Luis Calabozo, director general de la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil)
“Los productores de leche necesitan modernizarse para garantizar el aprovisionamiento”
Rogelio Velasco | Consejero de Transformación Económica, Industria, Conocimiento y Universidades
Sevilla/La economía mundial, como la española y la andaluza vive un momento de extrema dificultad por las restricciones que ha impuesto el Covid-19. En esta entrevista, Rogelio Velasco (Sevilla, 1957), responsable de la política económica andaluza, repasa este contexto y el futuro que nos aguarda.
–La pandemia ha puesto muy difícil la gestión económica tanto para administradores como para empresas y administrados. ¿Qué balance hace de 2020?
–Desde el punto de vista macroeconómico y del mercado de trabajo el año ha sido muy malo. Porque con un crecimiento negativo que estimamos que será del 11,4%, desde luego no para estar contentos. Pensamos que vamos a estar algo mejor que la media española, pero eso tampoco es forma de consolarse. No hay excusas. La pandemia ha tenido y sigue teniendo un efecto devastador sobre la economía, sobre la actividad de las empresas y sobre el empleo. Y esto hasta que no trascurra este primer trimestre de 2021, cuando esperamos volver a una tasa intertrimestral positiva, respecto al último trimestre de 2020, y después el segundo y el tercero, no vamos a empezar a percibir que la situación económica mejora. En todo caso, aquí es crítico cómo se está controlando la pandemia. Si efectivamente las medidas adoptadas por los gobiernos de dispensar rápidamente vacunas entre la población a escala masiva, nosotros pensamos que, desde el segundo semestre de este año, la economía andaluza en particular, y la española en general, va a experimentar un crecimiento muy fuerte. Ahora bien, toda la pérdida de PIB generada en 2020 no vamos a poder recuperarlo al 100% hasta bien entrados en el año 2022. En consecuencia, durante este año, las administraciones públicas, especialmente la Hacienda central, van a tener necesidad de emitir deuda pública en gran escala para financiar el déficit que también tendremos este 2021.
–¿Qué espera para este año?
–La previsión que manejamos es crecer en el conjunto del año el 7%. Eso será suficiente para contener la pérdida de empleo y que las empresas tengan una cuenta de resultados y una tesorería mejor que la están ahora.
–A la vista de ese balance, ¿ha sido adecuado el resultado de las medidas adoptadas por las distintas administraciones?
–Nosotros estamos agotando los recursos. Estamos utilizando todos los que están disponibles, tanto propios como por el endeudamiento que nos está permitiendo el Gobierno central, a través del Ministerio de Hacienda. Nosotros no podemos ir a endeudarnos a los mercados, porque lo prohíbe la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Lo que sí se ha conseguido es que las reglas fiscales no se apliquen ni en 2020 ni en 2021. Y Hacienda nos permitirá un déficit del 2,2% del PIB. Usar todos los recursos busca precisamente que la profundidad de la crisis sea menor y que el impacto temporal también.
–Respecto al empleo, los ERTE siguen vigentes, ¿cree que va a ser necesario prorrogarlos?
–Hasta el 31 de marzo, lo más aconsejable es mantenerlos. Porque hay muchas empresas que están en una situación muy difícil. Y si tienen que mantener el pago de salarios y cuotas a la Seguridad Social al 100% no van poder soportarlo. De manera que sería lamentable que, en el último repecho de esta crisis, se retiraran las ayudas del Estado y eso provocase una pérdida de empleo y un cierre de empresas a gran escala. Como consecuencia, desde la Junta de Andalucía, lo que pedimos al Gobierno es que los prorrogue hasta el 31 de marzo y que esa fecha se haga una evaluación de cómo se está comportando la economía española.
–¿Teme que si se retiran esas medidas a 31 de enero haya efectos indeseados en el empleo?
–Absolutamente. Si se retiran las medidas demasiado pronto, cuando las empresas tengan que soportar los costes al 100% sin que las ventas estén a ese nivel, habrá consecuencias. Si los ERTE desaparecen ahora, provocaría un daño muy importante sobre el tejido productivo y el mercado de trabajo. Por eso abogamos por mantenerlos al menos hasta el 31 de marzo.
–¿Qué otras medidas se plantea que se adopten?
–En el pago de impuestos, la Junta de Andalucía ha jugado un papel importante, al posponer o fraccionar su abono. Igualmente, en los préstamos de la Agencia IDEA, que rondan los 60 millones de euros, se ha pospuesto su pago. Son medidas que hay volver a analizar, para ver si es conveniente que se pospongan de nuevo el pago de impuestos y de los préstamos. Creo que sería una contribución positiva si vemos que la economía a final de marzo no se ha recuperado con la suficiente fuerza.
–Al margen de las medidas excepcionales, usted ha abogado por mantener en esta crisis la hoja de ruta de reformas que la Junta pretende liderar. ¿La pandemia lo va a permitir?
–Justamente, una de las razones por la que el Gobierno central y la Unión Europea han puesto en marcha el fondos Next Generation UE es tener un impacto positivo en un plazo muy corto. Pero también, contribuir a la transformación económica mediante la digitalización y la protección del medio ambiente. De manera, que efectivamente es posible. Sin embargo, sí se puede dar un problema transitorio, temporal, porque creemos que los recursos que Bruselas ha puesto a disposición de España, de 140.000 millones de euros, no van a estar completamente disponibles desde el principio, sólo una parte muy pequeña. Calculamos que a la altura del mes de junio, cuando tengamos una certeza mayor sobre cuándo van a llegar los recursos a España y Andalucía, será el momento de barajar qué medidas puede adoptar la Administración autonómica para que las empresas no sigan en una situación de asfixia financiera y puedan aprovechar cuanto antes esos recursos del fondo Net Generation UE.
–Antes de entrar en esos fondos, quiero que valore datos muy recientes que sostienen que en 2019 la innovación de las empresas andaluzas creció mucho más, como la Junta defiende. ¿La pandemia ha frenado ese crecimiento en 2020?
–Paradójicamente, la pandemia ha estimulado la innovación empresarial. Porque en muchísimos casos han tenido que cambiar la forma de producción o distribución o llevar a cabo un planeamiento financiero más riguroso. En ese sentido, los fondos que se han ido distribuyendo a través de la Agencia IDEA, no sólo como subvenciones sino como préstamos a la innovación, han funcionado. Estamos muy contentos con ese resultado de 2019 de que el gasto en innovación se ha incrementado un 25%. Eso significa que ese incentivo europeo a la innovación está funcionando.
–Respecto al fondo para la reconstrucción europea, hay cierto temor en la clase empresarial de que su distribución esté centrada en Madrid, con una distribución prácticamente única desde el Gobierno central. Que no haya un reparto homogéneo y adecuado de los fondos. ¿Usted comparte este temor?
–Tengo que decirle sinceramente que sí. Nosotros vamos a mandar todos los proyectos que hemos ido recopilando, tanto institucionales, de iniciativa pública, como del sector privados, pero desconocemos los criterios que se van a utilizar por parte del Gobierno central para la distribución de esos recursos. La información que nos llega no voy a decir que sea pesimista, pero tampoco invita al optimismo. Visto además cómo ha repartido el Gobierno central el fondo Covid, en el que a Andalucía sólo ha llegado el 10%, cuando tenemos casi el 20% de la población y el 13% del PIB, pues lógicamente estamos inquietos por los criterios que va a utilizar el Gobierno y las cantidades que van a corresponder a Andalucía. Vamos a estar muy encima, pero nos gustaría que las comunidades autónomas tengamos voz antes de que el reparto se llevara a cabo.
–¿Los proyectos que ya han recopilado son adecuados?
–Sí, sí. Absolutamente. Responden a las prioridades marcadas desde Bruselas, que es el criterio que hemos seguido para seleccionar a las empresas que vamos a remitir a Madrid para que puedan beneficiarse de estos fondos. Entre ellos están la mejora de la eficiencia energética, la generación con fuentes renovables, la digitalización, la eficiencia de la Administración. Los proyectos que hemos presentado son de empresas que cumplen una o varias de estas directrices.
–Al principio de la entrevista dijo que Andalucía, aunque no sea ningún consuelo, podría haber evolucionado un poco mejor que la media española. ¿Es por nuestro sector agrario, por una menor afectación en el turismo que en comunidades donde es monocultivo o por otro factor?
–Hay tres cuestiones relevantes para ello. Una primera, efectivamente, es que la agricultura ha tenido una contribución muy positiva en el mantenimiento e incluso, en algunos casos, la ampliación de la actividad. Es muy exportadora y la gente ha tenido que seguir alimentándose. Hay una segunda cuestión. El sector industrial en Andalucía también ha tenido un comportamiento mejor que la media española. Y, por último, el mero hecho de que el sector público en Andalucía sea, con relación al PIB, mayor que la media española, también ha contribuido a la estabilidad y a un menor decrecimiento de la economía andaluza. En otras palabras, tenemos más funcionarios y más gasto público autonómico. Y en este contexto también ha supuesto una contribución positiva.
–Respecto al sector industrial hay bastante inquietud por uno de los más relevantes, el aeronáutico. El 80% de la flota comercial está en tierra, hay bastantes procesos de regulación de empleo tanto en Airbus como en el sector auxiliar. ¿Cómo ve el futuro del sector aeronáutico andaluz?
–Nosotros hemos elaborado, está a punto de finalizarse, una estrategia para el sector aeronáutico. Y el Gobierno ha aplaudido mucho este documento. Nosotros hemos pedido en varias ocasiones al Ministerio de Industria que creara un fondo específico de ayuda al sector, porque es fundamental no sólo para la economía andaluza, con las factorías que tiene en Sevilla y Cádiz, y por las empresas pequeñas que suministran, que están también en esas provincias y en Málaga. Tampoco es porque sea un sector que da empleos de calidad y mejor pagados, sino porque tiene una influencia positiva en otros muchos sectores. Ese fondo, a imitación de lo hecho en Francia, Alemania Reino Unido, debe intentar mantener el mayor número de empresas del sector posible. El cierre de empresas aeronáuticas es una tragedia por lo complejo que es la propia creación de esas empresas. No podemos esperar más tiempo y este fondo debe ponerse en marcha lo antes posible.
–Otra industria muy emergente va a ser la de generación de energía eléctrica limpia, que va a tener un papel muy relevante.
–Hay muchos proyectos, tanto fotovoltaicos como eólicos, que se van a desplegar muy pronto. Y eso va a incrementar la capacidad de generar energía eléctrica utilizando fuentes limpias en Andalucía. Y no sólo se trata de generar, sino de la inversión que conlleva este tipo de instalaciones y de la creación de empleo. Soy optimista con este sector.
–¿Qué balance hace del decreto para reducir la burocracia en Andalucía?
–Sin lugar a dudas, esa reforma ha sido un éxito. Estamos empezando a evaluarla, pero toda la información que nos llega es positiva. En Andalucía es más fácil instalar y dirigir una empresa que hace un año y medio. Y no nos vamos a parar ahí. Vamos a reducir aún más la carga administrativa y burocrática de las empresas.
–Tras haber sido imposible ayudar a Abengoa en los términos que se le pedía a la Junta, ¿cómo ve ahora su situación?
–Nuevamente ha habido problemas en la constitución del consejo de administración de la matriz. Lo que deseamos es que esos problemas se arreglen cuanto antes, porque es la única manera de transmitir al mercado una imagen de estabilidad y de continuidad de la empresa, no sólo a corto plazo, sino al medio plazo. Para que mantenga su actividad, vuelva a crecer y generar empleo.
–¿Barajan otra ayuda que no sea la financiera pedida?
–Nosotros no encontramos fórmulas legales para dar esa ayuda financiera. No podemos dar una aportación directa como ésa [20 millones de euros de forma directa y sin concurrencia pública]. Y por eso no vamos a hacerlo. En España la única entidad que puede hacerlo es la SEPI, que depende del Gobierno. Y por ahora no parece que ésa sea la vía escogida. Fuera de la ayuda financiera, lo único que podemos ofrecer desde la Junta de Andalucía es respaldo institucional.
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