"De la crisis se sale con confianza, esfuerzo y apretándose el cinturón"
Pérez Lao, que dejará la presidencia de Cajamar en mayo tras 41 años de trayectoria en la entidad, reconoce que hace unos años se accedía al crédito de una manera demasiado alegre y "ahora tenemos que pagarlo"
Aún no ha pensado qué hará cuando abandone su despacho en la última planta de la sede de una entidad que es parte de su vida. No se alejará demasiado; al menos hasta la Puerta Purchena. De su Cajamar le será imposible desprenderse.
-Enhorabuena por la Medalla de Oro de Andalucía. ¿Qué cree que ha hecho para recibirla?
-Pues eso quisiera yo saber. Todos los que me conocen saben que soy una persona de costumbres muy sencillas y muy normales y esto de la Medalla de Oro de Andalucía no deja de ser un honor que no esperaba. Es el reconocimiento a la tarea del colectivo que forma Cajamar. Es un premio compartido por los compañeros del consejo rector y de los empleados de la caja.
-Es usted muy modesto, algo habrá hecho bien...
-Muchas veces no consiste en hacer muchas cosas bien, sino en no hacer ninguna muy mal. He tratado de llevar este cargo con dignidad desde que entré en la caja en 1971. He recorrido muchísimos puestos con entrega y dedicación absolutas, pero tampoco tengo yo la exclusiva en ese sentido. Los que han pasado por aquí han tenido esa misma dedicación, o incluso más. Consiste en eso, en estar ilusionados con un trabajo y un proyecto como es el de Cajamar, con una realización en las provincias de Almería y Málaga sobre todo, que se reconoce por la inmensa mayoría de los andaluces.
-Es posible que sea por el tipo de entidad, pero todos los que están en puestos directivos de Cajamar han comenzado desde abajo...
-Se va produciendo una renovación pero a base de continuidad. Eso es importante. Para llevar el timón previamente hay que haber sido remero.
-Entró en la Rural en 1971. Cuarenta años después el cambiazo ha sido tremendo.
-Se ha llegado a alcanzar en Almería una cuota de mercado que ninguna otra entidad financiera ha logrado en España, nada menos que el 53% en su provincia de origen. Una amplia mayoría de la población reconoce a Cajamar como parte suya, aunque no sean clientes.
-Supongo que ni se imaginaba ver a Cajamar en el puesto 15 ó 16 entre las entidades nacionales.
-No era pensable. El ritmo de crecimiento anual que se llevaba era importante. El esfuerzo que se hizo a partir de 1973 fue terrible tras las inundaciones de octubre de ese año con el despliegue que se hizo con unos medios muy limitados. Después se volcó con la proyección del Campo de Dalías y del Campo de Níjar... la caja siempre ha estado incluso por encima de sus propias posibilidades. Además, por las especificidades de las cajas rurales, tampoco lo esperábamos, ya que estamos en un sector muy determinado. Somos una excepción. Pensábamos que podíamos hacer cosas, pero no llegar a eso.
-¿Ahora, tras la firma de los acuerdos con Marruecos, volverán a ser reclamados para estar junto al sector agrícola?
-Siempre hemos estado a su lado. Nuestro ADN es el del campo. Todo lo que nace de la tierra tiene nuestro apoyo. No renunciamos a ese sector, a pesar de que tenemos otros mercados. Apoyamos antes al campo, ahora y en el futuro. Cuanta más capacidad tengamos, más posibilidades de ser útiles al sector.
-Las entidades financieras son, actualmente, las malas de la película. Han pasado de ser dioses a diablos.
-La situación actual es como una burbuja y ésta no la hace uno solo. Uno pone el jabón, otro la mano, el otro sopla y al final revienta. Achacarle toda la culpa a las entidades financieras me parece exagerado. Quizá relajamos demasiado el acceso al dinero y facilitamos muchos créditos, pero de ahí a ser los culpables exclusivos hay un trecho.
-¿Estamos realmente tan mal o es una crisis de confianza?
-La confianza es importante, pero estamos mal. Hay un problema de endeudamiento real. No hay soluciones rápidas ni una varita mágica. Se habla de recortes para compensar el endeudamiento, pero hay que mantener el equilibrio para que la inversión no se retraiga demasiado porque eso genera menos actividad. Lograr ese equilibrio es difícil; ojalá los políticos tengan la suerte de acertar con él.
-Dígame algo positivo, haga usted el favor.
-El secreto es esfuerzo, apretarse el cinturón y tener confianza.
-¿Apretarse más el cinturón? Le he dicho algo positivo.
-El trabajo es fundamental y hay que tomarlo con buen carácter, empeño y voluntad de salir adelante. Si nos quedamos en el sillón viéndolas pasar, no se sale.
-Hay expertos que dicen que no saldremos de ésta hasta 2017. ¿Aguantaremos hasta entonces? -Es muy difícil dar cifras. Ojalá sea antes. Esperemos a finales del año que viene para ver algún avance.
-O sea que nos quedan dos años complicados.
-Yo creo que en 2013 se verá la recuperación.
-Si yo fuese mileurista y viniese a una de sus oficinas a pedir una hipoteca, ¿me la darían?
-Nuestro interés es dar hipotecas y préstamos porque ése es nuestro negocio. Ahora puede haber más rigor, más control y más exigencia. Cuando se ve una operación que tiene viabilidad, nos volvemos locos por dar el dinero. La pena es cuando se reduce la demanda. Cuando se da un préstamo sin la garantía de poder cobrarlo, ni es bueno para el que lo da, ni para el que lo pide.
-A partir de ahora, Cajamar entra en una nueva etapa tras la fusión con Ruralcaja.
-Confirma su presencia en todas las provincias. Cajamar tiene una confianza y un grado de aceptación bastante positivo. Nos queda Extremadura y el País Vasco, algo impensable hasta hace poco.
-¿Y en el extranjero?
-No se descarta nada, pero de momento no. Hubo un momento en el que se pensó abrir una en Perpignan porque por allí se exportaban todas las frutas y hortalizas.
-Es una de las cosas que llama la atención; en un momento en el que el sector está retraído, ustedes se expanden.
-Dentro de esta política de expansión ha habido una reestructuración de oficinas porque había muchas. Además, algunas parecían boutiques. En otros países eran muy austeras.
-¿Qué va usted a hacer ahora que llega el momento de abrir otra etapa en Cajamar, ya que abandonará la presidencia en mayo?
-Cuando se llega a una edad y a una realización, lo natural es una salida a tiempo y cuando uno está en plenas condiciones. Lo dejo, pero no me alejo. Seguiré con una vinculación a la caja. Me quedará más tiempo libre para dedicarme a otras cosas.
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