¿Ubrique o Jubrique? ¿Cómo se pronuncia, Teresa?

Pespuntes electorales

Los Kichi de Cádiz se van y nos dejan como legado Adelante, un partido defensor de los aborígenes andalusíes

Teresa Rodríguez y José María González se besan la noche de la primera victoria del hoy alcalde de Cádiz.
Teresa Rodríguez y José María González se besan la noche de la primera victoria del hoy alcalde de Cádiz. / Fito Carreto

Adelante Andalucía nos ha dejado en la campaña electoral de Dos Hermanas un transcriptor del español al andaluz, donde se puede consultar la grafía de nuestros gentilicios. Así, Jesulín y Modesto Barragán son hubriqueños, con la hache aspirada, jubriqueños, por tanto, con lo que cabe preguntarse cómo se llamarán los de Jubrique, que es un pueblo no muy distante de Ubrique, pero en la Sierra de Ronda de algo menos de 600 habitantes. Los Kichi, los Clinton de Cádiz, el alcalde José María González y Teresa Rodríguez, se marchan en estas elecciones municipales, pero nos dejan como legado este partido defensor de los aborígenes andalusíes denominado Adelante Andalucía, llamado a restar votos a la macedonia de la izquierda e impulsor del histrionismo como último recurso de supervivencia.

Kichi dejará de ser alcalde de Cádiz, y nadie se atreve a pronosticar qué sucederá en la ciudad, si gobernará su sucesor, David de la Cruz, el candidato del PP, Bruno García, o el socialista Óscar Torres, los tres buenos chavales, pero insípidos como el pescaíto en blanco que te ponen en el Puerta del Mar. Cádiz no es una ciudad tan alocada como pudiera deducirse de su ingenio. Como ha contado el periodista Paquiño Correal en este diario, es junto a Málaga y Valladolid, la ciudad más conservadora en cuanto a elecciones municipales, sólo ha tenido tres alcaldes en este período democrático. Un socialista, Carlos Díaz; una popular, Teófila Martínez, y un anticapitalista, José María González, Kichi. Como en Málaga, con Pedro Aparicio, la dirección socialista reveló a su regidor en una maniobra torpe y duradera para no volver a gobernar más.

Los tres candidatos gaditanos son buenos chavales, ninguno de ellos sería un mal alcalde, pero sus perfiles son los del pomo de una puerta, y eso que los tres partidos tenían otras alternativas. El PP podía haber elegido a Cossi, pero la factótum del PP gaditano, que sigue siendo Teófila Martínez con sus chicos, no lo quería por no pertenecer a ese núcleo, así que optaron por Bruno, que hasta hace unos meses residía en su Jerez natal. El PSOE debía haber nombrado a Pepe Pacheco, delegado del Gobierno en Cádiz, pero el tipo es tan responsable que le temía a Cádiz y a su partido. Y con razón. Kichi también pudo dejar a Lola Cazalilla, prefirió a David, a quien se debe que Adelante sí concurra a las elecciones en Cádiz con Izquierda Unida, a diferencia de lo que ocurre en el resto de Andalucía.

En este contexto de caldito en blanco, resalta la candidatura de Ismael Beiro, que viene a ser lo que se conoce como un cara de Cádiz, un tipo simpático, con rostro de hormigón y, a la vez, tan calculador como para resultar vencedor de la primera temporada de Gran Hermano. Quizás salga de concejal. En cuanto a Vox, casi no cuentan en la capital, aunque Manuel Gavira, portavoz en el Parlamento andaluz, es un tipo hábil. Pero aspira a más, quizás sea cabeza de cartel en las próximas elecciones generales.

Así que en Cádiz puede gobernar otra vez la izquierda si suma con el PSOE más que Bruno García, o que el PSOE obtenga más votos que David de la Cruz y haya alcalde socialista. O que el PP logre la mayoría absoluta, y Bruno se haga con el bastón de San Juan de Dios. El pronóstico es muy complicado.

¿Qué deja Kichi en Cádiz? ¿Un carril bici pagado por la Junta? En su favor, hay que apuntar que no ha hecho nada dañino, la ciudad ha atravesado una profunda crisis de identidad económica desde los años ochenta, cuando se comenzaron a marchar a otras poblaciones de la Bahía las familias con trabajo. Siempre a la espera de reeditar su pasado industrial, se ha desangrado en población, aunque durante este mandato ha descubierto que del turismo también se puede vivir, que abren hoteles y restaurantes, que llegan crucero y que Cádiz es la joyita del Atlántico, aunque eso sean reçetâs neoliberalê de lô gobiênno del Partío Populâh y der PÇOE.

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