Los críticos (ocultos) de la misión del Gran Poder
No faltan esos silencios tan característicos de la ciudad que confirman que todo está saliendo a la perfección. Incluso los censores de todo lo que estamos viviendo y disfrutando.
Sevilla/Hay silencios de esta ciudad que son muy difíciles de percibir, pero están ahí, clamando verdades, criterios, rechazos o hasta amor, según los casos. Llevamos casi un mes oyendo y leyendo todo tipo de alabanzas a la santa misión del Gran Poder. Todas ellas justificadas. Algunas, ciertamente, llevan exceso de almíbar, pero siempre se trata de gente bienintencionada. Otras están realizadas para que su autor destaque casi más que el Señor, pero bueno... Todo es perdonable, ¿o no?
Hoy querría fijarme en los silencios, como muchas veces hay que hacerlo con las ausencias en esos actos nutridos donde parece que no falta nadie, que hay más gente que invitados, en los que el mérito está en descubrir quién no está. Seguro que muchos de ustedes han oído críticas en voz baja a algunos aspectos de estos días gloriosos que vivimos y disfrutamos. Que si no hace falta llevar el Señor a estos barrios porque su gente puede visitarlo todos los días en su basílica, que si la misión es excesivamente larga, que si es prescindible el retorno en el paso desde la Catedral, que si no va a servir para nada pues los barrios seguirán igual cuando el Señor se haya ido, que si la participación de la Banda Municipal y no digamos de la banda de la Centuria Romana Macarena es un exceso...
Lo más curioso de todo esto que un servidor ha oído es que no se dice de forma contundente en público, con argumentos y en plena libertad. Mire usted, que diría Felipe, uno entiende que la hermandad no trata de gustar a todos, pero sí está dispuesta a complacer, llevar consuelo, afecto y cariño por medio de la imagen del Señor a quiénes más lo necesitan y a quiénes de buena voluntad están deseando recogerlo.
Quizás moleste una de las grandes verdades que nos ha revelado esta misión que todavía no ha concluido. Una verdad que hay que proclamar alto y claro: la masa se echó a la calle para estar con el Señor sin paso, sin nazarenos, sin música, sin concesiones. Se derrumban todas las teorías sobre que el gran público sólo acude cuando hay plumeros, cornetas y coreografía de costaleros. Todo eso se ha venido abajo.
¿La música?Pues a través de ella, como manifestación artística, también se llega a Dios, también se ayuda a esa espiritualidad tan necesaria en un mundo que ha perdido el sentido de lo trascendente.
¿Los barrios seguirán igual? Ahora no echaremos la culpa a la Hermandad del Gran Poder de que Sevilla tenga tres de los diez barrios más pobres de España, ¿no? ¿O seremos capaces de realizar semejante afirmación? Gracias al Señor se ha evidenciado una vez más la situación, se han hecho reportajes, se ha alzado la voz, los telediarios se han fijado en esas zonas, mucha gente los ha pisado por primera vez... Y quien dice esa memez de “menos caridad y más ayudas directas” tiene un concepto equivocado (y acomplejado) de la caridad, lo cual es otro problema. Toda la atención que se dedique a estos barrios será siempre poca. En España se sigue teniendo presente la visita de Alfonso XIII a Las Hurdes extremeñas, que hoy tienen poco que ver con las de hace un siglo. Ya verán cuánto tiempo se recordará esta misión. Sus frutos se verán con el tiempo. De momento nos dejan miles de estampas que compensan todo. Tiempo habrá de saborearlas con pausa. La misión es un éxito rotundo.
Los empleados
¡Por fin se acabó el Erte que afectaba a los trabajadores del Consejo de Cofradías! Había quien defendía dejarlo vigente, pero el presidente Vélez apostó por levantarlo. Y lo anunció con un discurso de defensa y elogio de los trabajadores. Dijo de ellos que eran las cuatro ruedas del gran vehículo de la institución. Y no le falta razón ni conocimiento, pues Vélez es el más antiguo de los dirigentes de la casa. Los trabajadores son los que dan la cara ante miles de abonados, responden a las quejas, tramitan decenas de peticiones para todo tipo de actos, soportan a los morosos... Ha hecho bien Vélez en reintegrarlos a su sueldos y horarios originales, por mucho que la casa no se encuentre en el mejor momento económico. Es de esperar que las cuentas vuelvan a la normalidad en 2022 con la celebración de una Semana Santa plena.
De Sierpes...
Dijo el presidente en una entrevista televisiva concedida al compañero Javier Blanco que el Consejo no había tenido tiempo de estudiar la reforma de la calle Sierpes, donde se sabe que sobran sillas por motivos elementales de seguridad. Vélez acierta con los trabajadores, con la designación del cartelista y con muchos cosas, pero no es aceptable la alusión a la falta de tiempo. ¡Si llevamos dos años sin Semana Santa! ¡Si hemos estado encerrados en casa! ¿Cómo que no ha habido tiempo? Se podrá poner cualquier excusa, pero no la que expuso. El Consejo representa como ninguna otra entidad esa indolencia que es marca de una ciudad donde cuesta un mundo cualquier reforma, donde la provisionalidad es sinónimo de permanencia. ¿Qué hace falta para que Sierpes tenga un aspecto más aseado en Semana Santa y no parezca la sala de espera de las urgencias de un hospital público en hora punta?
Palacio
El Consejo Presbiteral del Arzobispado se ha constituido. Al término de la primera reunión se organizó la correspondiente foto de familia. Dicen las malas lenguas –que en Sevilla haberlas haylas– que está claro quién será el delegado de la pastoral descamisada... Alguno, es cierto, podría sacarse las manos de los bolsillos, al menos para el instante de la fotografía presidida por el señor arzobispo.
Está ocurriendo
Dos años sin procesiones han dejado en paradero desconocido túnicas, sandalias y otros complementos. Y en el caso de monaguillos, acólitos y servidores ha jubilado directamente a muchos de los que hace dos años eran niños. Dos Semanas Santas son mucho tiempo cuando se está en la edad de pasar de niño a adolescente. Esto recuerda a aquellas tres Semanas Santas con lluvia que dejaron a muchos niños del Martes y del Viernes Santo sin casi recuerdos de monaguillos.
Pésame
El que hay que enviarle con todo cariño y afecto desde la Plaza Jesús de la Redención a Iván Bohórquez, hermano de la Redención, con motivo de la muerte de su madre, doña Mercedes Domecq. Iván se ha caracterizado en los últimos años por ayudar a su cofradía del Lunes Santo con un entusiasmo productivo notable.
El Lagarto de la Catedral: "Fíjate, inquieto Fiscal, en que el cura Mellet puede ser el gran promocionado por monseñor Saiz. Todavía, como ya sabes, no se han hecho cambios en la curia, pero recuerda lo que te digo hoy cuando sean anunciados todos del tirón. Es lo que te puedo contar de momento"
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