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Aceites de oliva de diseño para abaratar el producto: así funciona el fraude que denuncia Dcoop

La principal cooperativa del sector asegura que muchos operadores hacen mezclas con orujo, girasol o cárcamo, algo prohibido en España, de tal forma que no se detecten en análisis y paneles de cata

Dcoop, el mayor productor del mundo, denuncia que hay mucho fraude en el aceite de oliva: "Se mezcla con orujo o girasol"

Producción de aceite de oliva en una almazara / Archivo

Sevilla/ Dcoop, principal productor mundial de aceite de oliva, ha lanzado la voz de alarma sobre un tipo de fraude que, según asegura la cooperativa, es bastante habitual en el sector y que es exclusivamente económico. Es decir, no afecta a las categorías del producto (siempre se ha hablado de un engaño según el cual se vendía aceite virgen como virgen extra, por ejemplo) ni a la salud del consumidor.

¿En qué consiste, entonces? Desde la compañía se explica que la práctica –dice que muy conocida por los corredores de aceite de oliva-- consiste en refinar el producto mezclándolo con otras grasas, como orujo, girasol, cártamo y otros óleos de semillas, algo que, recordemos, está prohibido en España. Se hace con mucho cuidado, de tal forma que los componentes del aceite, como el ácido oleico, linoleico o palmítico están al límite de la categoría que corresponde Es decir, cumplen la normativa, pero por muy poco. Eso es algo tan frecuente, según Dcoop, que resulta muy sospechoso.

El otro indicio que lleva a Dcoop creer que existe un fraude es que en el mercado de origen, el aceite lampante –el de peor calidad y que es necesario refinar para que sea apto para consumo humano- ha estado a un precio más alto que el refinado. Es algo ilógico, porque para obtener el refinado es necesario un proceso industrial que lleva un coste. “Si el lampante está a siete euros –se explica desde Dcoop-- lo lógico es que el refinado esté, por ejemplo, a 7,20, si el proceso de refinado cuesta veinte céntimos”. El hecho de que el lampante sea más caro hace sospechar a Dcoop que la industria usa otros aceites mucho más baratos para bajar el precio del refinado.

La principal patronal afirma que Dcoop hace daño al sector con sus declaraciones pero admite "anomalías" que han ido a menos en los últimos años

Dcoop afirma que está situación abarata los precios en los lineales de forma artificial y “echa del mercado” a los operadores que lo hacen bien. Un momento como este, continúa, es crucial, ya que ahora está entrando el producto de la nueva campaña y están descendiendo de las cotizaciones. La bajada, con este tipo de prácticas, iría más allá de la lógica que marca el mercado, según Dcoop.

Dcoop pide controles de la administración que no se centren únicamente en el panel de cata, que no detecta este tipo de fraude. “Están mucho con ese tema, pero lo que sirve es para tapar el otro; los controles se hacen en el punto final pero no se vigila el proceso”, se afirma desde la compañía. En concreto Dcoop pide que se actúe sobre la trazabilidad: es decir, que desde que el producto sale de la almazara se controle que no sufre ningún tipo de alteración hasta llegar al lineal. “En el sector se habla habitualmente de aceites de oliva de diseño o desodorizados, un aceite manipulado al que se le camuflan los defectos de alguna manera”, explican las fuentes.

A este respecto, un estudio encabezado por el consultor Juan Vilar de hace dos años aseguraba que, aunque los aceites de oliva cumplían con los requerimientos de la norma de calidad, había casos en los que se encontraban "al límite" y por eso recomendaba "un sistema de autocontrol y certificación de proceso y producto" que calificaba de "vital" para el sector español y que debía incluir a todos los operadores.

Existe, impulsada por Patrimonio Comunal Olivarero (entidad sin ánimo de lucro dedicada a promocionar el producto y colaborar con los actores de la cadena), una certificación de trazabilidad que permite controlar todo el proceso, y “y que si salen 15.000 litros de aceite de unas determinadas características lleguen a su punto final ese mismo aceite y no 20.000 litros con otras características”. El problema, afirma Dcoop, es que este sistema es voluntario y, de momento, solo se han adherido dos empresas, Deoleo y Dcoop, a pesar de que todos los operadores está en esta entidad.

Recordemos que las principales patronales del aceite de oliva, Anierac (que agrupa a los envasadores) y Asoliva (que agrupa a los exportadores), así como el ministro de Agricutura, Luis Planas, cargaron este jueves contra la cooperativa Dcoop (principal productora del mundo) y negaron que exista fraude en el sector.

El ministro de Agricultura, Luis Planas, pidió a Dcoop que diera nombres y en tal caso sí actuaría pero consideró "irresponsable" lanzar denuncias sin pruebas por el daño que hace al sector. El día anterior, Antonio Luque, presidente de Dcoop, reconoció que no tenía tales pruebas pero sí "indicios muy sólidos" de que el fraude existía.

Las patronales, por su lado, anunciaron que tomaran las medidas oportunas ante esta "falsa denuncia" y aseguran que cuentan con "procedimientos propios de autorregulación para garantizar la máxima calidad y seguridad en sus productos y proceso". El director general de Anierac, Primitivo Fernández, aseguró en declaraciones a la web especializada en información económica sectorial Alimarket que las declaraciones de Luque a la prensa son "irresponsables" y "hacen daño al sector".

Admitió, en cualquier caso, que Dcoop ha trasladado al Ministerio de Agricultura su preocupación y que las "anomalías" existen, aunque han disminuido en los últimos años. "En Anierac, estamos dispuestos a colaborar, como hemos hecho siempre. Tenemos un servicio de autocontrol y, cuando hemos tenido indicios de alguna irregularidad, lo hemos puesto en conocimiento de las autoridades, para que verifiquen. En los últimos años, hemos detectado menos anomalías"

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