El pregonero de la serenidad
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El Consejo apuesta por un valor seguro alejado de histrionismos y abonado a la autenticidad que tanto necesita la Semana Santa
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¡Por fin es José Joaquín León el pregonero! Cuántas veces sonó su nombre y cuántas veces nos quedamos con las ganas de dar la noticia. Un nombramiento que hace justicia a una carrera como periodista y a un profundo amor por la Semana Santa. El Consejo ha apostado por un valor seguro, un pregonero de la casa en todos los sentidos, de confianza, sin estridencias, con un estilo pausado y alejado de cualquier histrionismo. No busquen nunca a este periodista en el sectarismo descarado ni en el prejuicio maquillado. José Joaquín León siempre ha escrito y enseñado al que ha querido aprender con esa actitud que el Código Civil llama "la diligencia de un buen padre de familia". Supo entender las cofradías de Sevilla desde el principio y entrar en ellas mejor que mucho sevillano de cuna. Será tal vez por la mucha Sevilla que Cádiz lleva dentro, como siempre decía su admirado Antonio Burgos, que habrá sonreido en los cielos del Arenal. Burgos fue aquel redactor jefe que lo tuvo como alumno en prácticas en la desaparecida redacción de Cardenal Ilundáin. No busquen nunca a León entre los codazos de las primeras filas de los actos, ni procurando padrinos para dar pregones. Las cosas han llegado cuando se han dado las circunstancias, como es marca de su casa. Estamos seguros de que está feliz por cómo se ha producido todo.
Lo habrán podido encontrar muchas Madrugadas escondido entre los nazarenos del Silencio, en la bulla de ruan del antiguo compás de San Antonio Abad, donde al oír su nombre para recoger la cera blanca respondía como sólo saben los primitivos nazarenos de Sevilla: "¡Está!". O con la elegante túnica de la Soledad, cuando ya la Semana Santa va cogiendo el tono sepia y tiene la música melancólica del cierre de las sillas. Y hasta en las sillas de la Plaza del Salvador para hacer a la sombra de las velas la crónica de un Jueves de Corpus. Y, por supuesto, siempre de chaqué para compañar al Santísimo Sacramento en la procesión eucarística de la parroquia de San Lorenzo.
Con una sencillez que sólo se consigue por la vía de la autenticidad, ha hecho sonar siempre La Campana, la columna de opinión de cofradías de indiscutible referencia, primero en Abc y después en Diario de Sevilla, sin perder la vinculación con sus orígenes por medio de su columna El Palillero en Diario de Cádiz, ciudad donde es profeta emergente y donde ha sido pregonero de la Semana Santa y ha ejercido de hermano mayor del Carmen. Sus buenos amigos de la Soledad están felices, como demuestra el tronar de los teléfonos móviles. Y seguro que en el cielo también ha sonreído Manuel Rodríguez. José Joaquín siempre ha estado cuando se le necesita. Bien lo saben en su hermandad, bien lo sabe el Consejo de Cofradías, bien lo sabe la Semana Santa.
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