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La demora en la devolución del dinero de las sillas de Semana Santa provoca sonrojo

Patada hacia delante del Consejo de Cofradías para no devolver a los abonados los 3,8 millones de euros de las sillas y palcos pese a que ya han llegado las primeras reclamaciones.

Francisco Vélez, presidente del Consejo de Cofradías / Juan Carlos Vázquez

19 de abril 2020 - 07:45

Sevilla/El comunicado del Consejo sobre la recaudación de las sillas y palcos de la carrera oficial, denominada Carta abierta a los abonados, me ha provocado cierto sonrojo. Sí, tengo que admitirlo. El Consejo ha perdido una magnífica oportunidad para guardar silencio. Eso de que se encontrará una solución que “satisfaga a todos” es sencillamente tremendo. Oiga, señores del Consejo, a quien hay que satisfacer es a los que han pagado por algo que no han recibido. ¿En qué mundo viven los señores del Consejo? ¿En qué siglo están? Este es el típico ejemplo que pone en jaque el “siempre se ha hecho así” que tantos años ha funcionado en el mundo de las cofradías. Pero los tiempos cambian. Y existen unas leyes y unos derechos de los consumidores. No podemos ser manifestación religiosa cuando nos interesa, cultural cuando conviene, antropológica de lunes a viernes y exclusivamente cívica en los años bisiestos. No, oiga, no. Hay 33.000 criaturas con sus derechos y obligaciones. No ha habido carrera oficial y hay que devolver el dinero. No hay más.

Sí hay reclamaciones

¡Claro que han llegado ya reclamaciones de devolución de los importes! No, no se trata de un debate estéril ni de ninguna tontería. A lo mejor hay gente incapaz de hacer dos cosas a la vez, pero los hay que pueden trabajar confinados en su hogar y redactar una reclamación sencilla y que puede tener mucha eficacia. Estos días, por ejemplo, ha llegado una por valor de cerca de un millón de las antiguas pesetas. Está fundamentada en el artículo 1.124 del Código Civil. Quienes estén interesados pueden dirigir sus peticiones de reintegro de los importes pagados a la dirección de correo electrónico de la institución (consejo@hermandades-de-sevilla.org). No olviden poner la cuenta del banco donde el Consejo debe hacer la devolución. Y citen el precepto del Código Civil al entender que se ha producido una resolubilidad del contrato. No es difícil.

La vía de Facua

Si lo prefieren pueden recurrir a una asociación especializada en la defensa de los derechos de los consumidores. Sí, la que tiene como portavoz a Rubén Sánchez, el que sale en los telediarios y se ponen a temblar unos cuantos. Facua Sevilla enviará a todos los abonados que escriban al correo sevilla@facua.org información legal sobre su derecho a recuperar el importe y los procedimientos para su reclamación. Este protocolo se activa mañana lunes.

El escudo forzado

Esta situación es nueva. Pero no se puede seguir con la vieja solución de dar las cosas por hechas. El Consejo debe devolver el dinero recaudado. Sencillamente porque no le corresponde, como han destacado ya dos hermanos mayores y el presidente del Consejo de Málaga. El arzobispo pide hoy en estas páginas que la institución tenga probidad y dice confiar en el “buen sentido” del Consejo. Quien quiera entender que entienda. ¿Cuándo será la asamblea de hermanos mayores que tiene que pronunciarse? Si no sabemos cuándo vamos a recuperar la normalidad. ¿Nos toman el pelo? ¿Tenemos cara de tontos? Hablan de los hermanos mayores como si fueran el escudo de la junta superior, siguiendo el modelo de Pablo Iglesias. ¿Acaso la junta superior se quiere parapetar en los hermanos mayores en caso de que haya de una reclamación en los tribunales? Se trata de un escudo muy forzado No recurrieron a los hermanos mayores para la gran obra de reforma de una sede que no es propia, ni para pagar al cartelista, ni para poner del derecho el Martes Santo, ni por supuesto para cobrar el IVA. Los hermanos mayores son los peleles que el Consejo maneja a conveniencia. ¡Que somos ya algo viejos y hemos conocido muchos equipos del Consejo!

Mucho dinero

¿Saben cuánto cuestan los palcos de la Plaza de San Francisco? Pongamos dos ejemplos. El de 988,85 euros es en la primera fila. El de la quinta fila se valora en 909 euros. Y a los que piensan que esto es una tontería habría que preguntarles cuántos carros de Mercadona, Supersol, el MAS o el Corte Inglés (mis saludos al gran Fernando Murube) se pueden llenar con ese dinero. ¿O cuántos trabajadores ganan esos cerca de mil euros al mes en la España de 2020, donde en poco tiempo vamos a estar en el 20% de paro? ¿Por qué se da por hecho que no se devuelven los importes? Tonterías, las precisas.

Hubo un tiempo

Antes no pasaban estas cosas, claro. No hemos vivido nunca esta pandemia. Tampoco antes se pedía el DNI a los nazarenos más antiguos, ni había planes de protección, ni en la cruz de guía ni en los pasos iba un GPS, ni lo costaleros tenían un seguro, ni se tomaban medidas con los menores de edad que participaban en el cortejo. ¡Y hasta hubo un tiempo en que no existía la carrera oficial! Pues ha llegado la hora de devolver el dinero de las sillas y palcos en caso de suspensión de las procesiones. Y no me cuenten milongas de que las cofradías viven de la subvención. La salida de Semana Santa es la que se cubre con la subvención. Y este año no se ha salido. Y, además, se ha sabido con la suficiente antelación. Por cierto, ¿cuántos hermanos mayores y ex mandatarios cofradieros querrían recuperar cerca de mil euros ahora y no se atreven a hacerlo público?

Una demora reprobable

Hacer depender la devolución del dinero a la celebración de una asamblea es sencillamente reprobable. La empresa Pagés ya ha reintegrado el importe de los abonados de la plaza de toros. En el Consejo hay cabezas bien amuebladas que no deberían consentir tamaña falta de sensibilidad a riesgo de caer todos en el mismo comportamiento cicatero. Devuelvan el dinero y el que quiera cederlo al Consejo que lo haga libremente. Parece que a algunos les salen sarpullidos nada más que por dar libertad de decisión a los abonados, los mismos que se tragan las subidas de precios sin rechistar (recuerdo una del 10% hace ya unos años).

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