Las cooperativas olivareras ven necesario y viable ampliar las hectáreas de regadío en Andalucía

Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía cree que en España no hay un problema de falta de agua, sino de gestión

Cooperativas cree que el precio del aceite de oliva se estabilizará en cinco o seis euros en enero

Olivar de regadío en la provincia de Córdoba / Salas / Efe

Sevilla/ “En un futuro inmediato será difícil ampliar la superficie de regadío”. Lo dijo Luis Planas, ministro de Agricultura, en una entrevista el pasado septiembre a los periódicos de Grupo Joly. Ayer, el sector del olivar –representado en sus cooperativas-- abordó sin ningún tapujo esta cuestión: si no se amplía la superficie de regadío del olivar, España perderá competitividad en el mundo a medio plazo.

Rafael Sánchez de Puerta, presidente de Aceite de Oliva de Cooperativas Agro-Alimentarias de España, recordó que, en las dos últimas campañas de intensa sequía, el olivar de secano lo ha pasado muy mal, ya que no ha podido producir apenas nada y, por tanto, no se ha podido aprovechar de la subida de precios. “Hay agricultores a los que los altos precios les han compensado la caída de producción pero otros no han tenido cosecha”, afirmó Sánchez de Puerta en un encuentro con los medios organizado por Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía, en el que intervinieron también Gabriel Cabello, presidente de Aceituna de Mesa de Cooperativas Agro-Alimentarias de España y Andalucía, y Jaime Martínez-Conradi, director general de Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía.

A ello se le añade que la nueva olivicultura –en regadío y con olivares en seto-- se extiende por todo el mundo y cada vez es más eficiente, lo que deja atrás al olivar tradicional y de secano. “Está pasando en España y va a pasar de forma más importante en los próximos años. En Portugal un pantano (el de Alqueva) ha transformado la agricultura del país y se está hablando de hacer dos pantanos más. Hace pocos años su producción de aceite era de 60.000 toneladas y ahora está por encima de las 200.000. Marruecos va por el mismo camino y en Turquía se ha batido el récord de 450.000 toneladas. Ante eso, ¿qué va a hacer España? La idea de que aquí no cabe ni una hectárea de riego más sabemos a qué nos conduce”.

Sánchez de Puerta cree que en nuestro país “no hay un problema de falta de agua sino de gestión del agua; el año pasado hubo que llevar barcos con agua a Barcelona teniendo arriba los Pirineos y debajo el Ebro”, afirma. Cita varias posibilidades para extender los riegos más allá de hacer embalses, que sería una opción a largo plazo. Por ejemplo, usar parte del agua de las centrales hidroeléctricas, que “ya no son una prioridad”, para uso agrario. O que se pueda compensar a otras comunidades “en función del valor del recurso”. “Andalucía ha perdido mucho dinero de la Política Agraria Común (PAC) porque había que ser solidario con el resto de España. ¿En el agua no hay el mismo debate?”, se pregunta Sánchez de Puerta.

Gabriel Cabello añadió otras dos posibilidades: aprovechar las aguas regeneradas de las estaciones de depuración de aguas residuales; y, en el caso de su sector, usar el vertido de la industria. “El agua que estamos echando al cauce público es mejor que la de Lanjarón”, señaló.

La nueva olivicultura, la del olivar en seto, está en pleno crecimiento, también en Andalucía. Se expande sobre todo en Sevilla, donde ya hay incluso explotaciones de este tipo de aceituna de mesa, y también avanza en otras zonas de España, como Badajoz, “provincia donde está la almazara que más molturó en España el año pasado”. Jaén, Córdoba y Granada están vinculadas al olivar tradicional, de montaña y de secano y, según Puerta, muchas de sus explotaciones tendrán que ir hacia “la diferenciación del producto” o hacia el turismo rural, que “es de lo que hoy vive el olivar italiano”. “Y a otras muchas de estas zonas habrá que llevar agua”, afirma Puerta, que cree que al final se terminará imponiendo la idea de elevar el regadío, porque “el potencial de la agricultura profesional es inmenso” y “hoy en día no hay posibilidad alguna de ir a ningún sitio que no sea España para aprender agroindustria”.

Las cooperativas, el bastión de la aceituna de mesa

En el encuentro con los medios, Gabriel Cabello se refirió específicamente al sector de la aceituna de mesa, condicionado en los últimos años por los aranceles a la aceituna negra en vigor en EEUU desde 2018.

Cabello afirmó que, ante esta situación, las empresas "han ido adoptando soluciones y las grandes inversiones se han hecho en el extranjero, en la propia EEUU, Marruecos o Egipto. Eso afecta a la economía andaluza y española en puestos de trabajo, y también en que las aceitunas que se venden en EEUU son las de países emergentes".

Ante esta situación, defendió que "las cooperativas son el modelo que garantiza que los agricultores puedan seguir produciendo aceitunas en el futuro" y apostó por "no abandonar en ningún caso el mercado de EEUU. Es primordial para la aceituna española. Es el mercado que más consume a nivel mundial,130 millones de kilos y no se puede sustituir eso con pequeños volúmenes en otros países".

Sobre el reciente anuncio de la Comisión Europea de solicitar a la Organización Mundial de Comercio (OMC) de imponer aranceles por un valor de 35 millones de dólares anuales en respuesta a las tasas a la aceituna negra, Cabello aseguró que, de momento, "es solo una noticia" y que "ojalá llegue a verlo". Lo que le gustaría es que "quitaran unos aranceles que no tienen sentido y son ilegales". En cualquier caso, celebra la decisión europea porque "es una clara defensa de la legalidad de la PAC".

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