Fernando Faces
Perspectivas económicas: España 2025
Sevilla/La economía andaluza aceleró su crecimiento durante el tercer trimestre del año y apunta a un crecimiento robusto de su Producto Interior Bruto (PIB) del 3% interanual en el conjunto de 2024, según las previsiones del Observatorio Económico de Andalucía (OEA).
Esta previsión forma parte del informe Economía Andaluza. Tercer Trimestre de 2024, que fue presentado este miércoles por el presidente del OEA, Francisco Ferraro, y el profesor de Economía Aplicada de la UPO Manuel Alejandro Hidalgo, y que también señala que para el conjunto del año 2025, el panel de expertos del Observatorio anticipa una moderación del crecimiento, que fija en el 2,4%.
Hidalgo explicó la evolución del tercer trimestre y enfatizó que, al igual que España, Andalucía creció de forma significativa, así como los datos confirman que el crecimiento es siempre algo superior a las previsiones. En concreto, entre julio y septiembre de 2024, el PIB andaluz creció un 0,9%, lo que supone en términos interanuales un avance del 3,4%.
Se trata, destacó Hidalgo, de una “aceleración de siete décimas” respecto al crecimiento que tuvo en el segundo trimestre del año, al tiempo que recalcó que “por primera vez en no pocos trimestres, Andalucía crece al mismo ritmo que la economía española”.
Una evolución que confirma la tendencia positiva de la actividad económica en Andalucía, que mantiene un ritmo de crecimiento sólido y sostenido durante los últimos cuatro trimestres. En definitiva, que, el desempeño de la economía andaluza está siendo “muy positivo y muy superior a la media europea”, resumió Hidalgo.
El profesor del UPO e integrante del panel de expertos del OEA explicó la evolución que han tenido la inflación y los salarios en este crecimiento de la economía regional. Hidalgo enfatizó que la inflación se situó en el 1,5% interanual en octubre, tres décimas por debajo de la media nacional. Además, resaltó otro dato que afianza que los precios están comportándose mejor en la región: la inflación subyacente en Andalucía está en el 2,2%, lo que supone también una distancia con el 2,5% que muestra el indicador en toda España. Hidalgo señaló que la inflación subyacente mantiene cierta persistencia, pero también muestra moderación, y que la tendencia es que el IPC converge hacia la recomendación del BCE, una inflación del 2%.
Además, el aumento salarial pactado en convenios colectivos en Andalucía se situó en el 2,87% en septiembre, ligeramente por debajo del 3,04% registrado a nivel nacional. "Es destacable que, por primera vez en varios trimestres, el incremento salarial pactado supera con claridad a la tasa de inflación general, lo que implica ganancias reales de poder adquisitivo para los trabajadores cubiertos por convenios colectivos", afirmó Hidalgo, que añadió, no obstante, explicó que "la heterogeneidad en la negociación colectiva implica que esta mejora no se distribuye de manera uniforme entre sectores y categorías profesionales".
Respecto al mercado laboral andaluz, el experto del OEA resaltó que ha mostrado una evolución moderadamente positiva durante el tercer trimestre de 2024, si se combinan los datos de ocupación que señala la EPA con la evolución favorable de la afiliación a la Seguridad Social. Según los datos de la EPA, Andalucía alcanzó un total de 3.503.400 ocupados en este periodo, lo que supone un aumento de 24.500 personas respecto al trimestre anterior (+0,70%).
Al analizar el crecimiento de la economía andaluza, por el lado de la demanda, el OEA aprecia especial fortaleza en el consumo privado y comportamientos más heterogéneos en la inversión.
Por el lado de la oferta, el panorama sectorial durante el tercer trimestre de 2024 muestra una clara heterogeneidad, con comportamientos muy diferenciados para cada sector.
Hidalgo enfatizó que el sector industrial presenta "señales mixtas." Por un lado, muestra debilidad en la producción, con una caída del 5,7% interanual en el índice de producción industrial en agosto, descenso más pronunciado que el observado a nivel nacional (-0,1%). Sin embargo, el empleo en el sector muestra mayor resistencia, con un incremento del 1,18% según la EPA y datos positivos en afiliación, especialmente en la industria manufacturera (+2,4%). El índice de cifra de negocios industrial también es positivo, con un crecimiento del 5,2% interanual en agosto, lo que sugiere que la caída en la producción podría estar más relacionada con ajustes de inventarios que con una debilidad estructural de la demanda.
En cuanto a la construcción, el OEA también aprecia señales contradictorias. Mientras que los datos de empleo EPA muestran una caída del 2,21% (-5.600 empleados), la afiliación registra un crecimiento del 2,8%, sugiriendo una posible formalización del empleo en el sector. La actividad muestra signos positivos, especialmente en obra no residencial, con un fuerte incremento en la superficie a construir según visados (269,6% interanual en agosto), y en el sector residencial libre, con un crecimiento del 21,6% en viviendas iniciadas. La licitación oficial también respalda esta evolución favorable (+42,4% en junio).
El sector más vigoroso y dinámico de la economía andaluza sigue siendo el de los servicios, como confirman tanto los datos de actividad como de empleo. La EPA registra un incremento de 55.500 empleados (+2,07%), respaldado por crecimientos significativos en la afiliación en sectores clave como educación (+5,6%), actividades profesionales (+4,9%), hostelería (+4,1%) y actividades administrativas (+4,3%). El índice de cifra de negocios del sector creció un 2,1% interanual en agosto, aunque ligeramente por debajo de la media nacional (2,8%).
Francisco Ferraro detalló las previsiones, tanto la proyección de cómo terminará la evolución del PIB para este año, como para el próximo ejercicio.
El catedrático jubilado de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla explicó que la economía andaluza muestra, como siempre, una dinámica semejante a lo que ocurre en España. Ferraro detalló que la economía española, y también la andaluza, mantienen un dinamismo diferencial respecto a la Eurozona. Un crecimiento que se basa en "la recuperación del consumo privado. Y sobre todo por el aumento el consumo público", añadió.
Ferraro concretó que la economía española mantendrá el año próximo su diferencial positivo en el contexto europeo, sustentada en la fortaleza del sector servicios, la competitividad exterior y la recuperación del consumo. Aunque advirtió de que la debilidad de la inversión, la heterogeneidad sectorial y las nuevas restricciones al gasto público derivadas de las reglas fiscales europeas plantean desafíos significativos.
"La capacidad para impulsar la inversión privada, ejecutar eficientemente los fondos europeos y mantener la competitividad, en un contexto de menor impulso fiscal, será determinante para sostener un crecimiento robusto y equilibrado en los próximos años", afirmó el también consejero editorial de Grupo Joly.
En línea con la dinámica de crecimiento similar, la economía andaluza se mantiene anclada a los mismos factores cíclicos que los descritos para la economía española, aunque, existen elementos diferenciales de cara al año próximo.
Ferraro se refirió en primer lugar al sector turístico, que ha sido uno de los principales motores de crecimiento este año y que posiblemente, aunque en menor medida, se mantendrá en 2025. Respecto al sector agrario, Ferraro detalló que presenta perspectivas positivas tras las abundantes lluvias registradas durante el otoño de 2024, que han permitido una sustancial mejora en los niveles de los embalses y acuíferos. Esta recuperación de las reservas hídricas beneficiará tanto a los cultivos de secano como a las dotaciones para regadío, anticipando un incremento significativo de la producción agraria para la campaña 2024/2025 que se unirá a la iniciada a finales de 2023.
El presidente del OEA también enumeró alguno de los principales riesgos a los que se enfrentan la economía andaluza: una posible persistencia de las tensiones inflacionarias, una recuperación más lenta de lo esperado en las economías europeas, y la incertidumbre asociada al contexto geopolítico global, a lo que habría que añadir el potencial impacto de un ajuste fiscal y los efectos de la política comercial norteamericana bajo la nueva administración Trump.
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