Las (emprendedoras) ricas también lloran

Observatorio empresarial

Investigaciones sugieren que, aunque las mujeres de estatus alto dedican menos horas al trabajo doméstico, sufren más presión para la maternidad

Las (emprendedoras) ricas también lloran
Las (emprendedoras) ricas también lloran
Ana Pérez-Luño · Ana María Bojica - Catedráticas en Organización de Empresas en la Universidad Pablo de Olavide y Universidad de Granada

08 de octubre 2022 - 06:05

¿ESTÁN las emprendedoras ricas protegidas ante las crisis? La pandemia de la Covid-19 ha impactado a toda la sociedad, pero muy particularmente a las mujeres, y más aún a las emprendedoras. Esta enfermedad ya ha contagiado a 545 Millones de personas en el mundo, 12,7 millones en España. Las medidas implantadas por los gobiernos para contener los contagios han sido necesarias para frenar la expansión del virus. Sin embargo, colateralmente, supusieron en 2020, una caída del PIB en todo el mundo y, en el caso español de más del 10,8%. La contracción de la economía afectó mayoritariamente a los emprendedores y en concreto, a las mujeres emprendedoras. El motivo es que en general, las mujeres emprendedoras tienen menos recursos empresariales y más dificultad para acceder a ellos que los hombres. La tabla presentada a continuación resume las diferencias en los problemas que han sufrido durante la pandemia hombres y mujeres de 23 países, incluyendo a España, que representan. las ¾ del PIB y el 56% de la población mundial.

Si la situación de las mujeres emprendedoras era delicada de por sí, la pandemia de la Covid-19 nos ha ofrecido un contexto ideal para analizar las diferencias de género en el bienestar económico y psicosocial de los emprendedores y emprendedoras en respuesta a la adversidad. En diversos grados, los gobiernos de todo el mundo implementaron medidas de 'confinamiento' para frenar la transmisión del virus, lo que llevó a contactos sociales restringidos, cierres de lugares de trabajo y escuelas, etc. Esta situación afectó a los ingresos, pero todavía más a las personas (existen diversos llamamientos a la atención de la salud mental de la población tras la pandemia), y especialmente al bienestar de los emprendedores de una manera sin precedentes. El cierre de escuelas y el trabajo online durante la pandemia han supuesto un aumento importante de la carga del cuidado infantil, que ha sido asumida principalmente por las mujeres, con un importante efecto negativo en su bienestar. El incremento de estrés es todavía peor para aquellas mujeres que además de cuidar a su familia, tienen la responsabilidad de sacar una empresa adelante y, en muchos casos, tienen familias que dependen económicamente de ellas. Es cierto que los emprendedores tienen libertad para diseñar trabajos que se ajusten a sus propias características y circunstancias únicas, pero ¿ha amortiguado esa flexibilidad el estrés provocado por la pandemia y sus consecuencias?

Los efectos de género no pueden entenderse de forma aislada de otras categorías de diferencia y desventaja, ya que no todas las mujeres emprendedoras afrontan este tipo de situaciones adversas con los mismos recursos psicológicos. El estatus socioeconómico subjetivo, es decir, la posición social y económica autopercibida de un individuo en relación con los demás, es un determinante importante de cómo las personas se evalúan a sí mismos y a sus recursos, y condiciona su comportamiento. Investigaciones recientes han señalado que las personas con un estatus socioeconómico subjetivo más alto tienen una mayor autoestima, más confianza en sí mismos y una mayor percepción de control.

Desde esta perspectiva, a priori, las mujeres emprendedoras con mayor estatus socioeconómico subjetivo contarían con más recursos psicológicos (y materiales) para enfrentar la adversidad y, por lo tanto, sufrirían menos pérdidas de recursos que las mujeres emprendedoras de menor posición social y económica. Sin embargo, investigaciones previas sobre género y estratificación social sugieren que, aunque las mujeres de estatus medio y alto dedican menos horas al trabajo doméstico que las mujeres de estatus bajo, el esquema cultural de las primeras implica que sufren más presión para la maternidad intensiva, lo que las obliga a ajustar su vida profesional a estas expectativas. Además, las medidas de encierro implicaron la pérdida de apoyo en el trabajo doméstico para estas mujeres, un retroceso que podría haberlas hecho experimentar las medidas de contención como una carga más alta y estresante que a las mujeres con un estatus socioeconómico subjetivo más bajo.

En base a estas ideas, hemos analizado cómo la intensidad de confinamiento, el género y el estatus socioeconómico subjetivo han impactado en el bienestar psicosocial de los emprendedores españoles, encontrando que el estatus socioeconómico subjetivo mejora el bienestar psicosocial y que las mujeres experimentaron una mayor disminución en su bienestar psicosocial que los hombres. Además, los resultados señalan que las mujeres con estatus socioeconómico subjetivo más alto experimentaron una mayor disminución en su bienestar que las mujeres emprendedoras con estatus socioeconómico subjetivo más bajo. Por tanto, disponer de mayores recursos no protege necesariamente el bienestar de las mujeres. Estos resultados sugieren que la escasez crónica de recursos, como la experimentada por los emprendedores de bajo estatus socioeconómico subjetivo, y las pérdidas agudas de recursos, como las derivadas de las medidas de contención, podrían presentar diferentes dinámicas en términos de su efecto sobre el bienestar de las mujeres emprendedoras y cómo se enfrentan al estrés. Parece que las mujeres menos afortunadas económicamente desarrollan resiliencia, lo que las dota de recursos psicológicos para amortiguar el impacto negativo de las crisis agudas. En definitiva, la información obtenida abre una vía interesante para la investigación futura en emprendimiento, sobre el bienestar como variable modificable, el género y sobre cómo el estatus socioeconómico subjetivo configura las experiencias y los recursos psicológicos para enfrentar crisis agudas y adversidades prolongadas.

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