El Consejo anuncia la supresión de "centenares de sillas" en Sierpes

Asamblea a puerta cerrada

El presidente Vélez admite importantes recortes por seguridad y asume que provocarán "problemas familiares y sociales"

Francisco Vélez, presidente del Consejo
Francisco Vélez, presidente del Consejo / Juan Carlos Muñoz

04 de julio 2021 - 07:00

Sevilla/Tendremos guadañazo en la calle Sierpes la próxima Semana Santa. ¡Extra, extra! ¡Paco Vélez por fin se decide a la gran reforma pendiente! Merece la pena oír las asambleas del Consejo que se celebran a puerta cerrada. Pese al sopor (y sonrojo) que provocan las lecturas de las actas de las asambleas anteriores que obligan a recordar intervenciones absurdas, irrelevantes y hasta pueriles; las muletillas de algunos oradores (“¿Vale?”) y el tuteo de los señores de la mesa hacia el colectivo de los presentes, las mejores perlas de estas sesiones están al final. El que resiste gana, decía Cela. ¡Cuánta razón!

Fue ya al final cuando el presidente Vélez anunció que está en estudio la reforma para mejorar la seguridad de la carrera oficial. Entonces hizo el anuncio más importante: el gran cambio supondrá “la pérdida de varios centenares de sillas en Sierpes”. ¡No hay más remedio! Así se hace, presidente. Hay que acabar con ese avispero que cualquier día nos da un susto grande. Ha habido cinco avisos en los últimos veinte años, pero nadie se había atrevido hasta ahora, quizás por la voracidad recaudatoria de los sucesivos dirigentes de la institución. Vélez admitió que esta medida conllevará en principio problemas económicos y hasta “sociales y familiares” por la de abonados que perderán el asiento. ¡Pero es que no queda otra!

En esta reforma hay que apoyar al Consejo, como en su día se hizo con Luis Rodríguez-Caso cuando valló la Avenida en los años previos a la Expo’92. Se lió parda, lo esperaban los abonados perjudicados cada tarde de cuaresma en la calle San Gregorio, pero don Luis aguantó e hizo lo que tenía que hacer. Por eso es probablemente el mejor presidente que ha tenido la institución desde su fundación.

El Consejo tendrá que subir el precio de las sillas a partir de 2022. Hasta ahora el encarecimiento más elevado fue del 10% a principios del siglo XXI. Tendrá que buscar fórmulas para compensar las previsibles pérdidas. ¿Volverán las cofradías a mover 2,7 millones con la carrera oficial como hasta 2019? He ahí el reto.

Mucho ojo con el reglamento

Por cierto, mucho ojo con la reforma anunciada del reglamento de sillas y palcos. Muchos no van a consentir, empezando por ciertos organismos y por supuesto el Ayuntamiento, que se limite el derecho a la devolución de los importes pagados en caso de suspensión de la Semana Santa. Esperamos que ningún miembro de la comisión juegue a jurista, por favor. Y una recomendación al Consejo: pídanle a los prestigiosos bufetes que consulta en ocasiones que entreguen los dictámenes firmados. Hacerlo sin firma es sencillamente una tomadura de pelo. ¿O es que lo hacen así porque regalan sus horas de trabajo? El último sobre la devolución de sillas y palcos es para no recordarlo por el bien de todos.

Vélez coló el gran anuncio al final y sin trompetería. Pero lo admitió. También dijo que el 12 de mayo de 2020 se interpuso ante la Agencia Tributaria la reclamación por el dichoso IVA. El organismo reclamado no respondió, por lo que se ha puesto recurso ante el Tribunal Económico-Administrativo con fecha del 12 de mayo de 2021. “Tenemos la esperanza de que al final obtengamos una resolución favorable”. El Consejo se está jugando en este asunto unos 80.000 euros y otros factores importantes como los relacionados a la hora de valorar su gestión. Me gusta que el Consejo interponga las reclamaciones y recursos que anuncia, que no queden en fuegos de artificio. Habrá que estar muy pendientes de la resolución del tribunal.

Interesante iniciativa

Muy interesante también el anuncio de un encuentro sobre Derecho y Cofradías que se celebrará a final de año en Fibes. Y, por supuesto, el proyecto de vender el Boletín de las Cofradías no sólo en el kiosko, sino también en Internet mediante una edición digital. El Boletín ha sufrido un pequeño déficit en 2020 como es lógico.

Las cuentas se han salvado gracias fundamentalmente a la subvención municipal con carácter extraordinario. A Juan Espadas le van a montar cualquier día un monumento en la Puerta Jerez. El socorro rojo ha funcionado, una morterá que va directamente a la caja general de la entidad para su administración. No se han tenido que hacer uso de los préstamos previstos, anunciados en su momento en la asamblea del Alcázar. “¿Vale?”. No hay deudas bancarias importantes, acaso habría que reseñar la dependencia del sector público, porque la Junta también soltó dinero. Pero ese es otro debate que iremos viendo en su momento. ¿Qué supone depender de los poderes públicos? Ay, aquella visita de Espadas al Consejo el día antes del cierre de la campaña electoral, con foto incluida...

El gasto en salarios y Seguridad Social se ha reducido considerablemente por efecto del Erte aplicado a los empleados de la institución, lo que se hizo “de mutuo acuerdo”.

El presidente vivió una asamblea sin preguntas, celebrada estratégicamente después de los tres plenos, con el personal ya algo fatigado. ¡Prietas las filas en San Gregorio! Aunque la sesión se celebró en el Seminario. Vélez concluyó con un mensaje de “esperanza y optimismo” de cara a un otoño para el que se pretenden recuperar las procesiones. Ni el Partido Comunista chino celebra asambleas con esta ausencia absoluta de tono crítico.

Félix Ríos
Félix Ríos / Juan Carlos Muñoz

Fin a una etapa brillante

El martes toma posesión Ignacio Soro como nuevo hermano mayor del Gran Poder. Se cierra así la etapa de Félix Ríos, un período marcado por un estilo personal desgraciadamente en desuso en el mundillo actual de las hermandades. Como todo mandato, habrá tenido sus sombras, pero las luces han brillado con especial intensidad. Por altura de miras, formación religiosa y un meritorio tacto a la hora de cuidar la imagen de la corporación, Ríos deja el listón muy alto. Como hermano mayor ha currado como un recién llegado. Monseñor Asenjo siempre lo quiso como presidente del Consejo. Pero las circunstancias y los tiempos fueron otros.

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