Un examen diario en los mercados

El anuncio de la ampliación llevó a la firma a un rally bajista que ha situado la acción por debajo del euro. La compañía llegó a valer 1.680 millones frente a los 795 de este jueves.

T. M. Sevilla

25 de septiembre 2015 - 05:02

El anuncio del acuerdo para la ampliación de capital no ha hecho más que -por ahora- aumentar aún más la volatilidad de la acción de Abengoa. Así, los títulos cerraron la sesión de ayer con una caída del 3,79% y registraron el mayor descenso del Íbex, solo por detrás de Gamesa.

En concreto, las acciones cerraron a un precio de 0,93 euros, a pesar de que el mercado acogió a primera hora de la mañana con una fuerte subida, del 10%, el anuncio del pacto con los bancos acreedores sobre la ampliación.

La bajada al cierre de la sesión no neutraliza de todas formas la fuerte subida en la sesión de ayer, en la que las acciones llegaron a registrar una revalorización de hasta el 22% ante la expectativa del cierre inminente de la operación. El mercado, pues, ya había descontado el cierre de la operación y en el conjunto de los dos días -el miércoles y ayer- el saldo termina siendo positivo.

El de ayer no es más que un episodio más de la tremenda volatilidad de los títulos de la compañía en los últimos meses y muy especialmente a partir del viernes 31 de julio -cuando se redujeron las previsiones de ingresos y Ebitda para 2015- y el lunes 3 de agosto, cuando se anunció por sorpresa la ampliación de capital. Los mercados reaccionaron de forma muy negativa: se transmitió el mensaje de que la compañía estaba peor de lo que había pregonado; los accionistas veían como se podía diluir el valor de la acción con la ampliación; y, además, Abengoa no concretaba detalles sobre cómo se efectuaría -estaba pendiente de la negociación con los bancos- lo cual generaba aún más incertidumbre.

En una semana, la multinacional se dejó el 47% de su valor en Bolsa. Pasó de valer 1.680 millones en el parqué a 936 millones. El rally bajista no paró ahí y continuó en los días siguientes, con puntuales alzas que hicieron que Abengoa se convirtiera en el valor ideal para los especuladores. La compañia llegó a quedarse en 0,85 euros por acción, lo que condujo a una situación cuanto menos curiosa: la cuantía de la ampliación de capital, 650 millones de euros, prácticamente era idéntico al valor de la ampliación de capital. Ayer cerró en 795 millones de euros.

Parece que queda muy lejano el verano del año pasado, cuando la salida a Bolsa de la filial americana, Abengoa Yield, llegó a elevar el valor de la acción a 4,7 euros. La creación de esta división -que funciona como gestora de proyectos ya construidos, con el objetivo de generar ingresos- tenía como uno de sus objetivo precisamente reducir deuda, como lo había sido con la venta de Telvent o Befesa. La acción de Abengoa en los últimos tiempos ha residido en lanzar mensajes al mercado en este sentido, y en ocasiones ese esfuerzo ha tenido éxito.

Uno de los mayores tropiezos ocurrió en noviembre del año pasado, cuando Abengoa no consideró deuda corporativa una emisión de bonos de 500 millones de euros al estar vinculada a proyectos. Fitch sí lo hizo, y eso provocó dudas en los inversores sobre cuál era la dimensión real del endeudamiento de la compañía. Finalmente, Abengoa reaccionó con todo tipo de aclaraciones en una presentación en Nueva York, lo que contribuyó a estabilizar la acción. La alianza con EIG Global Energy Partners para acometer proyectos conjuntos y la reestructuración de la firma tras la marcha de Manuel Sánchez Ortega no modificaron la línea de estabilidad de las acciones, que oscilaban entre los 2,9 y los 3,3 euros por título, un 60% más que los 1,5 euros a los que llegó a caer tras la crisis de noviembre de 2014.

Al margen de la situación financiera, lo cierto es que en estos últimos años Abengoa ha profundizado en su perfil internacional, hasta el punto de que la mayor parte de su negocio, en torno al 30%, se concentra en EEUU y sólo un 14% en España. Además, ha sido protagonista de hitos como la adjudicación del mayor complejo solar del mundo en Arizona y la reciente concesión de una planta de ciclo combinado en México por 1.309 millones de euros. La multinacional es un gigante diversificado y con proyectos en todo el mundo y ahora tendrá que demostrar, también, que tiene futuro y sostenible desde el punto de vista financiero.

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