La campaña de la fresa firma un comienzo prometedor y con precios al alza
Agricultura
Optimismo entre los agricultores onubenses tras un arranque esperanzador en los mercados nacionales y europeos
Huelva/El prometedor comienzo de la campaña de la fresa en la provincia de Huelva ha insuflado un balón de optimismo entre los agricultores del sector. Las condiciones meteorológicas han desempeñado un papel clave, con un otoño húmedo y lluvias regulares que no han afectado a los cultivos y han permitido un buen enraizamiento de las plantas, fortaleciéndolas antes de la llegada del invierno. Gracias a este contexto, la calidad de la fruta que ya se recolecta y comercializa es excepcional, con fresas de buen tamaño, textura firme y un sabor que promete seguir conquistando los mercados nacionales y, sobre todo los internacionales, que disfrutan de algo más del 80% de la producción total de las de 6.432 hectáreas de fresas plantadas en la provincia.
El buen inicio también se refleja en los datos preliminares de producción. Los primeros envíos de fruta han generado gran satisfacción entre los operadores comerciales, quienes destacan la acogida que está teniendo en los mercados europeos. Los precios están superando los de campañas anteriores a estas alturas, si bien hay que tener en cuenta el incremento en los costes de producción, que pueden mermar en cierta medida la rentabilidad de los cultivos. Actualmente el tonelaje producido no cubre la gran demanda existente en los distintos mercados europeos, aunque ya en los últimos días de enero se espera un repunte considerable.
De mantenerse la tendencia, las expectativas de los agricultores freseros de la provincia son halagüeñas de cara al pico más alto de la campaña, que llegará con la primavera y que esperan alargar hasta las primeras semanas de junio.
Este optimismo se extiende también al cultivo del arándano, que está experimentando un rendimiento sobresaliente. Muchas de las plantaciones de este fruto alcanzan en 2025 su tercer año, lo que se traduce en un aumento significativo de la producción y una mejora en la calidad del producto.
Alemania y Reino Unido siguen siendo los principales países de destino de los frutos rojos onubenses, toda vez que, en el caso de la fresa y a pesar del Brexit, las importaciones británicas superan a las francesas, que se encuentran en tercer lugar. Los Países Bajos, en el caso de las frambuesas y los arándanos, son el tercer destino de las ventas de berries onubenses.
El lastre de las insfraestructuras
Sin embargo, no todo es color de rosa en el sector. A pesar de las buenas expectativas, persisten dos grandes retos estructurales que amenazan con lastrar el desarrollo pleno de la campaña: la falta de infraestructuras hídricas y la escasez de mano de obra. La provincia de Huelva arrastra un histórico déficit en materia de recursos hídricos, que los agricultores llevan años denunciando como un obstáculo crítico para la sostenibilidad del sector.
La falta de avances en proyectos fundamentales como la presa de Alcolea o la licitación de Bocachanza II copan el foco de las críticas. Estas infraestructuras no solo garantizarían el suministro de agua en las campañas actuales, sino que también permitirían la viabilidad a largo plazo de las explotaciones agrícolas.
Las demandas hídricas del sector son apremiantes, más aún en un contexto de cambio climático que agrava la disponibilidad de agua. Pese a que el reciente otoño húmedo ha dado una tregua, los agricultores insisten en que depender del capricho del clima es una apuesta demasiado arriesgada para un sector que representa uno de los motores económicos de la provincia. No en vano, este inicio de la campaña también está marcado por la restricción del 25% en el uso del agua para riego. Unas limitaciones que el pasado año alcanzaron el 50% y fueron un enorme inconveniente para el desarrollo de la campaña fresera.
En paralelo, la escasez de mano de obra sigue siendo un quebradero de cabeza para los productores. Aunque las negociaciones con el Gobierno han permitido ampliar el contingente de contrataciones en origen a otros países y aumentar el número de trabajadores disponibles, esto no es suficiente para cubrir las necesidades reales del sector. La falta de personal amenaza con provocar cuellos de botella en el proceso de recolección, afectando la rentabilidad de las explotaciones y poniendo en riesgo contratos comerciales que dependen de la puntualidad en las entregas.
Este déficit laboral también pone en evidencia la necesidad de estrategias a medio y largo plazo que hagan más atractivo el trabajo en el sector agrario. Los productores advierten que, sin una solución definitiva a este problema, podría peligrar no solo la estabilidad de la campaña actual, sino también el futuro de un sector que ha demostrado ser crucial para la economía onubense, con más del 11% del PIB provincial.
El sector también mira de reojo a la competencia de países extracomunitarios. Junto a representantes de productores de otros países europeos, los freseros onubenses piden a la Unión Europea que propicie que los productos del sector accedan a los mercados europeos con las mismas condiciones que lo hacen los de los países terceros con la aplicación de cláusulas espejo. En este sentido, explican que el incremento de los costes de producción, las adversidades climáticas y las exigencias de las normativas comunitarias en materia de restricciones de uso de fitosanitarios, a las que no tienen que hacer frente países terceros, provocan desajustes en los principales mercados de los frutos rojos europeos.
Pese a estos retos, la campaña arranca con un aire renovado de esperanza. Los agricultores confían en que, si las condiciones climáticas se mantienen estables, esta podría convertirse en una de las mejores de los últimos años. El potencial del sector está fuera de toda duda, pero su éxito dependerá en gran medida de que las administraciones escuchen las demandas del campo y se impliquen en soluciones reales.
Mientras tanto, desde el sector se buscan soluciones para hacer frente a los retos que plantea el cambio climático. Las innovaciones en el sector se están centrando en la implantación de nuevos sistemas de agricultura 4.0, como instalaciones de unidades de control para seguimiento de datos climáticos y fases fenológicas, con el fin de identificar los momentos más apropiados para la distribución de las cantidades adecuadas de agua y fertilizantes, además de ajustar el consumo de agua y nutrientes para los cultivos.
Asimismo, se está invirtiendo en investigación genética para desarrollar variedades de cultivos resistentes al estrés hídrico y térmico y que respondan, al mismo tiempo, a las exigencias gustativas del consumidor.
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