Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
EPA del cuarto trimestre
Andalucía, igual que España, ya da síntomas de que el dinamismo laboral no iba a ser eterno. Hay signos de ralentización, y muy claros.
Así, en el último trimestre de 2022, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE, la región pierde 19.400 ocupados, casi la cuarta parte de todos los que se deja España (81.800). La cifra total de empleados, en cualquier caso, sigue siendo históricamente muy alta, 3.261.200, después de que en el tercer trimestre la comunidad andaluza alcanzara el récord absoluto.
Pero eso no oculta que el dato del final de año sea malo, hasta el punto de que asistimos a la primera destrucción de empleo en este periodo del ejercicio desde 2012. Ni siquiera durante los años más duros de la pandemia (2020 y 2021) sucedió eso.
En cuanto al paro, es cierto que baja en 3.400 personas, que eso contrasta con la subida de 43.800 personas en España y que el número absoluto (764.900 desempleados) es el segundo menor desde 2008. Pero también lo es que ese descenso del desempleo no se debe al dinamismo del mercado laboral sino a que desciende con fuerza el número de activos, en 22.700 personas. Los parados no dejan de serlo porque encuentren un empleo sino porque pasan a la inactividad, es decir, abandonan la búsqueda activa de un puesto de trabajo. Y, encima, el descenso (-3.400) es el peor dato registrado desde 2013.
La tasa de paro (relación entre desempleados y población activa) se sitúa exactamente en el 19% y suma dos trimestres consecutivos al alza (aunque la del último trimestre es mínima, de solo dos centésimas). El diferencial con España se sitúa en 6,13 puntos, casi un punto menos que los siete que registraba en el último trimestre de 2019, antes de la pandemia.
La mala evolución del último trimestre repercute con dureza en la evolución anual. Entre el último trimestre de 2021 y el último de 2022 se han creado solo 11.400 puestos de trabajo en Andalucía, lo cual es poco comparado con los 166.100 de 2021 (año especial ya que hubo un gran rebote tras el shock del coronavirus). La desaceleración en los últimos tres meses de 2022 es muy evidente, ya que en el tercer trimestre se creaban 133.100 empleos en el plazo de un año.
El dato mejora bastante, en cualquier caso, si hacemos una media de los empleos creados en cada trimestre en 2021 y 2022. Entonces salen 108.500 puestos de trabajo más de media el año pasado respecto al anterior, pero la tendencia la marca el último trimestre.
En cuanto a los parados, es cierto que en el último trimestre hay 56.900 menos que un año antes, pero también lo es que en el tercero esta cifra ascendía a 141.000. Y, además, los activos bajan en 45.500 (tras dos años en ascenso), por lo que gran parte de esa bajada del paro no obedece a la creación de empleo, como se ha mencionado anteriormente.
Por sectores, la evolución de la ocupación refleja mejor cómo ha ido el mercado laboral. La agricultura, por ejemplo, sufre las mermas de producción por la sequía de sectores clave y pierde 58.000 empleados en el último año (último trimestre de 2021-último de 2022); la construcción se deja 21.200, aquejada por un muy mal final de año; y la industria resiste mal que bien con 5.300 más. Los servicios son los que tiran del carro, con 85.300 nuevos puestos de trabajo, aunque el mal dato del último trimestre (-29.300) ya refleja que este maná de empleo se acaba.
También el sector público deja de ser un motor: pierde 4.000 puestos en el último año (frente a los 40.000 creados el año pasado). Y hay también 47.000 autónomos menos, lo que refleja que este colectivo es el más vulnerable a los vaivenes de la inflación.
Por provincias, ya hay cuatro que destruyen empleo en un año, las más agrarias: Almería, Huelva, Córdoba y Jaén. Cádiz y Granada (+1.100 ambas) y Málaga (+1.800) registran un comportamiento discreto y la única que muestra vigor es Sevilla, con 37.400 empleos más.
El año deja buenas noticias también como el espectacular aumento de indefinidos: 326.600 más, hasta superarse los dos millones (2.105.100). En solo un año, la tasa de temporalidad baja más de diez puntos: del 34,1% al 23,4%. La otra cara de la moneda es el aumento del trabajo a tiempo parcial en detrimento del completo, debido casi exclusivamente a la evolución del último trimestre: en el último año hay 35.800 trabajadores más a media jornada y 24.400 menos con la jornada completa, lo que eleva la tasa de trabajo a tiempo parcial al 15,3%.
La tasa de paro juvenil, por último, se reduce algo más de tres puntos porcentuales en un año, hasta el 35,8%, seis puntos y medio por encima del dato nacional.
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