El sharing como solución a la movilidad urbana tras el COVID-19
Encuentro Joly Digital
Los expertos abogan por la recuperación de los espacios peatonales y el fomento de los desplazamientos compartidos y de bajas emisiones como claves del cambio hacia un nuevo modelo de movilidad de la población
Grupo Joly estrenó ayer la primera edición de sus Encuentros Joly Digital, un formato online en el que abordar cuestiones de actualidad en profundidad. El primero de estos debates ha sido una cita sobre la nueva situación de los núcleos urbanos tras el COVID-19. Sobre la mesa se han planteado cuestiones como los nuevos modelos de movilidad en las ciudades y sus áreas metropolitanas y las estrategias y retos que se presentan para que exista un equilibrio entre la optimización de los recursos y la sostenibilidad.
Partiendo de estas premisas, Alberto Grimaldi, redactor jefe de Economía de Grupo Joly, moderó ayer el encuentro digital en el que, en colaboración con Acciona, varios expertos en la materia dieron su versión sobre El reto de la movilidad urbana tras el COVID-19: sostenibilidad, salud y agenda urbana.
En España, casi el 80% de la población reside en grandes urbes que ocupan apenas el 20% de todo el territorio. Con estas cifras como pilares, Grimaldi comenzó planteando la problemática que se deriva de la gran concentración de población en poco espacio, un reto que ya existía pero que se ha visto agravado por la declaración de la pandemia mundial.
“La gran cuestión va a ser ¿qué va a suceder después de la pandemia y cuáles van a ser los hábitos de movilidad que modificarán nuestra ciudades?”, se preguntaba Ramón Piñeiro, director general de movilidad de Acciona. En la compañía, líder en infraestructuras de energías renovables, comenzaron a monitorizar el comportamiento de ciudades que ya habían pasado por la curva de la pandemia y “la tendencia es un tanto preocupante” alertó Piñeiro. A su juicio, “estamos viendo un transvase modal a medios no sostenibles, la gente está dejando de usar el transporte público en favor del vehículo privado y esto puede llevarnos a tener los mismos niveles de contaminación o mayores que los anteriores a la pandemia”. Estas conclusiones pueden ser un riesgo para llegar a las metas puestas por Europa sobre los niveles de emisión de dióxido de carbono y con las que Acciona está comprometida desde hace muchos años. Por eso, Piñeiro puso como ejemplo el reciente proyecto de la compañía en movilidad sostenible (aún no ha cumplido los dos años) con el que pusieron a disposición de la población de Madrid 1.000 motos compartidas eléctricas y a día de hoy ya están presentes en siete ciudades españolas con 10.000 unidades eléctricas. A su juicio, “este tipo de soluciones de movilidad compartida y sostenible van a jugar un papel importante en la salida de la crisis”.
Por su parte, Mario Muñoz-Atanet, director general de movilidad de la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Patrimonio de la Junta de Andalucía, desde el punto de vista de la administración reveló que “en Andalucía las concentraciones de población que se producen en las nueve áreas metropolitanas, generan necesidades importantes de movilidad y una concentración de movimientos que obliga a realizar actuaciones significativas que permitan la optimización de los recursos”. Muñoz-Atanet comentó a los participantes que en Andalucía, “estas nueve áreas metropolitanas concentran el 93% del transporte público de la comunidad y debido a la situación que vivimos hemos pasado a una demanda de solo un 5%, lo que ha generado un impacto importante al sector que nos ha llevado a hacer reducciones de servicios mínimos y protocolos de seguridad que fomentasen el uso del transporte público por parte del usuario”.
Muñoz-Atanet, puso de relieve los grandes problemas que atañen al transporte público en nuestra comunidad: “la limitación de la capacidad (que en el ámbito metropolitano se encuentra en el 50% y en el ámbito urbano en un 30%) y vencer el miedo del usuario y el modelo de explotación que, debido al COVID-19, ha supuesto una ruptura del equilibrio con el transporte privado, lo que está generando un fuerte impacto económico en el sector”.
Un nuevo modelo de ciudad
Sin embargo, para Trinidad Hernández, directora general de movilidad del Ayuntamiento de Málaga, la situación actual representa una oportunidad para cambiar el modelo de movilidad. Tal y como explicó, desde la corporación a la que pertenece están fomentando el transporte individual como el uso de la bicicleta, los vehículos de movilidad personal y los itinerarios peatonales. Para ello quieren recuperar espacios peatonales de la ciudad, consiguiendo con ello una mejor calidad de vida de sus ciudadanos: “fomentando los itinerarios peatonales de transporte individual, apoyamos al comercio local y al turismo y conseguimos una menor contaminación”, dijo Hernández. Y quiso hacer especial hincapié en que “debemos fijar nuestro pensamiento en la distribución urbana de mercancías. La distribución de última milla no se tiene en cuenta y es muy importante”. A su juicio, si “modificamos ese concepto de zonas de carga y descarga en la ciudad por las DUM (Distribuciones Urbanas de Mercancías) y establecemos en la ciudad varios HUB inteligentes, podremos hacer más eficaz esta distribución de última milla”.
En sintonía con esta afirmación, María del Carmen García, directora gerente de Fundación CIEDES, remarcó que “el gran reto para las ciudades no solo está en el diseño de la movilidad sino en el propio diseño de la urbe”. Desde su punto de vista, una movilidad sostenible no se entiende sin un cambio también del diseño urbano donde apostemos por una ciudad con más espacios públicos y peatonales.
En cuanto al modelo de transporte público, García cree que “uno de los mayores problemas a los que se va a enfrentar a partir de ahora el sector es el medio de transporte de la población y por eso es momento de repensar la movilidad pública y adaptarla a cada colectivo”.
Una gran oportunidad
José Luis Zimmermann, portavoz de Smart Mobility y director general de la Asociación Española de la Economía Digital, ve también esta situación como “una oportunidad que no debería perderse”. Zimmerman expuso a los asistentes que “si podemos sacar algo bueno de esta crisis a la que nos hemos enfrentado es una mayor eficiencia en el uso de los recursos y una mejora en el aire de nuestras ciudades”.
A su juicio, “hay que resolver de una manera muy ágil no solo la movilidad de las personas, sino también la movilidad de mercancías, porque la presión va a ser cada vez mucho mayor sobre este ámbito”. Coincidiendo también con las afirmaciones de Ramón Piñeiro, director general de movilidad de Acciona, recalcó que“no tenemos que dejar de pensar en métodos de movilidad más sostenibles, de mayor eficiencia y, sobre todo, que nos ayuden a resolver el gran problema de las urbes sobre la movilidad de personas y mercancías y el impacto que tienen en el medio ambiente”.
“La clave va a residir en una oferta multimodal, multivehículo y multiproducto”, apuntó Piñeiro.
La formación como alternativa
Según desvelan algunos estudios, la movilidad es la segunda causa que más incrementa el efecto invernadero, y para luchar contra ello, en la Universidad de Málaga trabajan desde cuatro perspectivas diferentes, desde el diseño de infraestructuras a la firma de acuerdos con empresas públicas y privadas, pasando por la investigación y la sensibilización. Basándose en estos pilares, Patricia Mora, vicerrectora adjunta de Smart-Campus de la Universidad de Málaga, explicó a los asistentes ejemplos reales que se están llevando a cabo en el campus malagueño como el diseño de 15 kilómetros de carril-bici, la creación de una red de recargas de vehículos eléctricos con 54 puntos repartidos por todo el campus, convirtiéndola en una de las universidades españolas con más dispositivos de este tipo, para que los estudiantes y trabajadores tomen conciencia de la necesidad del uso de transportes sostenibles”.
Pero para la vicerrectora, uno de los grandes retos es la educación de los más jóvenes en este método sostenible. Según explicó Mora, “el hecho de que se acostumbren a utilizar desde edades muy tempranas vehículos compartidos, les va a crear un hábito que, más adelante, van a trasladar a sus propios hijos”, concluyó.
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