La fuerza de la fe, la fuerza de la oración
Bécquer no hubiera podido cantar la soledad de los muertos de haber visto al hermano Pablo esta semana
Sevilla/El día en que Benedicto XVI anuncio en latín su renuncia al ministerio petrino asistimos a un hecho insólito por muchos motivos. Cualquier dirigente se aferra al cargo de forma natural y hasta comprensible. Cualquier partido político está proyectado para alcanzar el poder y perpetuarse. La gente no se quiere ir de los sitios, no quiere perder el machito. Mucho menos si se trata de puestos de verdadera importancia. El papa alemán, un intelectual como pocos, se fue. Dejó el cargo con humildad, con sencillez, con naturalidad. Dedica el invierno de su vida a la oración, la meditación y el silencio. Ay, cuántos políticos deberían aprender de aquella lección: saber irse y saber permanecer alejado de los oropeles. Qué pequeños somos ante tamaño ejemplo. Asistimos cada día a batallas por el poder como carreras de cuadrigas de Ben-Hur en las que se emplean todo tipo de artimañas para derribar al rival. En cuanto un jefecillo cae, los subordinados proclaman su pública adhesión al nuevo. Un apoyo inquebrantable... hasta que haya otro, claro. El caído pasa a ser silenciado de inmediato, como si no hubiera existido. Se extiende sobre su figura un manto gélido.
Algunos hemos visto esta semana otro ejemplo de los que ofrecen la mejor versión de la Iglesia, la institución más antigua en la historia de la humanidad que ha resistido todos los ataques, crisis y cismas. El hermano Pablo se ha quedado varios días en Sevilla, donde el arzobispo Saiz lo ha acogido con un afecto especial. Pablo no ha dejado de acudir a la capilla de la Concepción donde está la sepultura del cardenal. Ni tiempo ha dado de colocar la inscripción, pero el lugar ha recibido cada jornada la visita de este miembro de la congregación de la Cruz Blanca. Una vela encendida, una flor dejada sobre la lápida, una oración en silencio y de rodillas. Así cada día, mañana y tarde. La fuerza del amor, la fuerza de la fe.
Recordando quizás el texto de San Agustín que tanto enriquecía la vida espiritual de don Carlos en sus últimos días. “La muerte no es nada, sólo he pasado a la habitación de al lado. Yo soy yo, vosotros sois vosotros. Lo que somos unos para los otros seguimos siéndolo. Dadme el nombre que siempre me habéis dado. Hablad de mí como siempre lo habéis hecho. No uséis un tono diferente. No toméis un aire solemne y triste. Seguid riendo de lo que nos hacía reír juntos. Rezad, sonreíd, pensad en mí. Que mi nombre sea pronunciado como siempre lo ha sido, sin énfasis de ninguna clase, sin señal de sombra. La vida es lo que siempre ha sido. El hilo no se ha cortado. ¿Por qué estaría yo fuera de vuestra mente? ¿Simplemente porque estoy fuera de vuestra vista? Os espero; No estoy lejos, sólo al otro lado del camino. ¿Veis? Todo está bien. No lloréis si me amabais”.
Ya quisieran muchos altos dirigentes tener un jefe de gabinete con este concepto de lealtad y fidelidad. Haría bien la ciudad en reconocer este modelo, porque su labor fue fundamental para abrir el Palacio Arzobispal a todos los sectores de la sociedad. Bécquer no podría haber escrito sobre la soledad de los muertos de haber visto a Pablo orar de rodillas ante una sepultura sin letras.
Dinero, dinero
No por esperado ha dejado de ser noticia. Los nuevos criterios contables del Consejo de Cofradías, aprobados en la asamblea de los hermanos mayores, suponen que el segundo pago de la subvención se recibe seis meses más tarde, lo que perjudica a las hermandades de Gloria, que justo ahora tienen que organizar sus procesiones. Son las más humildes por motivos obvios. Y padecen más la falta de recursos. Tampoco pueden acudir alegremente a los recursos financieros que tienen a su disposición por la vía del propio Consejo. Si a esto se añade que se aproximan las elecciones al Consejo de Cofradías.,.. el gazpacho está listo para ser majado. No se olvide que las Glorias suelen votar en bloque y colocan y quitan presidentes. Por eso hay que tener en cuenta todos los factores. Si raspamos el evidente electoralismo de algunas denuncias, es cierto que nos quedamos con una realidad provocada por dos años sin Semana Santa (hubo que reorganizar los recursos económicos y buscar ayudas) y en la que pagan los más débiles.
775 aniversario
No negarán que hay tela de arte en el pretexto escogido para plantear un Santo Entierro Grande en 2022 por el 775 aniversario de la Reconquista de Sevilla. ¡Pero si cada 23 de noviembre en la Catedral, cuando se conmemora esta efemérides, sólo están la Corporación municipal, los canónigos, los tíos de las capas de San Clemente, Álvaro Pastor y tres turistas despistados preguntando por el señor que lleva la espada! Ay, qué risa. El interés de algunos por recordar ahora la gesta de San Fernando... Sí, hombre, sí. Saquen los pasos. Lo entretenidos que vamos a estar haciendo las quinielas, los horarios y los recorridos. ¡No sabe don José Ángel donde se mete! ¿Y qué se hizo con el 750 aniversario? ¿Y qué se hará para el 800? Tachiro, tachiro...
Madrugada
¡Bravo por las seis cofradías que ya se han puesto a trabajar en la Semana Santa de 2023! Ahora es cuando hay que hacerlo, cuando la experiencia está reciente. Y han hecho muy bien en dejar claro que las elecciones al Consejo no pueden alterar los planes de trabajo. Demasiadas veces se dejan los asuntos en el cajón, se pierde el tiempo y se llega al fin de la Navidad sin nada preparado, por lo que se tienen que tomar medidas de forma rápida y con carácter provisional. El Consejo debería aprender de esta disposición de trabajo. Resulta irrisorio oír eso de que no se ha tenido tiempo de asumir determinadas reformas que siguen en el lugar preferido: el cajón.
¡Señores candidatos!
Atención pregunta. ¿El señor Vélez o el señor Romero van a prometer una transparencia real de las cuentas de la institución? La Casa Real, el Arzobispado, las fundaciones civiles y eclesiásticas, muchas hermandades (entre ellas el Gran Poder) publican sus ingresos y gastos sin mayores problemas. Pero que sea un ejercicio de transparencia de verdad, no aquella mamarrachada con cuatro datos que enviaron un día. ¿Algún candidato se atreve o los dos prefieren seguir en la opacidad heredada y mantenida? ¿De qué tienen miedo? ¿Por qué tanto oscurantismo? Si sabemos hasta lo que gasta la reina de Inglaterra en ginebra. Yes la que más tiempo lleva en el puesto.
El Lagarto de la Catedral: "Cuentan, mi querido Fiscal, que la primera serie de nombramientos del arzobispo Saiz está ya cerrada. Falta saber el día de su publicación para que cada uno se ponga manos a la obra en su nueva tarea después de las vacaciones de verano. Hay quien será ratificado en el puesto"
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