El chile andaluz a la conquista de Europa

Un emprendedor norteamericano afincado en Granada se asocia con Ybarra para comercializar salsas picantes a través de Doctor Salsas

Cuenta con una fábrica y 40 hectáreas, y no tiene miedo a crecer: "Tenemos agricultores en cola".

La producción de tropicales se mantiene en la costa de Granada y el agua marcará la del aguacate

Carlos Carvajal, en una plantación de chile

Habitualmente, el chile –el fruto picante por excelencia- se asocia a climas americanos, pero, igual que sucedió en su momento con el aguacate o el mango, ya se planta en España. En Granada, y más concretamente en el entorno de Sierra Nevada. El norteamericano Carlos Carvajal lleva desde 2013 cultivando chiles y haciendo salsas con ellos. Comenzó en una pequeña finca de Cenes de la Vega con 1.200 plantas. “Empecé vendiendo en tiendas gourmet de Granada, en los Covirán de los pueblos, mercadillos de la costa; era agricultor, comercial y cocinero, de todo; y vendí las primeras salsas barbacoa de chile chipotle en Europa”, afirma.

Varios años después, en 2022, su éxito ha sido tal que se ha aliado con la marca sevillana Ybarra -empresa puntera en salsas en España- para vender sus productos por toda Europa. Han creado la joint venture Doctor Salsas después de que la empresa de Carvajal -Salsas y Especias de Sierra Nevada- haya doblado su crecimiento en los últimos tres años. Sus salsas son usadas para sus platos por chefs estrellas Michelín como Dani García y el mexicano Roberto Luis y la base, el puré, es usado por fabricantes nacionales y extranjeros como materia prima. “Muchas empresas grandes han llamado a mi puerta -afirma- Ybarra ha sido quien me ha dado la confianza”, afirma.

Y continúa, con ambición: “Doctor Salsas es la marca de picante más fuerte de España y está en su infancia”. Ya vende en las principales tiendas gourmet de España, los pedidos desde todos los puntos del país se multiplican y ha dado ya el salto a Europa. “En el salón alimentario de París, SIAL, percibí mucho interés y desde finales de año exportamos a países como Lituania, Austria, Suecia, Alemania, Francia...”.

Cesta de productos de Doctor Salsas en una plantación

Actualmente, Doctor Salsas comercializa multitud de productos picantes (snacks, mermeladas, sazonadores, etc.) y, especialmente, salsas como la de chile habanero (con zanahoria, cebolla y ajo); la de habanero y mango (a la que se le añade mango) y la Carolina Reaper, procedente de un pimiento con origen en china y hecha con jalapeño asado, cebolla, ajo y zumo de limón. El Carolina Reaper está considerado uno de los productos más picantes del mundo, y en 2013 fue citado así por el libro Guiness de los récords.

Ahora mismo, Salsas y Especias de Sierra Nevada cuenta con más 40 hectáreas de plantaciones de chile -70.000 plantas que producen de tres a ocho kilos- repartidas por Trevelez, Carchuna (en el municipio de Motril), y el valle de Lecrín (Benalua y Velez de Benalúa). Carvajal tiene una fábrica en Ogijares. Allí tiene el semillero donde planta sus ejemplares y los cede a las familias de agricultores asociadas, actualmente seis, entre ellos varios de la cooperativa Las Torcas, la más antigua de España de carácter ecológico.

¿Puede parecer poco para el crecimiento que se avecina? “Es algo que no me asusta -dice Carvajal-; estamos creciendo todo el año y tengo toda la tierra que quiero. Tenemos agricultores en cola y capacidad para avanzar en la producción”.

Carvajal solo compra a fincas ecológicas o en transición los productos que necesita y según dice, paga con un precio fijado a principio de año, “y más del doble que a una cooperativa de pepino”. Está convencido de las posibilidades de su zona para la producción de chile, con un clima tropical, una tierra “llena de minerales” y “cosechas increíbles”. El único problema es la falta de lluvias. Si no llueve, y no lo está haciendo, el problema será grande, alerta.

Carlos Carvajal, de Torrejón de Ardoz a California y de California a Granada

Carlos Carvajal es mitad español y mitad estadounidense. Su padre, militar norteamericano, conoció a su madre en un viaje a Sierra Nevada para esquiar. Ella trabajaba en un hotel. Tras varios años de cortejo, ella se mudó a Torrejón de Ardoz con él -allí nació Carlos Carvajal- y posteriormente a California. Carvajal, quien a los 18 años siguió los pasos de su padre e hizo el servicio militar. En Missouri probó el tabasco, su primera incursión en el mundo de lo picante. “Se me dispararon las endorfinas, sentí luces en mi cabeza, me gustaba el dolor en mi boca”, explica. Tras salir del servicio militar (estuvo en Francia, España y Afganistán, entre otros países), comenzó a estudiar en la Universidad Construction Managment, pero a la vez entró en el mundo del emprendimiento con una una empresa de salsas picantes con un socio propietario de una escuela de artes marciales. “Fue en San Luis del Obispo, en el centro de California. Hicimos salsa jamaica, con éxito, obtuvimos un premio nacional”. Vendió la empresa y se hizo consultor de procesos de fabricación (tenía la consulta en el estado mexicano de Nayarit), a la vez que importaba aceite español y gestionaba un secadero ecológico de mango, papaya y chiles. En 1999 su madre regresa a España y su hijo (el de Carvajal) se nacionaliza español en 2001, lo que es motivo para visitarla cada año. En 2011 vende todas sus propiedades y se traslada a España, donde comienza otra aventura.

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