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¿Hacia una Semana Santa de Sevilla de segunda oportunidad?

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Todo indica que comenzará una nueva moda, la de las imágenes itinerantes, como en su día arrancó el largo período de coronaciones o el de las misiones

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La Virgen de Regla en la iglesia del Carmen de Madrid en 2011. / M. G.

19 de mayo 2024 - 04:00

No hace tanto tiempo que nos metimos en un ciclo por el que cualquier efeméride se celebrada con la tríada cartel, pregón y procesión triunfal. No digamos la oleada de coronaciones (con derecho a medalla de la ciudad) que todavía no ha cesado y que acabará con una sensación de colmatación absoluta. Ha empezado no hace mucho el ciclo de las misiones, que arrancó en 2021 con la organizada ejemplarmente por la Hermandad del Gran Poder. Sí, el precedente eran las santas misiones promovidas por el cardenal Bueno Monreal en 1965. Pero entonces no eran tiempos de excesos. Tuvieron que pasar 56 años para una nueva misión, en esta última ocasión solo con el Señor y que supuso un acontecimiento verdaderamente extraordinario con el valor añadido de celebrarse tras los meses más duros de la pandemia. Ahora todo indica que nos metemos en un ciclo de misiones, con el Cristo de Burgos el día 1 de junio en la Plaza de San Francisco por el 450 aniversario de la imagen, la Esperanza de Triana en el Polígono Sur en 2025 y el precioso Jesús Nazareno de la Algaba por varios templos del municipio en una santa misión parroquial.

"Tras la ejemplar Misión del Gran Poder en 2021 debimos parar, paladear lo vivido y abrir un período de reflexión"

¿Y qué ciclo puede comenzar también en cuestión de dos años? El de los traslados de las sagradas imágenes no ya a sitios diferentes de su templo en la ciudad, sino lejos de ella. El traslado del Cachorro a Roma con motivo del jubileo de las cofradías en 2025 puede ser el primero de otros traslados parecidos. En márquetin se hablaría de apuestas desubicadoras. Recuerden, salvando las distancias, esos ejemplos de futbolistas recién fichados a los que se presenta no en el estadio dando pataditas al balón, sino en el casco histórico con un monumento de fondo.

En un mundo globalizado, veloz y con un gran abanico de recursos no habría nada de extraño en que comience un ciclo de traslados de imágenes de unas ciudades a otras, una vez que quede patente el éxito del Cachorro por las calles de la Ciudad Eterna. También habría precedentes como la procesión de la Virgen de Regla por Madrid en 2011 con ocasión de la clausura de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) a cargo de Benedicto XVI.

Algunos tuvimos claro que tras la preciosa misión del Gran Poder convenía abrir un período de reflexión, paladear tanto como vivimos, analizar el bien que se hizo y tener claro la cantidad de beneficios que se obtuvieron, tanto las cofradías en general como la ciudad en particular. Pero hay procesos que son difíciles de controlar. Y el ciclo de las misiones se ha abierto. Nada ahora está sujeto a ninguna medida.

"En el fondo, de una u otra forma potenciamos una Semana Santa de segunda oportunidad"

En este caso habría que preguntarse como en el arranque del célebre pregón. ¿Estáis puestos, cofradías de Sevilla, para trasladas imágenes a otras ciudades de España o el extranjeros en una suerte de religiosidad popular extraterritorial? Hemos podido conocer esta semana los detalles del traslado del Cristo de la Expiración, un proceso que será todo un éxito porque llevamos décadas de experiencia en los desplazamientos de obras de arte de primer nivel. Las garantías son plenas. Algunos vemos la cola de compañías aseguradoras queriendo patrocinar traslados en los próximos años. Las cofradías tienen el valor del prestigio, son marcas blancas que muchas veces no son conscientes de su fuerza. ¿Quién, por ejemplo, se dio cuenta de la fuerza de la Semana Santa y le sacó todo el jugo? El pintor Salustiano. Guste más o menos, tuvo claro que la Semana Santa de Sevilla vende y mucho en el exterior. Pónganse a pensar y les salen diez o doce traslados de imágenes a ciudades donde esas advocaciones son especialmente veneradas. Roma 2025 abre un camino. La historia reciente enseña que los ciclos comienzan y se potencian. A veces incurriendo en el abuso. Nada del mundo actual es ajeno a las cofradías. Solo hay que estar atentos. Y hacer las cosas bien, claro. Y con tanta lluvia que nos deja diezmada la Semana Santa, nunca está de más un calendario innovador de procesiones (y traslados) extraordinarios. En el fondo potenciamos una Semana Santa de segunda oportunidad. ¿O no?

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