Una guerra política amenaza el rescate de Portugal
La lucha por el poder entre los principales partidos, reacios a negociar un acuerdo, pone en riesgo la ayuda financiera de la Unión Europea
Lisboa/A Portugal le ha llegado la hora de la verdad: comienzan las negociaciones para el paquete de rescate de la Unión Europea (UE), pero el acuerdo parece todo menos fácil a causa del duro enfrentamiento entre los partidos políticos. La lucha por el poder ha escalado a tal punto que amenaza la ayuda para el país más pobre de Europa occidental. Los mercados no escaparon al creciente nerviosismo, las tasas que pagan los bonos del Estado lusos llegaron a nuevos récord, al tiempo que la Bolsa se hundió a su peor nivel desde principios de año.
Las delegaciones del Banco Central Europeo (BCE), de la Comisión Europea y del Fondo Monetario Internacional (FMI) que la semana pasada analizaron la situación en Portugal iniciaron este lunes las negociaciones con el gobierno en funciones para la ayuda de 80.000 millones de euros. Para este martes están previstos encuentros con representantes de los empresarios y los trabajadores. Y también se quiere que participe la oposición, pero antes de las elecciones del 5 de junio la disposición a negociar es escasa.
La guerra verbal entre los socialistas del primer ministro José Sócrates y los conservadores del Partido Socialdemócrata (PSD) se asemeja a un combate en el barro. El líder del PSD, Pedro Passos Coelho, que según las últimas encuestas es el favorito para ganar las elecciones, le niega a Sócrates su apoyo pleno y afirma que el gobierno tiene "cadáveres (financieros) en el sótano". Sócrates, cuya capacidad de maniobra está muy reducida, llamó el domingo a su adversario a dejar a un lado sus "ansias de poder" y a "asumir la responsabilidad".
El semanario liberal Expresso ve las cosas mal y alerta: "Se nos está acabando el tiempo. Todo Portugal agradecerá que los partidos (...) dejen a un lado de una vez sus disputas". En la Bolsa tampoco se habla bien de los partidos. "Esto es como la cuenta atrás al infierno", dice un inversor. El ex presidente Jorge Sampaio llamó a los partidos a la moderación y la unidad. El paquete de ayuda debe estar listo para mediados de mayo. Pero antes de que llegue el dinero, Lisboa debe firmar una declaración de intenciones a la que Bruselas le pueda dar luego el visto bueno.
El periódico económico Jornal de Negocios afirma que Jürgen Kröger, de la Comisión Europea, pedirá una rebaja de salarios. Los numerosos restaurantes de lujo y coches caros que se ven por las calles demuestran que muchos portugueses han estado viviendo por encima de sus posibilidades, pero la mayoría de los expertos duda de que se pueda pedir más sacrificios a la mayoría de los ciudadanos. "El gobierno tiene que decirle al pueblo que en 10 o 15 años no tendrá dinero para pagar por ejemplo las jubilaciones o la salud", asegura el reconocido economista Henrique Medina Carreira, que lleva años alertando de un colapso del país.
Pero la situación es ya hoy todo menos positiva para la mayoría de los portugueses. Lo normal es cobrar menos de mil euros (1.400 dólares), mientras que es casi imposible encontrar en Lisboa apartamentos cuyo alquiler cueste menos de 800 euros. Los impuestos subieron considerablemente el año pasado y este, y se recortaron los gastos sociales. El gobierno tuvo que desmentir informaciones según las cuales en los hospitales faltan medicamentos. La organización católica de ayuda Cáritas reveló que desde noviembre aumentó un 40 por ciento el número de familias que atiende.
Por su parte, el diario de masas Correio da Manha alarmó aún más a sus lectores: "El FMI ataca las jubilaciones y los gastos sociales", tituló en primera plana. Medina Carreira cree que hay una sola salida de la crisis. "Tenemos que crecer entre un tres y un cuatro por ciento al año, de lo contrario nunca podremos pagar nuestras deudas". Pero ni él mismo sabe decir cómo lograrlo, en un país estructuralmente débil que en la última década creció de media un 0,6 por ciento.
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