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El vestidor sin prisas

Virgen del Valle

El maestro de priostes por excelencia ya no viste a la Virgen del Valle, a la que ha embellecido con un estilo particular desde 1995

Manuel Palomino ciñe la corona en las sienes de la Virgen del Valle. / Javier Mejía

Se ha ido en silencio de la Anunciación tras vestir por última vez a la Virgen del Valle, la de los ojos verdes con la corona que luce los esmaltes de Limoges tallados por un monje de Silos. Manuel Palomino (Sevilla, 1951) pasea estos días por Tetuán con su estilo de sevillano elegante, con una vasta cultura en liturgia y con un barniz de malaje que sirve para ahuyentar a los plastas. “Ya no visto más a la Virgen del Valle. Espero seguir vistiendo a la Concepción, porque si no lo hago, me puede ir llamando el Señor”.

Palomino no ha querido homenajes en la Anunciación. No se le ha oído una mala palabra, siempre ha sido disciplinado con las disposiciones de las juntas de gobierno de sus varias cofradías. Se ha ido metafóricamente por la puerta de atrás, la que da a la calle Compañía y conduce al azulejo de Saimaza.

Entró de vestidor de la Virgen y prioste de la cofradía en 1995. Fue un revulsivo que conocimos en directo. La Virgen siempre era vestida por las hermanas hasta que Palomino se hizo cargo de la tarea. Volvió a vestir a la Virgen de hebrea, con ese estilo que siempre ha cultivado con libertad.

Se ha ido por la puerta de atrás de la Anunciación, no ha querido homenajes

Palomino siempre se siente libre en el oficio y paga gustoso la factura de ser libre. Gruñón y cordial al mismo tiempo con las camareras, ajeno a las nuevas modas en las formas de vestir a las Dolorosas, clásico en los conceptos y enemigo de las estridencias. Su estilo –digámoslo así– no es el de quienes acuden a los cultos únicamente para escrutar cómo está vestida la Virgen y se refieren a la Dolorosa exclusivamente por su nombre.

–¿Se me entiende?

–Clarinete, Fiscal, siga,siga…

La Virgen del Valle vestida por Palomino siempre ha sido de muchas medallas y recuerdos, de reconocimientos y regalos realizados por devotos. Para él era innegociable la Medalla de la Ciudad o la Medalla del Curso de Temas Sevillanos, de la que la Virgen es patrona, ¿verdad Antonio Bustos?

Nunca ha tenido prisas para vestir a la Virgen del Valle. El reloj se paraba en esos afanes, como el lento vuelo de una verónica de manos bajas, la Verónica a la que también le colocaba el paño con cadencia parsimoniosa de tarde de abril, albero y clarines. Sí, porque lo de Palomino ha sido y es una combinación perfecta de fe y arte. ¿Cuántas veces, Manolo, has acabado de vestir a la Virgen de madrugada?

Nunca ha faltado a la cita con su Virgen del Valle, ni siquiera al sufrir achaques de salud. Jamás ha dejado de subirse al paso el Sábado de Pasión para cumplir con su tarea. La pena, ay Manolo, es que no has elegido discípulo, porque siempre que te reprochamos por qué no transmites tu magisterio a algún prioste o a alguna camarera, se te oye dar un Máster en Malajismo: “Para aprender… a Salamanca”. Y todos los que te queremos, que somos legión, te aceptamos tal como eres y te esperamos en San Antonio Abad.

Virtuosismo técnico para una papeleta

Papeleta de La Esperanza de Triana. / M. G.

La Esperanza de Triana ya tiene papeleta de sitio para las salidas extraordinarias de los días 1 y 3 de noviembre. Se trata de unos preciosos dibujos de Pepillo Gutiérrez Aragón, que una vez más ha dado muestras de su virtuosisimo técnico con el lápiz. Pepillo nos ha regalado un dibujo a grafito con mucho realismo, un estilo que siempre lleva garantizado el éxito entre el público cofradiero. El problema de estas papeletas de tanta belleza es que a ver quién se atreve a doblarlas para que quepan en el bolsillo de la chaqueta. Estas papeletas son para enmarcarlas como recuerdo del VI centenario fundacional de la hermandad. ¿o no?

Ni pajolera idea


Leo en las redes los chismes sobre los cambios de bandas de música, los nuevos contratos, el tío que toca la trompeta y quiere ser hermano mayor, el que presiona para colocar su formación musical… ¡Esto parece el mercado de otoño, pero no de fútbol, sino de las corcheas! El del tachiro es un submundo del mundillo de las cofradías que da para varias cátedras. Y yo, humilde Fiscal, he de reconocer lo que casi nadie dice en esta España donde todo el mundo sabe de todo: no tengo ni pajolera idea. Ni Dios lo “premita”, que diría la gran Lola Flores.

Profesionalizar

Es el reto que tendrá que asumir el próximo presidente del Consejo: profesionalizar la gestión de la información. Pero con contrato y sueldo digno. No es de recibo que se siga supliendo con voluntarismo una tarea que bien merece contar con un profesional. El Consejo tiene recursos más que suficientes. Ytrabajo en este campo hay de sobra.

El Lagarto de la Catedral:

"Mi querido Fiscal, siempre inquieto y algo desconfiado, estoy igual de sorprendido que tú por la cantidad de medallas Pro Ecclesia et Pontifice que se han concedido de una tacada. Sí, sí, sé que se trata de una condecoración papal creada por León XIII en 1888. Y conste que me alegro por todos, sobre todo por don Antonio Ríos, que hace años que la merece"

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