La política económica de Irlanda genera desconfianza en los mercados
Los inversores temen que la situación irlandesa acentúe la devaluación de la prima de riesgo de otros países, sobre todo en España, Grecia y Portugal.
Dublín/Los mercados de deuda intensifican su presión sobre la deuda de Irlanda por la desconfianza que generan los planes del Gobierno de Dublín para sacar al país de la crisis y hacer frente a unos intereses que aumentan día a día.
Mientras Alemania paga apenas un tres por ciento por la deuda que emite, Irlanda tiene que elevar su interés casi hasta el nueve por ciento para que los inversores compren sus bonos. Así quedó reflejado cuando los mercados de deuda fijaron el interés de los bonos irlandeses a 10 años en el 8,90 por ciento -el miércoles llegaron a estar en el 8,95 por ciento-, lo que elevó su prima de riesgo, es decir, su diferencial con el bono alemán de referencia, por encima de los 600 puntos básicos, unas cifras históricas e insostenibles.
El temor a que la situación irlandesa acentúe la devaluación de la prima de riesgo de otros países, sobre todo en España, Grecia y Portugal, ha provocado una cadena de declaraciones encaminadas a calmar los nervios de los inversores. El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, indicó que la UE ayudará a Irlanda "en caso de que sea necesario", aunque evitó "hacer especulaciones" sobre una cuestión espinosa para el Ejecutivo de Dublín.
Desde el Ministerio irlandés de Finanzas se insistió en que el Gobierno "está en condiciones de pagar su deuda", como demuestra el hecho de que volverá a emitir deuda del Estado el próximo año para "refinanciar" las arcas públicas. La desconfianza de los mercados en Irlanda, explicó un portavoz oficial, se debe a la incertidumbre que rodea a "ciertas economías" periféricas europeas sobre su capacidad para pagar los altos intereses que acumulan sus deudas.
A principios de esta semana, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, indicó en Dublín que los recortes presupuestarios previstos por el Gobierno irlandés para cumplir con las directrices comunitarias son "correctos", aunque se podrían renegociar dependiendo del crecimiento que experimente su economía en los próximos años. Rehn dejó entrever esta posibilidad en el transcurso de varias entrevistas mantenidas con los líderes de la oposición irlandesa, con quienes analizó los presupuestos generales del Estado para 2011, considerados como los más duros de la historia de Irlanda y cuyo objetivo es recortar 6.000 millones de euros de su déficit público, el doble de lo estimado hace un año.
Esa cifra forma parte de un plan más amplio del actual Ejecutivo irlandés, que busca reducir en los próximos cuatro años el déficit público hasta el tres por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) desde el 14 por ciento actual, el porcentaje más alto de la Unión Europea (UE). Para entonces, en 2014, el Gobierno de Dublín espera haber impuesto unos ajustes con los que confía en ahorrar hasta 15.000 millones de euros, casi el doble de lo anticipado, situación que preocupa a la oposición por las consecuencias sociales que podría acarrear.
Y el miércoles el Ejecutivo irlandés recibió un respiro cuando la CE concedió una extensión a su sistema de garantías a la banca, puesto en marcha a finales de 2009 para proteger a las principales entidades financieras del país de la crisis económica. Según el ministro irlandés de Finanzas, Brian Lenihan, la prórroga comunitaria "avala" la política gubernamental y sus "esfuerzos para restaurar" el sistema financiero nacional, en graves problemas desde el estallido de la burbuja inmobiliaria hace dos años. No obstante, el Gobierno de Dublín ha cifrado la factura final del rescate de los seis grandes bancos irlandeses en 50.000 millones de euros, lo que elevará el déficit público durante 2010 hasta el 32 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
La realidad es que el actual Gobierno tiene ante sí un reto descomunal para cumplir con los objetivos fijados en un momento en que su credibilidad tanto en Irlanda como en el exterior decrece alarmantemente. Con una ajustada mayoría parlamentaria, algunos expertos dudan de que Lenihan sea capaz de sacar adelante el próximo 7 de diciembre los presupuestos generales para 2011. De lo que no hay duda, según reflejan las encuestas, es que este Ejecutivo no permanecerá en el poder más allá de las próximas elecciones generales, previstas para 2012, lo que deja en el aire el citado plan cuatrienal.
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