La crisis irlandesa propaga el temor a un rescate de España y Portugal

España es la gran preocupación de la UE porque su dimensión es mayor que la de Portugal, Grecia o Irlanda. Un colapso requeriría un rescate inmenso, y lastraría a decenas de bancos franceses y alemanes.

Sinikka Tarvainen (Dpa)

23 de noviembre 2010 - 20:57

Bruselas/La preocupación financiera volvió a concentrarse en España y Portugal ante el temor de que puedan seguir los pasos de Grecia e Irlanda y verse obligados a solicitar ayuda internacional, lo que a su vez continuaría presionando a la baja el euro. "España podría ser la siguiente", advertían los medios, mientras que políticos portugueses de izquierdas acusaban a su gobierno de exponer al país a una intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI). Portugal se encuentra "camino a la desgracia griega", comentó Francisco Louca en un blog de la izquierda lusa.

Oficialmente Madrid y Lisboa insisten en que sus economías son más robustas que la de Irlanda. Las reformas económicas del Ejecutivo español han alejado al país de otros "con problemas", dijo la ministra de Economía Elena Salgado, mientras el primer ministro portugués, José Sócrates, aseguró que su país "resolvería sus propios problemas" sin necesidad de rescate.

Sin embargo, los intentos de transmitir confianza a los analistas financieros internacionales fueron infructuosos y los mercados sufrieron fuertes caídas. El Ibex 35, el selectivo del parqué madrileño, bajó un 3,05 por ciento, hasta los 9.691,80 puntos. Mientras, la prima de riesgo por invertir en bonos españoles a 10 años marcó en la jornada un nuevo máximo histórico: 236,1 puntos básicos al cierre de la bolsa española. El principal índice de la Bolsa portuguesa, el PSI-20 acumuló en la jornada de hoy una caída algo más suave del 2,18 por ciento.

Los analistas creen que el próximo país de la eurozona en necesitar asistencia financiera del FMI y de la Unión Europea podría ser Portugal, que tiene un déficit presupuestario del 9,3 por ciento, altos niveles de deuda privada y una tasa de desempleo del 10,0 por ciento. De hecho, el Parlamento luso está elaborando un presupuesto austero a fin de reducir su déficit a un 4,6 por ciento en 2011. Pero no todo el mundo está convencido de que el gobierno en Lisboa pueda recortar el déficit tanto.

Los recortes también minarán las perspectivas de tímido crecimiento del producto interior bruto, que en 2009 se contrajo un 2,7 por ciento. El gobierno socialista de Sócrates se enfrenta además a las continuas protestas contra sus reformas económicas de corte liberal. Dos de los principales sindicatos han convocado una huelga general para este miércoles. El ex ministro de Finanzas Bagao Felix advirtió de que Portugal es en estos momentos el país más vigilado por los mercados financieros. Aseguró que espera que las actuales turbulencias después de que Irlanda solicitara acogerse al fondo de rescate europeo amainen en las prómixas semanas. "Pero entonces la atención se centrará en nosotros", alertó.

España constituye un motivo de preocupación aún mayor para la Unión Europea debido a que su dimensión económica es considerablemente mayor a la de Portugal, Grecia o Irlanda. Un colapso financiero de la cuarta mayor economía de la eurozona requeriría un rescate inmenso, y lastraría a decenas de bancos franceses y alemanes que han financiado el crecimiento en España. Y posiblemente el euro también sentiría los efectos negativos, advirtieron analistas españoles. España, al igual que Portugal, destaca la solidez de su sector bancario y subraya que su deuda pública es relativamente reducida. Aun así, la deuda privada española, contraída por compañías y hogares durante los años de boom económico, se ha disparado a niveles superiores al 170 por ciento de su PIB. En 2009 el déficit presupuestario era del 11,2 por ciento.

A eso hay que añadir que España también sufrió un colapso similar al irlandés en el sector de la construcción que agudizó los efectos de la crisis global. La tasa de desempleo es del 20 por ciento, la más alta de la Unión Europea. Además la economía española es menos competitiva que la de Irlanda y sus mercados son más rígidos. El secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, señaló que en principio, si se sigue por el actual camino no habrá problemas. Aun así, muchos analistas sienten que las medidas del presidente del Ejecutivo José Luis Rodríguez Zapatero -los paquetes de austeridad, la reforma laboral y los movimientos para impulsar fusiones de cajas regionales- distan mucho de ser suficientes. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, insistió en la importancia de que el gobierno elabore un plan para elevar la edad de jubilación, reforma que consideró "crucial para recuperar la confianza de los mercados".

Entre tanto, un centenar de destacados empresarios y economistas firmaron un manifiesto en el que califican la situación económica de España de "muy seria", por lo que llamaron a acometer reformas para unificar la legislación mercantil en las 17 comunidades autonómas. El veradadero reto, estiman los analistas, es transformar las estructuras económicas de España y Portugal, que continúan dependiendo excesivamente de los sectores de la construcción y de servicios. Aunque el gobierno de Zapatero ha tratado de impulsar "un nuevo modelo económico" más competitivo e innovativo, los críticos aseguran que se necesitan medidas más duras.

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