Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil)
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Madrid/La prima de riesgo española, que representa el sobrecoste de invertir en la deuda nacional respecto a la alemana, subióde 374 a 387 puntos básicos, aunque en esta jornada superó los 400, nivel al que se acometió el rescate de Grecia, Portugal e Irlanda, según datos del mercado y expertos consultados. En cuanto a la evolución de las obligaciones españolas a diez años, su rendimiento creció ocho centésimas y se situó en el 6,282 por ciento, con un precio del 94,395 por ciento, 57 centésimas inferior al de la víspera. La rentabilidad de la deuda alemana bajó casi cuatro centésimas y quedó al cierre en el 2,416 por ciento. La bolsa española también ha perdido un 2,18 por ciento.
La situación del mercado estuvo condicionada, según los analistas, por diversos factores, como los malos datos de actividad industrial conocidos en los Estados Unidos, China y Europa. También seguía pesando el miedo a que rebajen la calificación de la deuda estadounidense, a pesar del acuerdo para que la mayor economía del mundo evitara la suspensión de pagos.
La debilidad del crecimiento económico de los países periféricos europeos y la desconfianza de los inversores en su capacidad para devolver los préstamos (Merrill Lynch indicó que no invertirá en deuda española e italiana) también incidieron notablemente en la evolución de la deuda en esta jornada. Así, poco después de la apertura, la prima de riesgo crecía hasta 403 puntos básicos, máximo desde 1997, mientras que el interés de la deuda nacional a diez años avanzaba hasta el 6,4 por ciento.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aplazaba el comienzo de sus vacaciones para analizar la situación mientras se recibía el apoyo de la Comisión Europea, que indicaba, al igual que el Ejecutivo, que España no se encuentra en una situación para ser rescatada.
Con la ayuda de algunos inversores -se hablaba de que China estaba comprando bonos españoles- y la subasta de deuda en Bélgica, que colocó 2.750 millones en obligaciones a diez años, la situación se relajó, aunque al final de la jornada volvió a tensarse. El ataque se extendió a Portugal, que mañana subastará entre 500 y 750 millones de euros de deuda a corto plazo. El rendimiento de la deuda portuguesa a largo plazo subió quince centésimas y se situó en el 10,736 por ciento.
Italia, la tercera economía de la zona euro, no fue inmune al acoso de los inversores. En medio de rumores de dimisión del ministro de Economía, Guilio Tremonti, y de reuniones para analizar la crisis entre las autoridades económicas, la deuda italiana aumentó su interés doce centésimas y se situó en el 6,12 por ciento, máximo desde 1997. Por su parte, la deuda griega aumentó su rendimiento nueve centésimas, hasta el 14,537 por ciento, en tanto que los bonos irlandeses rebajaban su rentabilidad 23 centésimas, que se situaba en el 10,39 por ciento.
Mientras los inversores aguardaban a la votación en el Senado estadounidenses sobre el aumento del techo de gasto presupuestario, el rendimiento de la deuda a diez años de este país bajaba siete centésimas hasta el 2,67 por ciento. En cuanto al coste de los seguros de impago de deuda (credit default swap o CDS) para cubrir la posibilidad de impago de 10 millones de dólares en bonos a 10 años relativos a España se situaba a esta hora en 392.270 dólares, 23.700 dólares más caros que en la víspera.
El próximo jueves el Tesoro español celebrará una subasta de deuda en la que prevé colocar entre 2.500 y 3.500 millones de euros en bonos a tres años y en la reapertura de la emisión de una referencia de obligaciones a diez años con solo cuatro ejercicios de vida.
El Ibex sigue las caídas europeas
Las pérdidas de las bolsas internacionales y las ventas en el mercado de deuda condicionaron la caída del parqué español, que bajó el 2,18 por ciento y registró otro mínimo anual en 9.100 puntos, nivel desconocido desde el comienzo de julio del año pasado. Así, el principal índice de la bolsa española, el Ibex 35, perdió 203,30 puntos, equivalentes al 2,18 por ciento -la séptima mayor caída del año-, hasta 9.114,90 puntos. Las pérdidas anuales ascienden al 7,55 por ciento. En Europa, con el euro a 1,42 dólares, las principales plazas europeas bajaron: Milán, el 2,53 por ciento; Fráncfort, el 2,26 por ciento; el índice Euro Stoxx, el 1,87 por ciento; París, el 1,82 por ciento, y Londres, el 0,97 por ciento.
El cierre casi neutro de Wall Street en la víspera -cayó el 0,1 por ciento- no impedía que la bolsa española volviera a abrir con pérdidas y que rápidamente cayera más del 1 por ciento y rompiera el nivel de 9.200 puntos. Las ventas en el mercado de deuda, que elevaban la rentabilidad de las obligaciones a diez años hasta el 6,7 por ciento y la prima de riesgo por encima de 400 puntos básicos, causaban el descenso del mercado nacional.
El mercado ignoraba el descenso del paro en España en julio en algo más de 42.000 personas, con lo que el número de desempleados se bajaba hasta 4,08 millones.
La Bolsa rebotaba una hora después de la apertura y conseguía momentáneamente ganancias, aunque las pérdidas, moderadas, volvían rápidamente. Al apaciguarse las ventas en el mercado de deuda y surgir las declaraciones políticas -el Gobierno español descartaba aplicar más ajustes económicos, el presidente Zapatero suspendía el inicio de sus vacaciones y España recibía el apoyo de la Comisión Europea-, la Bolsa transcurrió unas horas entre 9.300 y 9.250 puntos.
Los datos de los ingresos y gastos personales de los estadounidenses en julio, que subieron el 0,1 y bajaron el 0,2 por ciento, respectivamente, y la decepción por los resultados de Pfizer acercaron a la bolsa española a 9.200 puntos.
Con el incremento de las pérdidas del mercado neoyorquino después de que se conocieran esos datos, y los inversores, pendientes de la votación del Senado y de las amenazas de las agencias de calificación de rebajar la deuda estadounidense, la bolsa española acentuaba sus pérdidas.
Todos los grandes valores del mercado español registraron pérdidas: Banco Santander, el 2,82 por ciento; BBVA, el 2,81 por ciento; Repsol, el 2,3 por ciento; Iberdrola, el 1,24 por ciento, y Telefónica, el 1,01 por ciento.
Sacyr lideró los descensos del IBEX con una caída del 6,36 por ciento, seguida de Gamesa, que cedió el 6,26 por ciento, mientras que Técnicas Reunidas bajó el 5,51 por ciento; OHL, el 5,32 por ciento; Mediaset, el 5,11 por ciento, y Abengoa, el 4,8 por ciento.
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