El ambiente del reparto
El Fiscal

El frío debe ser evitado en las relaciones entre el hermano y su hermandad. La vía on line nunca puede sustituir la calidez del trato personal. Nada como esos momentos que se viven en el reparto de la papeleta de sitio o en la cita con el amigo que te ha hecho el favor de sacarte la papeleta. Te pones al día en un rato sobre las novedades de la hermandad, vuelves a recorrer los pasillos y estancias quizás frecuentados en los años del grupo joven, admiras las vitrinas con esos enseres que forman parte de los mejores recuerdos de las cuaresmas, recibes el atento saludo del director espiritual, vuelves a mirar las fotografías enmarcadas con las dedicatorias que has leído decenas de veces, te pones al día en el pago de las cuotas porque sigues sin fiarte de la domiciliación bancaria, charlas con ese oficial de junta de gobierno que es tu referencia en una hermandad donde conoces a pocos pero a la que nunca faltas dos días al año: el de la papeleta y el de la salida. Ah, y cada cuatro años es posible que te llamen para votar. Es el encanto de ser capirotero, figura fundamental para sostener a las hermandades, nunca se olvide. Nada puede sustituir el ambiente de un reparto y, por supuesto, el del día de la salida con todos revestidos de nazareno. Haga sol, llueva o ventee. No enfríen, por favor. El frío es para la cerveza.
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