cuentas obligaría a liberar 30 millones de euros para esos cometidos.
Seis de los trece concejales del gobierno debutan en este mandato, lo mismo que le ocurre a la mitad de la oposición; en Vox y Cs todos son novatos
Lo que no se pueden programar son inversiones nuevas y hay, por ejemplo, obras prioritarias en colegios que no han podido empezar. ¿Y cómo se están haciendo otras? Si son proyectos que están financiados con préstamos, ésa es la condición, hay una operación que permite la incorporación de remanentes. Es una maniobra permitida y que se ha convertido en la tabla de salvación para la Gerencia de Urbanismo, por ejemplo. También están autorizadas las modificaciones presupuestarias (sobre las cuentas prorrogadas). Esto explica por ejemplo que la pasada semana se aprobara un suplemento de crédito a la Orquesta Sinfónica de Sevilla.
La falta de presupuesto sí afecta también a las subvenciones nominativas. Mientras no se aprueben no se pueden firmar más acuerdos y eso afecta a servicios prestados por asociaciones del área de bienestar social y también cultural. Festivales como Nocturama o Fest están en al aire hasta que no haya luz verde a un nuevo presupuesto. Y en el caso de Circada, que se organizaba mediante esta fórmula de subvención nominativa, se ha optado por otra vía: la contratación directa de los artistas. Y en el caso de los programas de empleo cofinanciados el pago se ha podido ver retrasado.
La ausencia de cuentas no supone un drama para el gobierno, pero sí obliga a buscar continuamente soluciones. En cualquier caso, a estas alturas del año, el proyecto presupuestario que apruebe la nueva corporación será un documento de urgencia, nada político. Y, en el hipotético caso de que se aprobara provisionalmente antes del verano, no sería definitivo hasta septiembre u octubre. Se habría consumido el año. El PSOE centrará el esfuerzo en el diseño de la nuevas líneas de las cuentas para 2020 y, hasta entonces, no habrá nuevas inversiones.
Espadas llegó en 2015 a la Alcaldía con un plan de atención a las emergencias sociales y de mejora de los servicios públicos. El escenario es otro pero la oposición ya se ha encargado, y se supone que seguirá haciéndolo, de exigir mayores prestaciones en estos ámbitos. Que la ciudad está sucia es un clamor. También que el servicio de Lipasam necesita reorganizarse. Propuestas al respecto había en todos los programas electorales y, con más o menos presión, lo lógico sería que el PSOE metiera mano a este asunto.
Hay más. El análisis de los resultados electorales revela cómo el crecimiento del PSOE ha estado en los feudos del PP, mientras que el crecimiento ha sido nulo en los territorios socialistas. Así, la diferencia es hasta del 87% con respecto a 2015 en Los Remedios, mientras que en Nervión y el Casco Antiguo, el PSOE ha cosechado un 61% y un 63% más de votos, respectivamente. Un escenario que echa por tierra la creencia, instalada también en el equipo de Espadas y en el partido, de que cualquier cosa que el PSOE haga en esos bastiones de la derecha no sirve de nada.
Esta nueva realidad contrasta con el estancamiento del voto en los barrios de izquierdas, como es el caso de Cerro-Amate, donde el incremento ha sido testimonial: 182 votos más, un 1%. El crecimiento ha sido algo mayor en los territorios que el PSOE recuperó en las pasadas elecciones municipales, como Bellavista y Triana. Hay una correspondencia clara: a más voto conservador, más voto prestado a Espadas.
El alcalde convence claramente al electorado del centroderecha, para pesar de partidos como Adelante Sevilla, que asegura que es el extremo en el que se siente más cómodo. Espadas atribuye el comentario a una estrategia para acaparar al electorado de izquierdas, pero es consciente de que su título de político de consenso le permite moverse con soltura y por igual entre la izquierda y la derecha. Un argumento más para seguir gobernando sin mayoría absoluta sin tener que encontrar el apoyo necesariamente siempre en el mismo platillo de la balanza.
Lo que sí necesita el nuevo gobierno es encontrar un punto de encuentro en las políticas de movilidad. La reivindicación del Metro será uno de los caballos de batalla del mandato, como ya se ha apuntado durante la campaña, pero el PSOE insiste en la alternativa del tranvía, que quiere llevar hasta el interior de un centro mucho más peatonal. Un eje que iría desde la calle Baños hasta Ponce de León.
Optar por una de estas dos vías urge desde hace tiempo. No es una cuestión que se vaya a resolver en cuestión de meses, pero el gobierno sí debería definir una postura firme cuanto antes.
El mes de junio será, sin duda, clave para poner en funcionamiento el nuevo gobierno y en eso se van a gastar prácticamente todas las energías. El verano vendrá bien para el rodaje de los ediles que se estrenan en la corporación. Prácticamente la mitad del gobierno de Espadas no tiene experiencia en el Ayuntamiento de Sevilla y en la oposición, 10 de los 18 ediles que forman parte del resto de grupos, tampoco. El inicio del nuevo curso político se irá en trámites.
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