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Bruselas/¿Cuánto cuesta una cumbre europea de jefes de Estado y de Gobierno como las que llevan celebrándose desde el inicio de la crisis y como la que tendrá lugar el jueves y el viernes en Bruselas? Al menos nueve millones de euros. Un coste que asumen los Estados miembros directamente o a través del presupuesto comunitario y que podría dispararse a partir de ahora si sale adelante la propuesta del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, de instaurar por norma la celebración de una cumbre de la eurozona todos los meses hasta que la crisis llegue a su fin.
La cifra de 10 millones de euros, a partir de las cantidades que las instituciones han facilitado un poco a regañadientes, responde a los gastos de organización del propio Consejo Europeo en el edificio Justus Lipsius de Bruselas y el despliegue policial y de seguridad privada en la ciudad, así como el desplazamiento y alojamiento de las delegaciones nacionales de los Estados miembros.
Fuentes comunitarias han explicado que el gasto extra para el Consejo Europeo, el personal adicional (porque el fijo va dentro del presupuesto de la institución), las comunicaciones, la restauración gratuita para los participantes en la cumbre y la seguridad interna del edificio y para los jefes de Estado y de Gobierno rondan los 500.000 euros. Sin embargo, el informe realizado por el Consejo Europeo sobre su actividad en 2010, y de acceso público, señala que el gasto para las seis cumbres de ese año fue de 6,5 millones de euros, esto es, más de un millón de euros por cada reunión. Pero eso es solo una porción pequeña del cómputo final.
La mayor parte del dispendio se deriva de la infraestructura de seguridad que se pone en marcha en la capital belga y, concretamente, en los alrededores del número 175 de la Rue de la Loi, sede del Consejo Europeo. El despliegue incluye cerrar la vecina estación de metro Schuman, cortar el tráfico rodado en las proximidades del edificio y el acompañamiento de policías en moto durante los traslados de los veintisiete jefes de Estado y de Gobierno. Alrededor del Consejo Europeo se establece un perímetro con extremas medidas y controles -nadie sin acreditación puede entrar en él- que la policía belga denomina zona de seguridad. Según ha explicado el centro de crisis del Ministerio del Interior belga, las últimas cifras de presupuesto públicas son las de 2007, año en el que se celebraron tres cumbres en Bruselas. En total, el coste anual fue de 25 millones de euros, esto es algo más de 8 millones por cada reunión de jefes de Estado y Gobierno.
Otra gran partida es la que gasta cada delegación nacional que acude a una cumbre europea y que incluye el jefe de Estado o Gobierno, los secretarios de Estado que les acompañan para el asesoramiento en temas técnicos, sus asistentes, personal de protocolo y escoltas. El numero varía en cada representación. Así, por ejemplo, Finlandia desplazó a 14 personas en la última cumbre del 26 de octubre, mientras que la delegación Alemania trasladó a 31, han informado los portavoces de sus representaciones ante la UE.
Aunque algunos países optan por otros alojamientos, la mayoría de las comitivas duerme en hoteles cercanos a las instituciones europeas, como el presidente del Gobierno español ya en funciones, José Luis Rodríguez Zapatero, que siempre pernocta con su equipo en un hotel de la cadena Sofitel cercano al Consejo Europeo y con un precio por persona y noche de 185 euros de media. Conocer cuánto cuesta el desplazamiento de los mandatarios y su corte se complica, pues la mayoría llega en sus propios aviones oficiales.
Otro coste adicional es el de los medios de comunicación que envían personal extraordinario para cubrir las cumbres y realizan cientos de directos a través del alquiler de satélites a un precio medio de 250 euros por diez minutos. El servicio de prensa del Consejo Europeo no ha querido confirmar las cifras de esta crónica sobre lo que vale una cumbre a nivel oficial, si bien sí las ha considerado "aproximadas", pues depende del tipo de reunión, su duración y el número de participantes. Nicolas Kerleroux, el jefe de prensa de la institución, ha destacado que las cumbres "cuestan ahora mucho menos que antes", en referencia al periodo previo a 2002, cuando se celebraban en el país que en aquel momento ejercía la presidencia de turno y que obligaba en muchos casos a crear la infraestructura.
Si cada cumbre cuesta en torno a 9 millones de euros, haciendo un cálculo a la baja, y desde que se inició la crisis en septiembre de 2008 se han llevado a cabo 26 reuniones de este tipo ordinarias y extraordinarias, la UE y sus estados miembros se ha gastado sólo en esta clase de encuentros desde el inicio de la crisis unos 234 millones de euros.
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