Glentra compra el grupo Kyoto y desplaza su centro de decisión a Sevilla, donde radica su filial española

Impulsa un cambio estratégico para que la empresa venda calor descarbonizado a la industria y no como hasta ahora los equipos que fabrica para generarlo

Iberdrola y Spirax-Sarco que entraron en la capital de Kyoto en junio de 2023 seguirán como minoritarios

Morten Bülow, Andrés Barros y Simen Bomnes Valåmo, en la sede de Kyoto en Sevilla, junto a una maqueta del Heatcube.
Morten Bülow, Andrés Barros y Simen Bomnes Valåmo, en la sede de Kyoto en Sevilla, junto a una maqueta del Heatcube. / Juan Carlos Muñoz

Sevilla/El fondo danés Glentra, participado por la farmacéutica Novo Nordisk y el fondo de pensiones de Dinamarca, se ha hecho con el control de la compañía de origen noruego Kyoto, cuya filial española radica en Sevilla, y que a partir de ahora acogerá el centro de decisión de la multinacional, que está inmersa en un cambio estratégico para vender calor descarbonizado a la industria y no los equipos que diseña para generarlo en los momentos en los que el precio eléctrico es más favorable.

En una operación ejecutada el pasado mes de junio, Glentra invirtió en el grupo Kyoto, especializar en soluciones energéticas basadas en el almacenamiento de calor, que redundó en una participación de más del 95% de su capital, lo que supuso también su exclusión de la cotización de la compañía en el índice Euronext Growth. Iberdrola y Spirax-Sarco, que invirtieron en el grupo en 2023, siguen como minoritarios.

La toma de control de Kyoto por parte de Glentra ha supuesto también que el grupo tome un nuevo rumbo. La compañía ahora presidida por Lars Villadsen –socio en Glentra– ha designado como nuevo CEO global a Morten Bülow y está desarrollando un cambio estratégico del negocio. El principal es el cambio de modelo comercial, al pasar de vender sus productos para generar calor descarbonizado con energía eléctrica a bajo precio a la industria, a vender directamente el calor generado como un servicio (heat as a service, HaaS).

El producto principal de Kyoto, el Heatcube, permite separar la carga de calor en los momentos en el que la energía eléctrica tiene precios muy baratos del momento en el que la industria necesita que se le sirva el calor para su proceso productivo.

Este giro estratégico supone un cambio radical, porque la compañía prevé que los activos que construya para prestar esos servicios a la industria sean de su propiedad, aunque radiquen en las instalaciones del cliente, y ofrezcan un precio por el calor indexado al del gas (incluyendo peajes y emisiones de CO₂) menos un descuento. Esto supone agrandar su mercado, lo que ya ha generado interés en destacadas firmas industriales europeas.

Este cambio de estrategia mercado lleva aparejado centrar su actividad en tres países: Dinamarca, Alemania y España. En línea con este diseño, el CEO global se ha establecido en Sevilla en vez de en Noruega, donde estará unificado el principal centro de decisión con el de desarrollo tecnológico, que ya estaba en la ciudad hispalense. Andrés Barros continuará como director de Tecnología y CEO de la filial española, que nació tras la compra de la compañía Mercury por parte del grupo Kyoto.

El 74% de la energía que consume la industria es en forma de calor y el resto consumo eléctrico puro”, explican Barros y Bülow, para dimensionar las posibilidades de mercado que supone que a partir de ahora su oferta comercial a toda la industria mantenga las ventajas de su producto Heatcube sin necesidad de hacer una inversión, que dependiendo de las necesidades de cada planta estaba entre los 8 y los 10 millones de euros.

La venta de calor como servicio se establecerá mediante acuerdos de largo plazo entre Kyoto y las industrias –habitualmente de un plazo de uno 15 años–, en el que activo es propiedad de Kyoto.

Esta estrategia comercial también supondrá una evolución tecnológica del Heatcube, que ya está en marcha, en el que la modularidad será una de sus características principales, para adaptar el activo a las necesidades de cada cliente.

Bülow espera que este cambio de estrategia comercial permita un fuerte crecimiento de su negocio, superior al 100% en cada uno de los próximos ejercicios, y que la compañía pase a tener Ebitda positivo a partir del ejercicio de 2027. La compañía prevé, además, ir ganando economía de escala conforme se vayan firmando clientes, lo que permitirá reducir el tiempo de instalación del Heatcube, cuyo ensamblaje se hará en Sevilla, además del diseño de la ingeniería como hasta ahora.

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