Cepsa Química y Persán utilizarán biocombustibles en el transporte de sus suministros para reducir su huella de carbono

El acuerdo evitará la emisión de 162 toneladas de CO2 al año en el trayecto de los camiones cisterna entre San Roque y Sevilla

José María Solana, director de Cepsa Química y Antonio Somé, CEO de Persán.
José María Solana, director de Cepsa Química y Antonio Somé, CEO de Persán. / M. G.

Sevilla/Cepsa Química y Persán anunciaron este jueves la firma de un acuerdo para que el transporte de suministros de productos químicos de Cepsa a las instalaciones de la multinacional sevillana se realice utilizando diésel 100% renovable (HVO). Con este acuerdo para impulsar la sostenibilidad del transporte de estos productos se evitará la emisión de alrededor de 126 toneladas de CO2 al año, cantidad similar a la que absorbe un boques de más de 8.000 árboles durane ese mismo periodo.

Cepsa Química y Persán tienen una larga relación comercial, ya que la primera suministra desde 2008 –y antes lo hacía Petresa, integrada junto a Interquisa y Ertisa en la actual Cepsa Química–, a través de camiones cisterna, ácido sulfónico lineal o LABSA, la materia prima con la que se elabora más del 60% de los detergentes biodegradables, tanto para uso doméstico como industrial.

Con una producción que supone casi el 20% del mercado internacional, Cepsa Química es el primer productor mundial de alquilbenceno lineal o LAB, la base con la que se elabora el ácido sulfónico que se envía, entre otros clientes, a Persán.

A partir de ahora, este producto será transportado desde San Roque, en la provincia de Cádiz, a las instalaciones de Persán en Sevilla utilizando HVO, un biocombustible de segunda generación (2G) que Cepsa produce en el Parque Energético La Rábida, en Huelva, a partir de residuos orgánicos, como aceites usados de cocina o desechos agrícolas, fomentando así la economía circular. El resultado es un diésel renovable que, durante todo su ciclo de vida, logra reducir hasta en un 90% las emisiones de CO2, en comparación con los combustibles tradicionales.

Para el CEO de Cepsa Química, José María Solana, el acuerdo firmado entre ambas compañías, “se enmarca dentro de nuestra estrategia Next Chemicals in Positive Motion, un proceso transformador y regenerador que está llevando a cabo Cepsa Química para impulsar la transición hacia productos y procesos más sostenibles, como principio necesario para realizar una transición ecológica integral y equilibrada que mejore la vida cotidiana de las personas, las empresas y el conjunto de la sociedad”.

Por su parte el CEO de Persán, Antonio Somé, subrayó que “la sostenibilidad es una prioridad para Persán en todas sus áreas de actividad. Este compromiso es extendido a todos nuestros partners como Cepsa, con quien hoy celebramos la firma de este acuerdo que se enmarca dentro de nuestro plan ‘Director de Sostenibilidad’, donde la reducción de las emisiones de CO2 ocupan un lugar prioritario. Este compromiso, sin lugar a duda, contribuirá a la creación de un futuro más sostenible y ecológico”.

Este acuerdo está en línea con la estrategia de sostenibilidad con un enfoque global ESG que desarrolla Persán. Una estrategia que ha permitido a la compañía presidida por Concha Yoldi y dirigida por Antonio Somé implantar políticas de desarrollo que revierten en el bienestar de sus empleados y de su cadena de valor, así como un modelo de gobernanza que integra la sostenibilidad en el día a día de la empresa y la inversión en tecnologías que reducen su huella ambiental.

Asimismo, este esfuerzo ha permitido a la compañía andaluza renovar el ‘Sello Reduzco’, distintivo otorgado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico que reconoce a entidades que han logrado una disminución sostenida de su huella de carbono. En el caso de Persán, el Ministerio avaló que sus emisiones se redujeron en un 14% en el último trienio.

Los biocombustibles son una solución del presente que permite acelerar la descarbonización del transporte, que actualmente supone el 15% de las emisiones globales de CO2. Se trata de una tecnología estratégica para la consecución inmediata de la transición energética, ya que su composición química es análoga a los combustibles tradicionales empleados en los motores diésel actuales, por lo que no requiere realizar modificaciones en ellos ni en las infraestructuras de almacenamiento y distribución.

En el marco de su estrategia 2030, Positive Motion, Cepsa está impulsando el desarrollo de un ecosistema centrado en acelerar su descarbonización y la de sus clientes, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable -y sus derivados- y biocombustibles 2G, para convertirse en un referente de la transición energética.

Desde 2022 Cepsa produce y comercializa biocombustibles 2G a clientes de los sectores del transporte aéreo, marítimo y terrestre. La energética fabrica este diésel renovable en su Parque Energético La Rábida (Huelva), instalación que cuenta entre otras certificaciones nacionales y europeas, con el Certificado Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC EU) que acredita el cumplimiento de los criterios de trazabilidad, a los objetivos establecidos por la normativa europea para los combustibles de transporte. Asimismo, con el objetivo de garantizar el suministro ante la creciente demanda, Cepsa está construyendo, junto a Bio-Oils, la mayor planta de biocombustibles de segunda generación del sur de Europa, mediante una inversión de 1200 millones de euros. Esta instalación, que se pondrá en marcha en 2026 en Palos de la Frontera (Huelva), tendrá una capacidad de producción flexible de 500.000 toneladas de diésel renovable y combustible sostenible de aviación (SAF).

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