Análisis local del 23-J
La carta de Sanz no será para Feijóo
Elecciones municipales Sevilla
La Feria de Sevilla ha sido siempre un territorio libre de propaganda. Las reglas de este juego se fijaron en 1981 a través de una ordenanza que se ha ido adaptando a las necesidades del momento a lo largo de las tres últimas décadas. Hay dos artículos, el 98 y el 99, que expresamente prohíben "en el primer cuerpo de la caseta el uso de cualquier elemento publicitario, bien sean carteles, farolillos o banderas con inscripciones propagandísticas de ningún género". Las limitaciones no sólo están centro del recinto, también en su entorno. ¿Y qué se entiende como tal? Un radio de un kilómetro donde no se permite "ninguna instalación de publicidad sobre soporte humano o mecánico, de tipo móvil o estático, que no formen parte del mobiliario urbano de la ciudad".
Son normas para evitar que la Feria se desvirtúe y se convierta en un escaparate al servicio de empresas, partidos y particulares, más allá de lo subliminal que suponen las recepciones organizadas en las casetas de los partidos políticos y principales asociaciones empresariales o la propaganda que supone los logos de los partidos que coronan las pañoletas de las casetas de dichas formaciones.
Todo está muy medido, hasta la posición de las cortinas de las casetas. Y se prevén multas de hasta 1.500 euros por los incumplimientos. Cualquier excepción, y este año el carruaje antiguo de Cruzcampo y las azafatas de Heineken que circulan por el real son una de ellas, tiene que estar previamente autorizada por la junta de gobierno municipal, que ha valorado que dicha propaganda sea sutil, no reproduzca idénticamente el logo empresarial y sea acorde con la fiesta.
Otros años ha habido algún caso en el que se ha rozado la línea de las ordenanzas. En 2013 el Ayuntamiento de Sevilla llevó a cabo un procedimiento negociado sin publicidad por el que se autorizó el aprovechamiento especial de las barandillas de los puentes de la dársena del Guadalquivir durante la celebración de la Feria, para la realización de actividades efímeras promocionales "ligadas" a estas fiestas. Y la junta electoral ha pedido en varias convocatorias la retirada de propaganda en el entorno de la Feria.
No parece que un acto de campaña, como es el arranque previsto por el PP de Sevilla capital, se acomode a estos criterios de actividades ligadas a la fiesta. ¿Es legal? El candidato popular, Beltrán Pérez, hace una interpretación distinta de las ordenanzas e insiste en que el acto se celebrará porque cuenta con el rigor y el respaldo jurídico necesario. "Las ordenanzas regulan una actividad comercial simplemente, no política ni electoral", ha asegurado a este periódico.
Pero el anuncio de la candidatura de Beltrán Pérez ha sorprendido en las últimas horas. ¿Por qué? Nunca se ha hecho un acto similar en la Feria. "¿Se pueden repartir abanicos del PSOE en una recepción y no celebrar un mítin en mi caseta que es mi casa en la Feria?", se pregunta el alcaldable popular, convencido de que el acto será un gran éxito.
"Yo le pediría al señor Beltrán Pérez y al PP un respeto a las tradiciones y a la Feria de Abril, a todo lo que que significa la fiesta mayor de Sevilla. No es el lugar donde se tienen que dar cita los partidos políticos, ni hacer propaganda electoral ni mucho menos pedir el voto en el arranque de la campaña. Por tanto, espero que reconsidere su postura y no se celebre este acto de apertura dentro del recinto de la Feria", ha apuntado esta noche el delegado de Fiestas Mayores, Juan Carlos Cabrera.
El gobierno municipal considera una provocación el acto del PP y teme que este tipo de convocatorias acabe desvirtuando la fiesta y abriendo la veda para que se sucedan otras y la campaña se cuele por la portada en la Feria de Abril.
No es la primera vez que la Feria coincide con la campaña electoral. Ya ocurrió en 1983, la campaña de las elecciones municipales que le dio la victoria, por mayoría absoluta, al socialista Manuel del Valle. Fueron las segundas elecciones locales de la democracia y el alumbrado coincidió con el arranque de la campaña. Los partidos políticos acordaron una tregua electoral no escrita durante esta semana festiva: se suspendieron mítines y actos públicos y los candidatos se limitaron a las entrevistas en los medios de comunicación y a pasear y dejarse ver por el real bastante deslucido porque la Feria de 1983 estuvo pasada por agua.
Desde el PSOE se mantiene que hay unas reglas del juego. ¿Son las que fijan las ordenanzas? ¿Hay otra ley por encima? Sea como fuere, lo cierto es que la cita del PP de mañana en el real de la Feria ha encendido ya la campaña electoral, horas antes de su inicio.
También te puede interesar
Análisis local del 23-J
La carta de Sanz no será para Feijóo
Crónicas levantiscas
Elecciones de cambio
Constitución de los ayuntamientos en la provincia de Sevilla
Raúl Castilla será alcalde de Sanlúcar la Mayor tras el acuerdo entre PSOE y Sanlúcar en Positivo
Lo último