La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una noche también amenazada por el confort
Elecciones Municipales Sevilla 2019
Sevilla/–Lidera con orgullo una candidatura formada por siete organizaciones. Preséntese.
–Soy una mujer normal y corriente. La política nunca estuvo en mis planes, salvo a partir del 15-M y otros movimientos activos en los que participé al mismo tiempo que desarrollaba mi profesión. Poco a poco me involucré en Podemos, un partido de círculos muy abiertos, donde no hay tanta sensación de cierre como en los tradicionales. Sevilla me encanta por sus contrastes, tiene una parte de tradiciones que me apasiona. Soy una enamorada de sus calles, de su ambiente, de su patrimonio. Al mismo tiempo, hay un ambiente de cultura, literatura, cine... En Sevilla te puedes perder en ambientes muy diferentes. Y la forma de vivir es muy buena, sólo nos hace falta un impulso. mirar más al futuro y aprovechar el talento.
–¿Qué le ha sorprendido de sus cuatro primeros años en el Ayuntamiento?
–He podido conocer la ciudad desde dentro en muchos aspectos. Ha sido como hacer tres másteres en muy poco tiempo. Te das cuenta de que todo es posible, hay muchas cosas por hacer y te dan ganas de participar.
–¿Y se pueden hacer cosas o el Ayuntamiento es esa maquinaria ingente tan difícil de activar?
–Es lento, pero tengo mucha confianza en la gente joven que viene planteando alternativas. Lo que sí me ha decepcionado es lo que ya se veía desde fuera, ese cinismo que caracteriza a la actual política: prometer lo que se sabe que no se va a hacer. Me molesta especialmente la mentira. Que me digan una cosa y sea otra. Lo llevo mal, pero bueno... defraudar las expectativas es grave porque la gente deja de creer en ti.
–¿Ustedes se consideran de izquierda radical?
–Nos llaman muchas veces así. A mi me hace gracia porque no somos personas radicales en el sentido que se nos quiere calificar. El único significado aceptable es que sí vamos a la raíz de los problemas. Si la gente nos vota es porque confía en nosotros, porque tenemos un proyecto que puede dar estabilidad.
–Ustedes hablaron en 2015 de la necesidad de tomar medidas de emergencia social. ¿Qué medidas son urgentes en la Sevilla de 2019?
–Nosotros creemos que hay que cambiar completamente el modelo de ciudad, no puede estar al servicio de las mismas grandes empresas. Sólo hay una residencia pública para mayores. No puede ser que no tengamos escuelas infantiles municipales de cero a tres años, lo que precariza la vida de las mujeres, que tienen que coger trabajos de media jornada o renunciar a sus carreras profesionales. Todo eso cambiaría si le diéramos la vuelta al modelo de la ciudad. La actividad comercial no depende del alcalde. La actividad empresarial se va a dar de todas formas. Es muy engañoso lo que hace Espadas al presentarse a sí mismo como un hombre de negocios que plantea él mismo los proyectos donde deben invertir los empresarios. Los representantes públicos estamos para velar por el bien común. La actividad comercial no es mérito del alcalde, ni de ningún gobierno. Otra cosa es que se faciliten las cosas, pero es que la Gerencia de Urbanismo está más atascada que antes. Las licencias no salen. Y lo sé bien por amigas arquitectas. Hay un lío enorme. No se ha avanzado en la modernización del Ayuntamiento. Hay poca transparencia, la información se publica muy lentamente. Los jóvenes empresarios se quejan de que no se cuenta con ellos para los planes estratégicos o para darle salida a edificios interesantes. En vez de montar una cumbre y gastarnos un millón y medio de euros para que venga Obama y en vez de sacar a subasta los suelos y los edificios singulares de la ciudad para inversores extranjeros, nosotros hubiéramos hecho una convocatoria para promover la economía social, para darle oportunidades a la gente joven.
–¿Usted qué idea tiene del actual centro histórico? ¿Cree que es un parque temático invadido por turistas?
–En el modelo de turismo actual se ve otra gran diferencia entre lo promovido por el gobierno y nuestro proyecto. El turismo ni está regulado ni revierte en la ciudad. No mejora la calidad del empleo. ¿De qué sirve un turismo que no hace ganar dinero a la gente de aquí? Sevilla ha sido históricamente un lugar de entrada de mucha riqueza que no se ha quedado nunca aquí. No hemos sido capaces de que esa riqueza florezca aquí. Las cadenas hoteleras no son de Sevilla... Las grandes multinacionales que vienen no son de aquí. Y si encima el turismo está descontrolado resulta que al final te cargas la gallina de los huevos de oro. Queremos un turismo regulado. La gente no viene a Sevilla a conocer un sucedáneo.
–¿Usted está de acuerdo en la importancia de defender los negocios tradicionales? Algún grupo político hay que dice que son parte del alma de la ciudad.
–La Gerencia da facilidades a Palmas Altas, a centros comerciales que quitan empleo de toda la vida. Hay una burbuja inmobiliaria relacionada con los centros comerciales. Estamos hablando con los quiosqueros, a los que hay que buscarles alternativas, tal vez como puntos turísticos. Hay que renovarse. Invertimos mucho en educación y después la gente joven se nos va. Para eso hacen falta alquileres asequibles y empleo digno.
–¿Usted cree que el alcalde se ha derechizado?
–Bueno, pues es muy sintomático que determinadas personas pidan el voto para Juan Espadas. Espadas representa el voto útil para la derecha de Sevilla. Creo que él lo asume, saca pecho del voto conservador y de derechas. Es exagerado el giro que dio después del primer año de gobierno. Empezó a no querer saber de las medidas de emergencia social. Empezó a hacer políticas de espectáculo, de fuegos artificiales. Un alcalde socialista que saca pecho de esas políticas supone que da por perdido el voto progresista. La gente sabe que el voto progresista está en Adelante Sevilla. Las políticas contra el cambio climático, más feministas y a favor de la justicia social están en Adelante Sevilla. Juan Espadas no pelea esos terrenos, él ya ha asumido que tiene el voto conservador, que el PP y Ciudadanos están a la baja y que es posible que Vox ni entre en el Ayuntamiento. Pero que nadie se confíe, animamos a que todo el mundo vaya a votar. La actitud del alcalde de creerse que tiene ya una mayoría es irresponsable y soberbia. Solo habla de gobernar en solitario. Y cuando hace algún guiño sobre acuerdos mira hacia Ciudadanos. Me sorprende.
–Espadas afirma que ustedes enfocan bien los problemas, pero que después se distraen con la pancarta, están en contra de la generación de riqueza y cargados prejuicios.
–Esa es la imagen que él quiere dar de nosotros. Resulta ya bastante cansino. Somos el grupo político que más propuestas ha llevado al Pleno, más elaboradas y trabajadas con profesionales altruistas que se ponen al servicio de la ciudad. Somos solventes y serios. Espadas se ponía en la pancarta cuando quería ser alcalde y ahora parece que le molesta mucho. De hecho, sale mucho por la puerta de atrás del Ayuntamiento para no encontrarse con ninguna. Nosotros no nos equivocamos de bando, él hace mucho tiempo que se cambió de bando.
–¿Qué reforma necesita el Real Alcázar?
–Es nuestra joya patrimonial. Para empezar hay que gastar todo el presupuesto que tiene asignado. No se le deja gastar todo lo que tiene. Hay que aumentar la plantilla. Se han triplicado las visitas, pero no se aumenta el personal de limpieza, jardinería, etcétera. La directora está agobiada. Hay mucho que hacer en la cuestión de los accesos. Se habló mucho, pero todo se ha quedado en papel mojado. Con el Alcázar se podría ayudar a monumentos más pobres. Se subió el precio de las entradas, pero eso revirtió poco en el resto del patrimonio, como las murallas de la Macarena, por ejemplo. Yo trabajo mucho con Adepa, son gente preparada. Trabajo con ellos en la defensa de las tipologías de casas de Nervión dignas de protección. Solemos quedarnos solos en estas acciones, nos tachan de inmovilistas. Hay que respetar el patrimonio o iremos hacia atrás. No queremos edificios que sean contenedores sin ningún tipo de valor. Sevilla es una ciudad compleja pero apasionante precisamente por eso.
–¿Acudiría como alcaldesa a los actos religiosos?
–Somos muy respetuosos con las creencias. Creemos en la aconfesionalidad del Estado. Hay cristianos que nos han comentado que les molesta el uso partidista que se hace de las procesiones. Nuestro palco de Semana Santa lo donamos a gente que lo necesita. Vivimos la Semana Santa en la calle. Es más bonito cuando se buscan los sitios buenos. Distinto es que haya personas mayores que necesitan una silla. Pero mientras se pueda es mejor buscar los sitios buenos.
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