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El Gran Poder, más fuerte hoy que en la Sevilla de 1965

La masa arropa al Señor que nunca caminará sólo

El Gran Poder, en el templo de Los Gitanos / Antonio Pizarro

17 de octubre 2021 - 06:00

Sevilla/Acompañó al Señor durante un rato, pero a distancia para evitar la bulla. Escrutaba todos los detalles de un acontecimiento único para la inmensa mayoría de los que formaban la masa. “Creo que no tenéis una idea exacta del tesoro que el Señor, el poder que tienen las hermandades en esta tierra. Las cofradías son, en efecto, una Iglesia en movimiento. Con sus defectos, con sus aristas, con sus problemas, ¡cómo no!, pero fíjate cómo está la calle Recaredo ahora mismo. ¿Tú sabes cuántos arzobispos, obispos, curas en general de muchísimas diócesis de España darían lo que fuera por esta capacidad de convocatoria? He visto las fotografías de aquel traslado de 1965 y lo que estoy viviendo hoy es mucho más importante. Los medios de comunicación, vosotros, habéis también multiplicado la fuerza del Señor. Ni te imaginas lo que supone ejercer de pastor en otras partes de España, con ambientes más fríos, sobre todo en estos tiempos que corren. Mira, esto está lleno de familias. Hay abuelos, padres, niños pequeños, grupos de amigos, gente que acude en soledad. Fíjate cómo lo miran. He caminado tras las andas un buen rato y te aseguro que lo mejor es comprobar cómo mucha gente se está todavía secando las lágrimas. Y todo ocurre en la ciudad, en un urbanismo que ya sé que muchas veces ha sido maltratado".

"¡Aquí hay gente necesariamente de todas las ideologías y estadísticamente tiene que haber muchos no creyentes! ¿Sabes lo que costaría vivir esto en otras ciudades de España? Aquí la fe es cálida y tengo la impresión de que no lo valoráis en toda su plenitud, porque el Gran Poder, todas las cofradías, os son dadas desde que nacéis. Vivís con ellos con toda naturalidad. Es como el que vive junto al mar, que no se imagina cuánto piensan en el mar durante todo el año los que lo tienen lejos. El Gran Poder es vuestro puerto seguro. ¡Piensa lo que te digo! Vuestras iglesias son hospitalarias, acogedoras, invitan al encuentro con Dios. Tenéis a Dios por todos lados. Me han llegado fotografías de hoy mismo del Señor con el escudo del Betis y con el estadio del Sevilla de fondo. Hay bares que dicen que no abren hasta que pase el Señor. Tenéis jalonado todo el centro de la ciudad y los barrios de azulejos con imágenes religiosas. ¡Esto es lo que quiere Francisco! Que salgamos porque nos arrinconan poquito a poco en la sacristía. Nos comen el terreno con un laicismo salvaje que supone la pérdida del sentido de lo trascendente. Y en el mejor de los casos nos reducen a infraestructura de asistencia social. Y aquí, en vuestra ciudad, veo que todo es más fácil... Sí, sí, sí. Sale el Señor y hay una masa para arroparlo".

El Gran Poder en su recorrido por Nervión / M. G.

"Como el lema ese del fútbol, que ya sabes que me gusta bastante, el Gran Poder en Sevilla nunca caminará sólo. Aquí no hay que explicar quién es Dios porque la gente sabe cómo es, habla con Él, lo tutea, le pide, se enfada, acude a verlo como quien visita a un amigo. ¿Cómo explico esto cuando me toque salir de Sevilla? Esto no se puede contar con una simple fotografía que yo haga ahora y la mande a mis amistades en Cataluña, Madrid o Castilla”.

De pronto dirige la mirada al público que espera la llegada del cortejo y a los balcones de Luis Montoto. “Es que tú quizás no alcanzas a comprender cuanto te digo. En esta ciudad el Señor es un personaje cotidiano. La gente hace tertulia mientras llega, algunos se toman un botellín, otros están callados. He visto a don José Robles, el párroco de San Esteban, despedirlo en la Puerta de Carmona. He visto sacerdotes delante de las andas y entre el público. He oído saetas que me han sobrecogido. Tenéis un tesoro. Y lo que es más importante, sabéis actualizarlo, tenerlo al día. El Gran Poder es la representación más precisa de Dios en 2021, en este tiempo que vivimos. Te lo digo yo que me he pasado trabajando para la Iglesia varias décadas muy lejos de aquí, en ambientes socialmente crispados donde cualquier paso que se daba se interpretaba en clave política, en sociedades asfixiadas por malos gobernantes. ¡Ay, si en algunos sitios tuviéramos este Señor con tanta fuerza y que, además, es la imagen de esa Iglesia que sale, que busca las periferias y que lo hace con una masa de público tremenda que genera tanta calidez y tanta emoción! Lo que vivimos hoy es mucho más que un traslado. ¿No lo ves? Aquí no hay música, no hay costaleros, no hay nazarenos. Sólo está la imagen del Señor. Y mira el gentío. Lo que yo he tenido que preparar para llenar una simple iglesia en otras latitudes... Aquí sólo una imagen, esta imagen concreta, genera una masa. Y es estremecedor ves las caras de la gente, cómo se vuelcan los medios, las entidades, los comercios... Y te insisto en que el Señor es hoy muchísimo más fuerte que en 1965. Y en los tiempos que corren no sabes la importancia que esto tiene. Mira, si no es por la familia y por la Iglesia, mucha gente no comería hoy. Muchos se hubieran quedado socialmente varados en la pandemia".

"Así te lo digo: alto y claro. Y si no es por el Gran Poder... La Iglesia de Sevilla es fortísima gracias al Señor. Y eso no se puede explicar, hay que estar aquí para vivirlo. Mientras salga el Señor y haya este gentío, la Iglesia, las cofradías y la religiosidad popular seguirán fuertes”.

Las andas se alejan. Queda cierto ambiente festivo como el primer fruto tras el paso del Señor. Y queda la convicción de que la fuerza del Gran Poder es todavía mayor que aquel mes de enero de 1965. No, no se puede decir aquello del hoy como ayer, porque el hoy ha sido mucho mejor. La ciudad ha crecido, ha cambiado, sufre problemas nuevos y arrastra otros viejos. Y el Señor también lo ha hecho para ser eso: una versión actual del Dios de siempre. Se demostró ayer en la calle. Tampoco hacía falta ser teólogo para verlo. Pero no estuvo mal oírlo.

Manuel Cuervo / José Ángel García

Cuervo ya ha triunfado

Sin necesidad de menospreciar a nadie para darle su sitio al que lo merece, podemos afirmar que el Consejo de Cofradías acierta con la designación de Manuel Cuervo como autor del cartel de la Semana Santa de 2022. Es aire fresco para la colección, es originalidad, valentía, estilo propio... Todos los ingredientes son buenos. ¿Que habrá polémica? Nada malo hay en ello. Lo peor para el arte y un artista es la irrelevancia. Seguro que Cuervo dará un grito con el cartel, que es lo que se trata. El de la Macarena fue magnífico. Y casi mejores los otros dos que hizo que se tardaron en dar a conocer. Genial aquel en que plasmó el popular grito de “¡Guapa!”. Cuervo aporta, no fabrica pestiños, no deja indiferente al público. Los pregones deben hacer vibrar. Los carteles deben generar una pausa, una reflexión, una emoción, una sonrisa (acaso socarrona), un recuerdo... Deben quedar en la memoria si son buenos. Si el Consejo de Paco Vélez ya acertó en su día en cuestiones de carteles al gratificar la obra, ahora lo hace con este nombramiento. Esperamos con expectación el cartel de Cuervo, que ya no le ha gustado a algunos pese a que no está pintado. ¿Ven? Es un éxito desde ya.

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