Análisis
Santiago Carbó
Algunas reflexiones sobre las graves consecuencias de la DANA
Junto a Castilla-La Mancha, Andalucía fue la única región de España donde subió el paro y cayó la afiliación en febrero. No fueron cifras espectaculares, ni llamativas, pero sí suficientes como para contribuir a dar un pasito más en una evidente desaceleración del mercado laboral, al menos con respecto a los dos últimos años.
Acorde con los datos del Ministerio de Trabajo, el número de desempleados registrados en la comunidad sube en febrero en 4.596 personas (hasta 813.359) un dato mejor que el de 2018 (cuando fueron 7.473) pero peor que el de 2017 (2.361) y en cualquier caso en línea con la evolución de los últimos años. Por su lado, la afiliación a la Seguridad Social se reduce en 3.979 personas (hasta 3.083.559), un dato, el peor desde 2016, contrario a la tendencia nacional y que sólo se produce también en Castilla-La Mancha. La razón estriba, casi exclusivamente, en el fin de la campaña del olivar, que rebaja bruscamente el empleo sobre todo en Jaén (con 22.003 cotizantes menos) y en mucha menor medida en Córdoba (-2.485). Si la caída del sector primario no es mayor es porque Huelva comienza la campaña de la fresa.
Eso también tiene su reflejo en el paro, ya que el agrario es el único sector en el que sube el paro (8.245), si no contamos con el colectivo sin empleo anterior. En el resto, baja, y destacan especialmente los servicios, con 5.429 desempleados menos en febrero, el mayor retroceso desde 2009. También la construcción rebaja el paro en 664 personas, aunque en esta actividad lo más destacable es el dato de afiliación. Suma 7.132 trabajadores en sólo un mes, lo que sitúa el número total en 140.659. En un año, casi 15.000 personas han pasado a estar empleados en este sector por cuenta ajena, el mayor ascenso de todas las actividades.
En el cómputo anual, se constata que hay una clara desaceleración, con 30.608 parados menos, el número más bajo desde 2015. En 2018, de febrero a febrero, esta cifra ascendía a 50.888 y en 2017 a 93.638 (récord absoluto). En cualquier caso, la evolución es muy similar a la que se registraba en enero y un poco peor que la de los últimos meses de 2018. De momento, no hay datos para el alarmismo.
La afiliación se comporta mejor, con 90.362 empleos nuevos en Andalucía en un año. Hay desaceleración con respecto a 2018 (el mejor año de la recuperación, con 101.433), pero no es tan acusada como la del paro y la cifra está no muy lejana de la de 2017 (90.362). Lo que sí se detecta es un pequeño matiz diferente en la estructura de creación de empleo de este año con respecto al anterior. Mientras que en febrero de 2018 el aumento de afiliados correspondía casi exclusivamente al régimen general no agrario (100.389), ahora éste pierde algo de la tarta (77.745) y ganan terreno el sector agrario (que el año pasado perdió algo de empleo), al sumar 1.808; y los autónomos, que suman 11.679 afiliados frente a los 8.409 del año anterior.
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