Enrique Ybarra: "Dios quiso que naciera en Sevilla, que aportara aquí y por eso aquí me quedo"

Su empresa opera en 115 ciudades de 35 países. Casi seis mil empleados atienden en todo el mundo que ponen en marcha los famosos autobuses panorámicos de dos plantas, los barcos y las rutas a pie. Enrique Ybarra Valdenebro (Sevilla, 1965) es un emprendedor en toda regla que lleva a gala haber recibido en su día el no de una a multinacional para convertirse en su empleado. De aquella plaza no obtenida,q ue pudo haver sido el inicio de una carrera como ejecutivo, surgió uno de los empresarios sevillanos con más proyección en su ciudad y en todo el mundo en un sector fundamental como el turismo. Este mismo año ha intervenido en las reuniones del G-20, aunque de lo que más se siente orgulloso es de haber sido rey Melchor de la Cabalgata del Ateneo de 2020. En cualquier caso, de sus logros habla poco. Es un señor que procura mantener un perfil bajo. Si está constantemente hablando de alguien es de su padre, el inolvidable empresario Ramón Ybarra (1936-2006). Enrique fue hace poco distinguido como sevillano del año. Y en breve espera tener todos los permisos para que operar en el mismo Guadalquivir, el río de su ciudad natal. Ya lo hace con éxito en Málaga y Palma de Mallorca.

En la tertulia hablamos de valores, del riesgo del empresario, de los jóvenes de hoy, de la evolución del turismo, de las necesidades de la ciudad, de la burocracia como freno a determinados proyectos y hasta de los excesos en las procesiones, que a él no le parecen que sean un exceso. Se pasa la vida de viaje por el mundo sin perder nunca la raíz sevillana, su casa en el centro, su afición por la Hermandad de la Candelaria, la Feria y los toros. Nunca se le ha pasado por la cabeza una mudanza a otra ciudad. De hecho, la sede principal de la empresa está en la Plaza Nueva.