La agricultura europea grita basta
Todas las organizaciones agrarias de la Unión Europea se manifiestan juntas en Luxemburgo para pedir una solución a la crisis · De España asistieron más de 300 personas, 260 de ellas de Asaja
Luxemburgo es uno de los países más pequeños de Europa. Sólo tiene 2.500 kilómetros cuadrados y de ellos sólo el 24% está dedicado a la agricultura, con la cebada o la vid entre sus cultivos principales. En este estado donde la agricultura tiene un peso escaso en términos relativos, se produjo ayer una de las manifestaciones del sector más importantes de la historia europea. No por su dimensión, ya que fueron unas 3.000 personas, sino por su significado. Es la primera vez que se reúnen agricultores de toda Europa para protestar, no por la situación de una actividad en concreto, sino por la crisis que están viviendo todos los sectores. Fue una concentración multinacional para defender la agricultura en su conjunto. Y fue en Luxemburgo porque en el edificio Kirchberg, situado a las afueras del centro, es donde se reunió ayer el Consejo de Ministros de Agricultura de los 27.
Al acto, organizado por la organización que agrupa a los agricultores y cooperativistas europeos, COPA-Cogeca, asistieron más de 300 españoles, 260 de Asaja y el resto de la UPA y, en menor medida, COAG. De ellos, aproximadamente un tercio eran andaluces. A la una de la tarde, cuando comenzaba la manifestación, los españoles ya se hacían notar. No eran los más numerosos, ya que había unos 500 franceses y el mismo número de alemanes, pero sí los que hacían más ruido. A lemas ya clásicos como Por la supervivencia del campo andaluz se sumaron otros como Nada a la dentadura sin agricultura,El fruto de nuestro trabajo o Los agricultores en crisis. Junto a ellos figuraban otros en todos los idiomas de la UE, entre ellos uno muy significativo: No farmer, no food (no agricultores, no comida).
La frase resume muy bien el sentido de la manifestación. Como dijo en su alocución Pedro Barato, presidente nacional de Asaja, "si queremos tener futuro, tenemos que arreglar el presente" Ese presente está marcado, sobre todo, por el hundimiento de los precios en origen, que está asfixiando al agricultor y que está provocando, según los convocantes, el abandono progresivo del campo.
Una ilustración de una pancarta resumía muy bien esta idea. Aparece un olivo con una etiqueta y un precio: cero euros. El olivar es uno de los sectores clave para España, y el lácteo, para toda Europa. Para demostrar su protesta, los perjudicados por esta crisis trajeron más de una y más de dos vacas, y un camión impregnó de olor a leche todo el aparcamiento del Kirchberg, donde se celebró la manifestación. El color lo pusieron, también, los más de 150 tractores que se apostaron en el recinto y los peculiares agricultores alemanes y austriacos que fueron uniformados con un chubasquero negro largo y un gancho para ovejas. A lo largo de la concentración, se pudieron escuchar discursos en prácticamente todos los idiomas europeos. Entre ellos, tres españoles: el mencionado de Pedro Barato, el de Lorenzo Ramos, de UPA, y el de Rafael Hernández, de COAG. Ramos pidió a los ministros europeos que recuperen el mismo espíritu que llevó a la fundación de la Política Agraria Común; Hernández dijo que la UE había aplicado para los agricultores la misma receta que para evitar la crisis financiera, pero al revés. Exigió, por el contrario, una garantía para mantener las renta y lograr precios justos.
Por la parte andaluza, Ricardo Serra, que lideró la delegación regional de Asaja, afirmó que la agricultura vive "una crisis profunda" que corre riesgo de "ir a un punto de no retorno" si no se le pone solución. Pidió, como primera medida, un marco adecuado para los "escandalosos" márgenes entre los precios en origen y los que llegan al consumidor, sobre todo en lo que se refiere a productos perecederos. "Es una mentira absoluta que seamos uno de los sectores que mejor resiste la crisis; somos el último eslabón de la cadena, y soportamos la presión a la baja, en precios, de la gran distribución, y además traen productos de otros sitios: los agricultores que cultivan la patata en el Valle del Guadalquivir está mal porque las grandes superficies traen patatas francesas que llevan cinco meses en almacén", dijo.
Tras la manifestación, un grupo de productores de leche rompió los cordones policiales para intentar irrumpir en la sala donde se celebraba el Consejo de Ministros. Sin embargo, la situación se tranquilizó un poco después y no se registraron ni detenciones ni heridos.
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