El plan contempla recontratar personal a medida de que se reactiven proyectos
La venta de activos se encuentra en suspenso a la espera de que se resuelva el preconcurso de acreedores
El ajuste laboral de Abengoa está prácticamente finalizado y se ha centrado fundamentalmente en las filiales en el extranjero, según fuentes cercanas a la compañía, que no precisaron el número de bajas que ha sufrido la masa laboral del grupo presidido por José Domínguez Abascal. A fecha del pasado 30 de septiembre, la plantilla estaba compuesta por casi 28.000 personas, de los que casi 5.000 estaban localizados en Andalucía, y unos 4.000 concretamente en Sevilla.
La mayoría de las bajas se han concentrado en personal temporal vinculado a proyectos que se han paralizado por la situación en la que se encuentra la firma, según las mismas fuentes. Y a medida que se retome la actividad, se confía en volver a contratar a ese personal. Para ello, es clave la firma del acuerdo con los acreedores. "El número que hay ahora será muy diferente del que habrá cuatro meses después. Si se para un proyecto, hay que prescindir de gente. Y a medida que arranca, rápidamente vuelve. Se producirá un rebote a partir del día que se firme el pacto", aseguran.
La compañía también está pendiente de la obtención de recursos mediante la venta de activos. El compromiso con los acreedores es obtener hasta 1.600 millones de euros por esta vía, deshaciéndose de todo el negocio de bioenergía de primera generación así como inmuebles y diversas plantas de generación eléctrica. Sin embargo, hasta ahora sólo se han ingresado unos 30 millones de euros por la venta de la participación en una planta solar de Abu Dhabi y la enajenación de algunos activos inmobiliarios como las oficinas del Paseo General Martínez Campos en Madrid. Además, en los próximos días se espera materializar la venta de un bono que reportará más ingresos.
De acuerdo con los acreedores, la firma ha decidido esperar hasta que se resuelva el preconcurso ya que se ha encontrado con dos obstáculos. El primero de ellos estriba precisamente en su situación legal, ya que si la compañía entra en concurso, las operaciones pueden ser rechazadas por el juzgado. Éste sería el caso de la histórica sede de la avenida de la Buhaira de Sevilla, por la que se han recibido ofertas, aunque no se materializarán hasta la salida del preconcurso.
El segundo problema se refiere al importe ofrecido por algunos de los activos. "Han aparecido algunos compradores con precios muy de derribo. Y los acreedores han preferido esperar y que no se venda ahora", relatan las mismas fuentes.
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