Juan Castro, un grande del Corpus
El recuerdo a una figura fundamental para entender la fiesta de hoy y otras consideraciones sobre el pasado jueves
¿Qué le dijo Joaquín de la Peña al papa Francisco?
A Dios por las vidrieras de la Catedral de Sevilla
La estampa de don Ramón Valdivia
Sevilla/Un año sin procesión de Corpus es quizás la ocasión para mirar hacia atrás y recordar a quienes hicieron posible el esplendor que este año hemos echado tanto de menos. El Corpus sufrió una fuerte decadencia a principios de los años ochenta. La interpretación torticera de los principios de Concilio Vaticano II y el cambio político en España pusieron en jaque las manifestaciones de religiosidad popular. Fueron vistas con recelo hasta por sectores de la propia Iglesia. José Sánchez Dubé tuvo que tirar de imaginación para levantar una procesión venida a menos. Planteó que las cofradías asumieran el exorno de los pasos y consiguió implicar de nuevo al Ayuntamiento. El Corpus se benefició de su trabajo y de la entrega y el compromiso que tuvo uno de los grandes de entonces: Juan Castro Nocera. Don Juan era en la práctica el diputado mayor de gobierno del cortejo más extenso del calendario de procesiones. Sin aquellos hombres no sería posible lo que hemos conocido. Y que este año, ay, nos arrebató la lluvia.
Incomprensible
¿Por qué no se celebró la procesión por el interior de la Catedral con el Santísimo en la custodia de Arfe? ¿Qué arrebato minimalista, reduccionista o de pseudoausteridad afectó a los responsables de la decisión? Todos entendemos que los pasos se quedaran en su sitio, pero Su Divina Majestad podía ir en el mejor sitio posible y en el día más idóneo aun cuando el cortejo no saliera a la calle. Además, todos sabemos que el paso va sobre ruedas. No había lugar a ninguna sospecha de tachiro. Aquí nos pasamos de rosca o nos quedamos cortos. Elucubramos con magnas, salidas extraordinarias y santos entierros XXL, pero nos entra una suerte de complejo cuando menos se debe. El criterio ha fallado, dicho sea sin restar un ápice de belleza de todo cuando disfrutamos en la Catedral. La experiencia interior resultó emocionante. Y no digamos ya con el contraste de la lluvia cayendo (y sonando) en el exterior. ¡Qué regalo más hermoso!
Un VIP entre el pueblo fiel
El arzobispo saludó al consejero de Cultura, Turismo y Deporte al inicio de la homilía, pero don Arturo Bernal no estaba entre las autoridades. ¿Error de monseñor? En absoluto. El señor Bernal estaba entre el pueblo fiel, como uno más. Y don José Ángel se acercó a cumplimentarlo al término de la ceremonia cuando pasó por la zona donde se encontraba. El consejero se encontraba más a gusto entre el pueblo fiel.
Un buen predicador
Don Teodoro León, obispo auxiliar, presidió el pasado sábado la boda de la hija de los duques de Segorbe. Es un gran orador, tal como ya sabíamos por otras celebraciones. Buen tono y buen contenido. Seguro que le llueven las peticiones para oficiar enlaces.
El desembarco
Francisco Ortiz Bernal es el nuevo deán de la Catedral. Francisco Román, párroco de la Magdalena, el nuevo delegado de Administración y Patrimonio. Y Manuel Palma, el nuevo secretario capitular. ¿Qué se puede interpretar del resultado de las elecciones celebradas en el seno del Cabildo? Que se ha producido el desembarco de las nuevas generaciones, de quienes están llamados a gobernar el primer templo de la ciudad en la próxima década y más... La vicaría general seguirá de momento a cargo de don Teodoro León, pues no tiene mucho sentido que haya un obispo auxiliar y un vicario.
El pertiguero
Primer golpe. ¡Qué rapidez la del Consejo en devolver al IVA de las sillas y palcos! ¡Y qué celeridad igualmente a la hora de anunciar la devolución del importe de las sillas del Corpus! Eso no quita, por supuesto, que muchas personas cedan el dinero a las hermandades sacramentales, las más necesitadas de las tres secciones que se integran en el Consejo. Segundo golpe. El cabildo electoral en la Candelaria tendrá una única candidatura. El hermano mayor actual ha decidido no presentarse a la reelección. Tercer golpe. El hermano Pablo está matriculado en el Seminario Metropolitano. El jueves participó en la procesión. Y, como siempre, recibió numerosas muestras de afecto. Y ciriales arriba. Oído. “El congreso de hermandades de 2024, con tanto viaje a Roma y tantas referencias al Papa me parece que habría que rebautizarlo en clave de humor como Purpuralia, ¿no crees? Lo veo... clarinete”.
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