Rogelio Velasco

Trazando el futuro de la UE

Análisis

La Europa unida debe seguir persiguiendo unas relaciones basadas en las normas y su respeto y continuar con las políticas de libre comercio y de apertura al resto del mundo

Trazando el futuro de la UE
Trazando el futuro de la UE

06 de julio 2024 - 06:00

Cuando en 1985 Jacques Delors presentó públicamente el Mercado Único, el número de países miembro era menos de la mitad que en la actualidad. Alemania estaba dividida todavía en dos. Existía la Unión Soviética. El PIB de China representaba una parte escasamente relevante a nivel mundial. En la actualidad China ha superado a la UE en PIB y se aproxima al de EEUU. Durante esa época, EEUU y Europa eran las fuentes fundamentales de crecimiento económico y de innovación y desarrollo de nuevos avances científicos y tecnológicos.

Las iniciativas presentadas por Delors estaban dirigidas a fortalecer la competencia, la integración económica entre países y la solidaridad, facilitando el libre movimiento de personas, capital y bienes.

Para que todos los territorios se beneficiaran de esa mayor integración, se crearon fondos de cohesión que han contribuido al desarrollo del Mercado Único. Pero el mundo ha cambiado profundamente durante esas cuatro décadas y resulta fundamental establecer nuevas reglas de juego y nuevos objetivos para el conjunto de países de la Unión.

Los sucesivos Informes y Planes de acción que se han publicado no fueron concebidos con objetivos fijos en el tiempo ni con herramientas inmutables para conseguirlos. Por el contrario, se han ido modificando en la medida en que la propia realidad económica y política ha ido cambiando, lo que aconseja llevar a cabo una actualización de objetivos y herramientas de política.

Se han producido avances en la homogeneización de la legislación. No obstante, con 27 países y una prolija legislación sobre muchos temas, resulta lento y costoso una mayor integración y un mejor aprovechamiento de las economías de escala asociadas a un mercado único.

Uno de los elementos que se han modificado profundamente es la escala demográfica y económica internacional. En las tres últimas décadas el tamaño de la UE comparada con las economías asiáticas y EEUU se ha reducido notablemente. La población está disminuyendo y envejeciendo aceleradamente. Durante los últimos 25 años el PIB per cápita creció en EEUU un 60%, mientras que el de la UE lo hacía en un 30%.

El funcionamiento de la UE y las relaciones internacionales con otros territorios, se ha basado en un sistema de normas que se respetaban. Sin embargo, la irrupción de la política y la destrucción del sistema de normas ha cambiado profundamente el panorama. La invasión de Ucrania y la modificación de fronteras son un ejemplo. Por estas razones, la UE debe seguir persiguiendo unas relaciones basadas en las normas y su respeto y continuar con las políticas de libre comercio y de apertura al resto del mundo.

Con el objetivo de facilitar acuerdos, en su concepción inicial finanzas, comunicaciones y energía, fueron excluidos. Sin embargo, son sectores en los que las economías de escala son enormes y reclaman una mayor integración para poder aprovecharlas. En general, todo el sector de servicios no turísticos necesita una profunda modificación para estimular la competencia y el crecimiento.

El Mercado Único fue definido bajo cuatro principios de libertad: el movimiento de personas, de bienes, de servicios y de capital. Estos principios encajaban bien con el funcionamiento de la economía en el siglo pasado. Pero la acelerada digitalización ha transformado los bienes y servicios y establecido nuevas relaciones entre los agentes. Hay que añadir, además, el papel central del medio ambiente. En particular, la economía circular está llamada a jugar un papel clave para hacer compatible el crecimiento con respeto al medio ambiente.

A las cuatro libertades existentes, recogidas en el Mercado Único, es necesario añadir una quinta: investigación, innovación y educación. En anteriores legislaturas, el Parlamento Europeo aprobó varias normas referidas al universo digital: Mercado Digital, Servicios Digitales, Inteligencia Artificial y Datos, que representan pasos cruciales para el desarrollo de una estrategia digital moderna, actualizada, que permite una mayor autonomía digital y tecnológica. La introducción de una quinta libertad permitiría complementar las actividades desarrolladas en I+D, Datos, Computación Cuántica, Biotecnología o la nueva y pujante área de Espacio, en donde la UE presenta un notable retraso respecto de EEUU o China. El uso de nuevos y sofisticados servicios de salud generan una creciente demanda de componentes que están siendo externalizados a empresas localizadas fuera de la UE, con lo que corremos el riesgo de ir perdiendo peso en las cadenas de valor globales en las áreas de salud y biotecnología.

Dos elementos aparecen, con carácter general para todos los sectores, cruciales para ganar competitividad. En primer lugar, el tamaño del mercado y en segundo lugar una legislación única para reducir costes de transacción. Respecto del primero, las ganancias de productividad y la reducción de costes son esenciales para que las empresas sean más competitivas. Pero esta ganancia en tamaño debe ser compatible con la existencia de una red de pymes innovadoras que interactúen y complementen el papel de las grandes empresas. Necesitamos grandes empresas que tengan como referencia para sus tamaños el conjunto del Mercado Único. En un mundo globalizado con grandes grupos de empresas de EEUU y China, el mercado objetivo no puede ser de ámbito nacional, dentro de las actuales fronteras. Por el contrario, debe ser el Mercado Único la referencia en cuanto a tamaño, al menos.

Y en segundo lugar, muchas localizaciones fuera de la UE han sido elegidas por empresas europeas para establecer sedes, centros de investigación o de producción de bienes y prestación de servicios. Reducir las normas y las cargas burocráticas resulta fundamental para reducir costes y hacer a nuestras empresas más competitivas. Regulaciones que se solapan y crecientes complejidades administrativas impulsan a muchas empresas a establecerse fuera de las fronteras comunitarias.

Las tareas a implementar en el futuro son de una gran complejidad. Pero el futuro de la UE está en juego y los retos a superar deben representar un estímulo para acometer las reformas y trazar un futuro mejor.

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