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Foro de empresas
Sevilla/Una de las debilidades del tejido productivo español, y también del andaluz, que más señalan de forma recurrente distintos analistas se refiere a la densidad empresarial y al tamaño de las compañías. Tener más empresas y que éstas tengan mayor dimensión es un reto compartido por los propios empresarios, la administración y el sector financiero que les asiste continuamente en su actividad.
Así quedó de manifiesto este miércoles en una nueva edición del Foro de Empresas organizado por Grupo Joly y Banco de Santander en Sevilla, bajo el título Crecimiento empresarial: claves estratégicas.
Desde el mismo inicio de esta jornada, el director territorial del Banco Santander en Andalucía, Manuel de la Cruz, dejó claro que “el tamaño sí importa cuando se trata de competir”.
De la Cruz dibujó el contexto económico actual, con una fotografía macroeconómica que “es buena” en España, en el que hay “mayor posibilidad de apalancamiento”, por lo que tendió la mano a los empresarios que necesiten financiación, y no sólo la tradicional bancaria, sino a través de otras herramientas que el banco pone a su disposición, entre las que citó Trainera, Smart o Smartagro, entre otros.
Además, resaltó que “Andalucía es un mercado que sigue tirando muy bien”, y resaltó la gestión “excepcional” que está habiendo en la vertiente pública de la economía regional y puso como ejemplo los fondos del Plan de Recuperación y Resiliencia.
También el presidente ejecutivo de CAF Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, Sergio Díaz-Granados, animó a los empresarios presentes en el Salón Real del Hotel Alfonso XIII a apostar por hacer crecer sus compañías mediante la internacionalización y, en concreto, en la región en la que está enfocada su entidad.
Díaz-Granados animó a los empresarios con argumentos, no sólo por los lazos históricos entre América Latina y España, sino porque existe “una gran oportunidad de negocio”. Entre esos argumentos recordó que el crecimiento de la población hispanohablante en Estado Unidos está haciendo que ya se venda en el mercado estadounidense más tequila que bourbon o que el guacamole sea un producto estrella en fechas señaladas como la Super Bowl.
La experiencia de hacer crecer a las empresas fue abordada desde distintas perspectivas en la mesa debate con la que continuó el Foro de Empresas.
Moderada por Isabel Puig, directora de Coordinación Institucional de Santander España, participaron Germán del Real, director general de Ayesa; Antonio Lappí, presidente y CEO de Lappí Labels & Flexible Packaging; Antonio Castro, director general de la Agencia Trade, y José Moya, socio director de Cuatrecasas.
La propia Puig situó el debate al recordar que el tejido productivo nacional tiene un 99,8% de pymes y que más de la mitad no tienen ningún empleado. De hecho, comparó que en España hay 4,9 empleados media frente a los 8 que tienen las compañías en Reino Unido o los 11 de Alemania.
Además, enfatizó que existen escalones de dificultad para el crecimiento según el número de empleados. El primero es entre no tener ninguno o contratar al primero. Pero también al saltar de 9 a 10 trabajadores, de 19 a 20 o de 49 a 50.
También citó como dificultad la complejidad legislativa que existe en España, así como las trabas administrativas y laborales, que aumentan de forma directamente proporcional al tamaño de las empresas.
Las dos compañías presentes en el debate explicaron su experiencia de acudir a una inyección de capital para crecer.
Germán del Real recordó que los accionistas de Ayesa, la familia Manzanares, decidieron acometer, para crecer reforzar el capital de la compañía, una operación que cristalizó con la entrada de A&M Capital Europe como socio mayoritario. “Encontrar el socio adecuado no es un camino fácil”, dijo el ejecutivo, que también defendió que la operación dejase en manos del fondo la mayoría del capital, “porque cuando no lo tiene, el condicionado que introducen les dan poderes como si la tuviesen”, dijo.
Desde la toma de control del capital por el fondo, Ayesa cumplió su objetivo de crecer y lo ha hecho, recordó Del Real, de manera inorgánica, con hasta cinco adquisiciones, que ha llevado el negocio hasta superar los 700 millones de euros y a casi triplicar su plantilla, al pasar de unos 5.000 empleados a los 14.000 actuales.
También Antonio Lappí destacó la importancia de acertar a la hora de encontrar un socio si, como en el caso de su empresa, opta por encontrar un inversor.
En su caso lo hicieron porque, como primer ejecutivo, también tenía inquietud por el tamaño para poder competir y crecer.
Destacó que un proceso de este tipo exige formar un equipo profesional e incluso “sacrificar margen para atraer talento”, con vistas a prepararse para la fase de crecimiento que se tiene como objetivo. El miedo, el riesgo y muchas veces la ignorancia o el idioma, son factores que hay que tener en centra o adquirir en este proceso.
Lappí relató que tras explorar el mercado alternativo, optaron “por el private equity”. “Y el primero que debe creérselo es el capital preexistente”, dijo.
Además, recalcó que su empresa tuvo “la suerte de decidir con cuál” de las cuatro opciones que se le presentaron. “El tamaño del fondo también importa”, dijo porque cree que es importante “ser alguien” para los inversores.
Resaltó también que es vital prefijar “cómo será la salida” de los inversores “y cuál es el pacto de socios”. “Es muy importante, tanto como el valor de la operación”, enfatizó.
Su compañía ha pasado de facturar 18 millones a 65, consolidando e integrando también algunas empresas adquiridas. Pero sobre todo ha servido para mejorar “la rentabilidad, que es lo más importante, el Ebitda”, dijo. Un parámetro que en el caso de Lappí Labels & Flexible Packaging ha crecido desde 2,5 millones de euros a 12,5. Y la plantilla ha pasado de 60 personas a 370. “La productividad por persona se ha disparado, y no sólo por la robótica que hemos introducido, sino por la especialización de cada centro de trabajo”.
Lappí recalcó que considera muy relevante que en estas operaciones se evalúe bien la “creación de valor” que suponen para la compañía.
Antonio Castro explicó, por su parte, en qué consiste Andalucía Trade, la agencia que integró otras tres: IDEA, Extenda y la Andaluza de Conocimiento. Así como qué están haciendo para “aglutinar todas las herramientas y competencias para la transformación y el desarrollo económico”.
Entre ellas destacó la puesta en marcha, desde ayer mismo, de los nuevos incentivos a la industrialización y la innovación de empresas, pymes y autónomos andaluces.
La cuarta voz en el debate la puso José Moya, quien enfatizó que la “base del crecimiento está en el cambio cultural” de una empresa. “Atreverse al crecimiento”, dijo y para eso “hay que convencerse y meterlo dentro de la cultura corporativa”.
Tanto que señaló que ese convencimiento y ese cambio cultural deben “venir de arriba hacia abajo, empezando por el capital, y de ahí al equipo directivo y a toda la organización”.
Otro aspecto que resaltó fue la necesidad de hacer cambiar las estructuras de gestión de los recursos humanos, porque “el crecimiento en talento tiene que acompañar al crecimiento de la compañía”.
El Foro de Empresas fue clausurado por la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos de la Junta de Andalucía, Carolina España, quien hizo un repaso a las políticas que desarrolla el Gobierno autonómico para cooperar en el crecimiento de las empresas, y con ellas, de la economía regional.
“Tenemos que ir de la mano de los empresarios” para lograr el cambio que este Ejecutivo ha querido imprimir en los cinco años que lleva gobernando Andalucía.
Frente a un “ambiente muy tóxico” en la política española, España defendió la apuesta por la moderación y el diálogo y reiteró que han querido hacerlo de la mano de los empresarios, que son, dijo, “los principales aliados del Gobierno andaluz”. “Sois los que creáis empleo. El Gobierno no está para crear empleo, sino para crear el ecosistema que permita el crecimiento económico y el desarrollo social”, agregó España.
Para lograr ese objetivo, España recordó que el Consejo de Gobierno de la Junta presidido por Juan Moreno decidió emprender “una revolución fiscal”, que ha permitido a Andalucía ser “la segunda comunidad donde menos impuestos se cobran”. También apostó por la simplificación administrativa, con cuatro decretos que han eliminado o simplificado 450 trámites. Y, en tercer lugar, saneando las cuentas públicas de la Junta de Andalucía.
Tras recordar los incentivos que ayer se ponían en marcha, por 244 millones de euros, España consideró “clave incrementar el tamaño y densidad empresarial” de Andalucía y resaltó que creía que la comunidad está dando pasos en la dirección correcta, con buenos resultados en la exportación y en el mercado laboral, aunque reconoció que aún queda mucho que hacer para reducir el paro.
España terminó con una reivindicación y un llamamiento a la movilización de todos los andaluces en torno a la financiación de la autonomía, que está “infrafinanciada desde que en 2009, el Gobierno de Zapatero y ERC, pactaron el actual sistema, que se ha demostrado lesivo para Andalucía”. “Recibimos 170 euros menos por andaluz”, resumió la consejera, que reiteró que la Junta reclama un “fondo transitorio que compense la infrafinanciación”.
Lo que pedimos es por “igualdad y justicia”, unas reivindicaciones a las que, opinó, “la sociedad civil tiene que unirse para reclamar esa financiación” justa.
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