Con el no también se educa
La Matriz del Almonte ha estado sencillamente ejemplar al declinar la invitación a participar en una procesión magna
La magnitudinitis y los debates con trampa
Los riesgos de la patronal del tachiro
¡La traca, la gran traca!
Sevilla/Hay que saber decir no en muchos momentos. Es sanísimo. Alguna universidad debería impartir un máster sobre el no. Y no tanto curso sobre periodismo cofradiero, por poner un ejemplo. El no es vivificador, pone en orden las cosas, informa sobre el orden de prioridades y evita que nos sigan dando la barrila con ofrecimientos que no nos interesan. Hay gente que, pese al no recibido, tienen la manía de insistir. En esos casos es muy conveniente una dosis de recuerdo. Al que no entienden un no, se le dan más noes. Hay noes para todos. Justos, saludables y equitativos noes. ¡Qué maravilla y que elegante ha sido el no de la Matriz de Almonte a la invitación para participar con la Virgen del Rocío en la procesión de la magna de Huelva! Qué forma tan fina y contundente de comunicar un no. “Por las características extraordinarias de su devoción”. ¡Óle! Hace tiempo que elogiamos cómo Almonte cuida la romería, cómo prohibe desde tienduchas a rótulos publicitarios en los días grandes de la aldea. Cómo se reglamenta todo para que nada ni nadie desbarre. ¡Otra lección de Almonte ante tanto abuso y un manoseo de las imágenes solo justificado a mayor honor y gloria de quienes los promueven, a engordar las arcas de hoteles y bares y a potenciar el turismo... religioso! ¿O nos hacemos trampas al solitario?
No conozco un solo hermano mayor que haya organizado una procesión extraordinaria para que sea su sucesor el que la presida. Y con los obispos, lo mismo. El único que tuvo mala suerte fue monseñor Asenjo, que promocionó la preciosa Santa Misión del Gran Poder y se quedó sin presidirla por efecto de la pandemia.
Ni dos horas tardó la Matriz en dar la respuesta adecuada. ¡Y eso que tenía dos meses de plazo para responder! Bravo por la claridad de criterio de Santiago Padilla. Hay esperanza de mesura en el mundo de las hermandades. Hay esperanza en un futuro sin carruseles de imágenes sagradas que no deberían ser sobreexpuestas en eventos espectacularizados. Hay esperanza en que se puedan hacer las cosas de otra forma, sin excesos, sin incurrir en banalidades, con respeto a las imágenes donde se guardan las oraciones de quienes nos precedieron, donde se refleja el cuidado de personas que nos las legaron y que ya no están con nosotros. No se trata de disfrutar por disfrutar, de forzar momentos supuestamente históricos, de buscar portadas de periódicos con grandes avenidas atestadas, de enseñar músculo, exhibir fuerza o batir un récord.
Qué gran título el de aquel libro para padres noveles.
Con el no también se educa. La magnitudinitis que sufre hoy la piedad popular puede tener cura si las hermandades quieren. Miren a Almonte. De Huelva nunca nos ha venido nada malo. Nos mandan las tormentas que necesitamos, nos permiten sentir próximo el mar y ahora nos recuerdan hasta el criterio que perdimos.
La defensa de la vida de Joaquín Moeckel
¡Qué lástima que no hubiera un representante de la autoridad eclesiástica en el ingreso de Joaquín Moeckel como miembro de honor de la Fundación de la Real Academia de Medicina y Cirugía! La entidad los cuenta por siglos. Tiene mucha más antigüedad que muchas hermandades. El abogado censuró la eutanasia:“Nadie pide morir”. Y defendió la vida por encima de todo, la necesidad de no sólo atender al paciente desde el punto de vista médico, sino humano. Combatir la soledad, dar afecto, compañía:“En definitiva, darnos. No todo es pagar el recibo de la luz, que también”.
Una evidencia
¡Qué multitud para disfrutar de la salida extraordinaria de la Virgen de las Angustias! ¡Qué gentío! ¡Y qué preciosidad la mantilla que, a modo de toca, lució la Dolorosa! Resultaron llamativos los lamentos de muchos buenos hermanos de la cofradía denunciando que el viernes habría muchos devotos de la Virgen cuando en la Madrugada se marchan una vez que pasa el Señor. Un lamento muy justificado. Pero es que los horarios nunca han beneficiado a esta cofradía. Yla peor parte se la lleva... el paso de palio con la Madre de las Angustias. ¡Así es la realidad! Por eso el viernes fue una jornada para el descubrimiento o para el reencuentro. ¡Es la parte positiva de este calendario de salidas extraordinarias!
Hostelería desbordada
La calle Mateos Gago estuvo por muchos momentos al borde del colapso. Impresionaba la masa de público agolpada en los bares antes y después de la procesión. Fue del tal intensidad que comenzaron a llenarse los bares de los alrededores, de calles por las que ni de lejos pasaría el cortejo como si fuera Semana Santa. Alguno se quedó sin pan a las diez de la noche y tuvo que echar la persiana. Por cierto, un acierto la decisión de la hermandad de contar con la casa de la Candelaria (siempre generosa)para atender a los costaleros tras el traslado de ida durante el tiempo que duró la misa en la Catedral.
El pertiguero
Primer golpe. Preocupación. No deberíamos desandar ni un solo metro todo lo que se ha avanzado en materia de seguridad en Semana Santa. Segundo golpe. No es mal criterio mantener lo que funciona. Y el Cecop ha funcionado muy bien en los últimos cuatro años. ¡Cuidado con abrir la mano al consumo de alcohol en el centro! Tercer golpe. El presidente Francisco Vélez debería abanderar las exigencias en materia de seguridad. Con la seguridad no se juega. Mejor tomar la iniciativa antes de que se la tome un gobierno de momento inexperto en el asunto. Todos hemos renunciado a libertades en favor de la seguridad. Los bares no deben ser una excepción.
El Lagarto de la Catedral: "La guasa que ahora percibo desde mi altura es sobre los títulos de las ponencias del congreso, los ponentes y los objetivos académicos.... ¡Por las que hilan! Aquí se habla de si habrá imágenes que saldrán del Salvador, si tendrán música todo el tiempo y cuál será el recorrido común"
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