Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Es indiscutible que Andalucía quiere seguir siendo un destino preferente dentro del turismo mundial. Pero, en un contexto en el que la competencia internacional es encarnizada, las exigencias del turista son cada vez mayores y las nuevas tecnologías están revolucionando el sector, no será una tarea fácil. Para afianzar las bases del principal motor económico de la comunidad ha nacido la nueva Ley de Turismo de Andalucía, que pretende que la región no dé ni un paso atrás en este terreno y garantice su liderazgo turístico en un escenario cada vez más complicado. ¿Cuáles serán las bazas de la norma para lograrlo? La sostenibilidad -ambiental, económica y social-, la innovación y la calidad.
"El turista es el corazón de la ley. El objetivo no es otro que conseguir que se vaya feliz, que repita y que extienda las bondades de Andalucía entre su entorno". Así de simple. En la jornada técnica organizada ayer por Grupo Joly en colaboración con la Junta sobre La nueva Ley de Turismo de Andalucía, la viceconsejera de la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, María del Mar Alfaro, subrayó que ofrecer un servicio de excelencia es la única forma de tener éxito en esta industria. Y para ello, señaló, se ha elaborado una normativa "fundamental para el futuro de Andalucía", que cuenta con el consenso de todas las partes implicadas -administración, empresarios, sindicatos-. "La ley se aprobó en el Parlamento sin ningún voto en contra y quiere consolidar un turismo sostenible y de calidad apoyado en trabajadores bien formados y con estabilidad laboral", aseguró la viceconsejera.
La nueva legislación, que recibió luz verde el pasado mes de diciembre tras más de dos años de trabajo, entra ahora en la fase de desarrollo reglamentario para su inmediata puesta en marcha. Aumentar el gasto diario de los viajeros, reducir la estacionalidad o redistribuir la actividad turística por el territorio son sólo algunos de los retos a los que se enfrenta la comunidad. Y, en esta tarea, se apoyará en las tres herramientas antes mencionadas para lograrlo.
Dentro del marco de la sostenibilidad ambiental, la nueva Ley de Turismo de Andalucía cuenta con una gran novedad: introducir la vertiente territorial en la planificación turística. "Se da un paso copernicano, ya que si vamos a vivir del turismo, lo suyo es que el atractivo del destino sea de interés estratégico", argumentó Juan Requejo, consultor de planificación y director de A.T. Clave. En este escenario, y a juicio del Francisco Díaz Morillo, delegado provincial de la Consejería de Turismo en Sevilla, el informe de impacto ambiental será clave en cada una de las decisiones a la hora de intervenir en un territorio y la coordinación con Obras Públicas y Urbanismo será absoluta y total. Precisamente, el director general de Urbanismo de esta Consejería, Daniel Fernández, puso el acento en que se trata de una normativa "valiente", que propone un esquema de planificación "acertadísimo". "Cuando una zona está sobresaturada turísticamente, debe prohibirse la instalación de nuevas actividades; muchas veces la calidad es saber parar", añadió José Luis Rivero, catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad de Sevilla, que reconoció que el sector atraviesa un "momento ilusionante" gracias a la elaboración y puesta en marcha de la esta ley.
Desde el punto de vista de la sostenibilidad económica del turismo, la normativa también realiza aportaciones significativas. Y es que lograr simplificar el proceso administrativo para crear empresas del sector, así como amparar nuevas formas de negocio que atraigan inversiones y dinamicen la industria son desafíos que se tenían que abordar. "Hemos introducido una nueva clasificación de la oferta turística que propicia que las pequeñas y medianas empresas que cubren necesidades no estrictamente turísticas, pero que dinamizan el sector, sean acogidas en el seno de la ley", aclaró María Isabel Ríos, jefa del Servicio de Planificación Turística de la Secretaría General para el Turismo. Todas ellas podrán integrarse en el registro de turismo de Andalucía, con las ventajas que ello conlleva. Así, se distinguirán, por un lado, los servicios turísticos, que son negocios tradicionales como el alojamiento o la restauración, y por otro, las actividades con incidencia en el ámbito turístico, que constituyen una oferta adicional que, en la mayoría de las ocasiones, propicia que el turista pernocte y repita destino -actividades relacionadas con el flamenco, los idiomas, los espectáculos...-.
Por otra parte, y dentro de esta búsqueda de la competitividad económica, la Ley de Turismo de Andalucía también introduce nuevas figuras de gestión que se potenciarán frente a otras obsoletas. Es el caso del condominio o régimen de propiedad horizontal. "Cuenta con el apoyo de todo el sector porque conjuga los intereses tanto de propietarios como de promotores inmobiliarios, inversores, operadores, administraciones públicas y usuarios", remarcó Francisco Rodríguez, secretario del Consejo de Turismo de la patronal andaluza CEA. No en vano, se trata de una fórmula que se erige en una vía alternativa de financiación en la difícil coyuntura actual, con lo que permite que se puedan acometer nuevos proyectos. Además, ofrece un mayor grado de seguridad al propietario del apartamento o habitación, que firma un contrato a 10 años, y le garantiza poder realizar un uso privado del lugar durante un periodo máximo de 60 días al año. Asimismo, favorece la desestacionalización del turismo, la creación de nuevo empleo, y la renovación de la planta hotelera.
Por último, la innovación juega un papel crucial en este entramado económico. Y es que es, hoy por hoy, es una de las respuestas más eficaces a los retos de futuro. "El sector turístico es el que ha incorporado las nuevas tecnologías a una velocidad más vertiginosa", incidió José Luis Córdoba, director de Andalucía Lab, en la jornada técnica organizada por Grupo Joly y la Junta, desarrollada en el Hotel Meliá Sevilla. Basten dos ejemplos: el 50% de los productos comprados por internet son billetes de transporte, y casi uno de cada dos alojamientos también se reserva por la Red. Esto demuestra que se trata de uno de las industrias más maduras en el plano tecnológico, lo que no quita que quede mucho camino por andar. Potenciar la presencia en redes sociales, por ejemplo, es uno de los desafíos, así como subir al carro de la innovación a las pymes andaluzas que adolecen de falta de tiempo y escasa dimensión. "Casi todas las soluciones están pensadas para las grandes empresas y eso es una traba a la hora de dar el paso", añadió Córdoba.
En tercer y último lugar, la recién nacida ley busca la sostenibilidad social del turismo. Esto se traduce en ofrecer garantías de protección del turista como parte de la oferta integral de Andalucía. De ahí que la normativa obligue a las empresas a informar al cliente de múltiples aspectos para favorecer la transparencia -datos del establecimiento, identificación fiscal, precios, seguros...-, así como contemple la creación de una unidad para la asistencia del turista, que se encargará de mediar y buscar soluciones a los posibles conflictos que surjan entre las partes. "El turista cuenta así con muchas más armas de defensa y protección, lo que significa un gran avance", valoró María de los Ángeles Rebollo, presidenta del Consejo de los Consumidores y Usuarios de Andalucía y de la Federación Andaluza de Consumidores y Amas de Casa Al-Andalus.
La accesibilidad de todos los usuarios a los servicios turísticos es otra de la preocupaciones de la Ley de Turismo. Y es que, sólo en la comunidad, "hay más de 700.000 personas con algún tipo de discapacidad que deben poder acceder a la red de establecimientos y destinos andaluces", indicó Cristina Meneses, jefa del Servicio de Calidad e Innovación de la Dirección General de Calidad, Innovación y Fomento del Turismo. Además, se trata de un nicho de mercado interesante por su potencial desestacionalizador, ya que estos turistas viajan todo el año, acompañados, y suelen tener un alto poder adquisitivo.
En el capítulo de sostenibilidad social, la normativa también impulsará el empleo de calidad. "En el sector turístico abunda la precariedad laboral; espero que la ley venga a poner freno", señaló Gonzalo Fuentes, de CCOO en Andalucía.
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