El Plan de Paco y Dani: "La Semana Santa de Sevilla necesita una reordenación y una reorganización"
El Fiscal
El planteamiento falla en no abrir el debate al máximo posible de soluciones, como el cambio de jornada de algunas cofradías, y en no arbitrar una suerte de sanciones
Sevilla/Peor que el aceite de ricino es la audición de los 52 minutos que duró la reunión de hermanos mayores del pasado martes, la cita en la que el Consejo plantea la necesidad de afrontar cambios en la Semana Santa para hacerla más segura y viable en beneficio de todos. Hablaron el presidente, Francisco Vélez, y Daniel Perera, delegado del Martes Santo. Como entre los dos se llamaron "Paco" y "Dani" durante la sesión de forma reiterada, ¡qué mejor que bautizar el plan con sus nombres!
No tengo el gusto de conocer al señor Perera, del que me llamó la atención la claridad de una frase: "La Semana Santa de Sevilla necesita una reordenación y una reorganización". ¡Bien dicho! Eso me animó a oír entero el discurso con todos los detalles sobre el plan de trabajo. El bolero de Ravel es algo más liviano, todo sea dicho. Vélez también estuvo claro: "Esto no puede caer en saco roto y tiene que resolverse para 2023, No podemos seguir un año más con la situación actual". ¡Así se habla! El presidente está en la situación idónea para afrontar la gran reforma: tiene un apoyo masivo y reciente de los hermanos mayores y no se presenta más a la reelección. Puede hacer y deshacer como nunca durante cuatro años.
El consejero Dani insta a la búsqueda de alternativas "realistas y viables para una mejora global". Pide el esfuerzo a las hermandades de que sean "objetivas" y no piensen sólo en sí mismas. ¡Tenga usted suerte, señor Dani! Ustedes ya han podido leer en este periódico los cinco criterios de trabajo que establece el Consejo para que las cofradías hagan sus propuestas. Incluso Pablo Lastrucci ha calculado los nuevos órdenes de paso de cada día. No se lo pierdan.
Perera explicó que las propuestas se calificarán con letras de la A a la D en función de las mejoras que garanticen y, además, los criterios de mejora tendrán asignado un porcentaje que marque el peso específico. Es decir, la mejora del tiempo de paso se valorará con un peso del 10 por ciento, o la de la hora de entrada en el templo antes de las tres de la madrugada con un 15 por ciento. En fin, la cosa sonó un poco a gurú, consultor o druida Panoramix. Da un poco de desconfianza eso de los números y porcentajes en una fiesta como la Semana Santa... ¡pero bueno! Cosas peores nos hemos tragado en algunos pregones. Cuando los ingenieros y consultores desembarcan en una empresa, lo mejor es ponerse a rezar. Y a mi todo lo oído me dio un tufo a... puesto de hamburguesas Uranga. Sigamos.
"Os invito a proponer lo que queráis", proclamó el consejero Dani. ¡Tenga cuidado con los cofrades con las tardes libres, señor consejero! "No debemos considerar a una hermandad fuera de su jornada. Es decir, no puede pedir ninguna venia cuando hayan pasado las doce de la noche". Eso está muy bien. Pero este Fiscal se pregunta. ¿Se puede valorar la opción de cambiar a una cofradía de día? Si no es así, el plan nace con un error de origen. O se plantea la reforma en su dimensión máxima, o el plan nace ya limitado.
Al menos oímos la frase más esperada: "Buscamos el bienestar del nazareno". ¡Olé por Dani! En 52 minutos se oyó una vez la palabra "nazareno", pilar de la Semana Santa. Notamos, por otra parte, una confusión permanente entre el concepto de velocidad y el del ritmo. No son lo mismo. Como no es lo mismo un cocodrilo que un lagarto, como le explicamos una vez a un arzobispo... de Sevilla. Le llaman ritmo cuando quieren decir velocidad. Y no es cuestión de puritanismo en el uso del lenguaje. Es que el Plan de Paco y Dani no alude en ningún momento a la actitud necesaria para que todo salga bien. Pueden venir consultores e ingenieros, podemos hacer conteos, contratar drones y emplear algoritmos, pero todo se va al mismísimo garete cuando el tío se transforma al ponerse un antifaz, un traje negro de capataz o una faja y un costal. ¡Algunos experimentan una verdadera metamorfosis! Se les pide un esfuerzo y se oye: "¡Enseguía voy a ir más rápido, aquí hemos venido a lucirnos!". Y el kiosko del plan se te viene abajo.
¿No recuerdan lo rápido que andan los pasos cuando hay nubes negras? Porque hay actitud cuando Santa Bárbara truena. ¿Hace falta que pongamos ejemplos muy conocidos de algún Viernes Santo por la mañana en que se hicieron ciertos recorridos en tres veces menos del tiempo oficial? Porque había actitud. La diligencia y la buena voluntad hay que promoverlas e... imponerlas. Y la ausencia de ellas, penalizarla. Si del incumplimiento no se derivan consecuencias, ¿para qué cumplir? Sigan dándole vueltas al asunto y confíen en la buena fe... Qué les vaya bonito, que dirían los argentinos.
"Buscamos la objetividad y la neutralidad". Así me gusta, buenos chicos. "A lo mejor esto de los porcentajes y el peso específico para valorar las propuestas resulta un poco farragoso". Sí, verdaderamente algo de eso parece, sobre todo cuando la Semana Santa es fe, sentimiento y memoria. Pero alguien tiene que organizar las cosas, eso es obvio. Y ojo porque esta reorganización podría producir cambios en la estética: cofradías nocturnas podrían pasar a un horario diurno. Interesante.
"No hay conejos en la chistera"
No se vayan todavía que ahora viene lo bueno. Los cambios se podrán tomar por unanimidad de las hermandades de la jornada, por mayoría de dos tercios... o por decisión de la junta de la sección de Penitencia. Esto es, el Consejo se reserva la potestad última, como cuando mi dilecto presidente puso el Martes Santo al derecho de nuevo. ¡Y acertó! "Os adelanto que será difícil. No hay conejos en la chistera", dice el consejero Dani. "Podíamos haber hecho esto de otra forma". Toma, claro. Podía el Consejo hacer un planteamiento realista de algunas jornadas. Un ejemplo: el Jueves Santo y la Madrugada exigen un plan global desde el momento en que hay cofradías de las dos nóminas al mismo tiempo en la calle. Incluso el mismo enfoque sería útil para la Madrugada y el Viernes Santo.
Me gusta la intención del Consejo y el momento elegido por el presidente Vélez. No me gusta que el melón se abra a la mitad. Aunque sea solamente de inicio, hay que partir con todas las premisas posibles. Absolutamente todas. Así lo enseña la historia. E insistimos: si no hay efectos para el incumplidor... ¡ya me dirán ustedes!
Por cierto, al final sólo hubo una intervención de un hermano mayor que pidió una aclaración. Todos callados. Nada nuevo bajo el sol. Esperemos que esto no sea Lampedusa. La fiesta más hermosa de la ciudad bien merece esa reorganización y esa reordenación. Bien merece generosidad y altura de miras. Y no apuestas a la mitad o espíritus pobres.
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