“Vamos a relajar la convergencia de la PAC en 2022 de un 10% a sólo un 3%”
Luis Planas Puchades | Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación
Sevilla/El sector agrícola y ganadero vive un momento crucial, porque antes de final de año debe redefinirse por completo la PAC. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas Puchades (Valencia, 1952), aborda éste y otros temas relevantes en esta entrevista, realizada aprovechando su reciente visita a Andalucía esta semana.
–Ha estado esta semana en Andalucía inaugurando el 6º Congreso Internacional de Frutos Rojos, en Huelva. ¿Cómo ve el sector?
–Correcto. Es un sector clave en la producción andaluza, en este caso onubense, y nacional. Probablemente es uno de los sectores más innovadores en el sector agroalimentario español, donde hay más I+D+i. Y básicamente es un sector exportador. La mayor parte de su producción sale al exterior. Esta última campaña se han exportado en total más de 420.000 toneladas, con un valor de 1.450 millones de euros y con una subida respecto a la anterior. Por otra parte es un sector muy profesionalizado, muy organizado y muy volcado al mercado. Es un buen ejemplo de sostenibilidad económica, ambiental y social. Me congratula los pasos adelante que le he visto dar en los últimos 30 años.
–El sector se queja de que ha sufrido campañas de descrédito, al haberle acusado de trato esclavista, incluso desde países de la UE ¿Qué está haciendo el Gobierno por cambiar esto?
–Justamente en mi intervención en Huelva el miércoles destaqué los tres pilares que me parecen de futuro. Lo primero, que los agricultores necesitan rentabilidad, por tanto sostenibilidad empresarial. O hay beneficio o no hay futuro. Y este un sector consolidado en la creación de valor. Pero hay dos aspectos más que son más importantes si cabe de cara al futuro. Uno es el ambiental. También el sector ha estado, aunque no lo haya mencionado usted, a la disponibilidad de agua. La preservación del suelo, del agua, del aire, de la biodiversidad y del paisaje son elementos no opcionales. Son una inversión de futuro y no una obligación. Porque los problemas de riego han afectado a la imagen comercial del sector. Del mismo modo, y no lo aplico sólo a Huelva sino a todo el sector agrícola de España, está el capítulo social. Es muy importante. La mayor parte de agricultores y ganaderos españoles cumple la legislación de seguridad social o de seguridad e higiene. Ahora, hay que llevar mucho cuidado. Mi llamada como ministro, y soy el primero en defender al sector, siempre es que no se trata sólo de cumplimiento, sino de imagen del sector. Porque en la venta de productos alimentarios en el mundo se tiene en cuenta el precio, la calidad, sabor o presencia, pero también dónde y cómo se ha producido. En el caso de la fresa de Huelva ha habido progresos impresionantes en esos tres factores y creo que eso hay que reconocerlo.
–Enfatiza la importancia de dónde y cómo se produce. El sector agrícola se queja de productos, como el tomate, con gran relevancia para Almería, se queja de que no se cumple la legislación respecto a la entrada de producto, singularmente de Marruecos, y la diferente exigencia que tiene lo producido en España y la UE y en terceros países.
–Este es un tema clave. Que estamos discutiendo en la reforma de la PAC que entrará en vigor a partir de 2023. Está presente en casi todas las sesiones del consejo de ministros de Agricultura de la UE y que también se discute en el Parlamento europeo. Y con razón. La UE es el bloque de países del mundo que más exporta e importa dentro del mercado agroalimentario. Y dentro de la UE, España es un país clave. Es el cuarto exportador de la UE y octavo del mundo. A 30 de junio, en doce meses móviles, hemos exportado 57.000 millones de euros, con un saldo favorable neto de 20.400 millones. Un dato histórico. Tenemos intereses tanto ofensivos como defensivos. Dónde está el tema. La UE ha ampliado su red de acuerdos. Y eso nos permite acceder a mercados en los que antes estábamos poco presentes. Dos ejemplos: Canadá y Japón. Y ha sido positivo para el aceite de oliva, vino o en cítricos. Es la parte ofensiva. La otra cara de la moneda es lo que importamos. Y ahí la clave es lo que se denomina de la granja a la mesa, y las exigencias a nuestros agricultores. Esas exigencias reforzada en fertilizantes, fitosanitarios, plaguicidas, antibióticos, o de ampliar la agricultura ecológica, suponen aumentar costes de producción. La posición de España y la mía como ministro, alienada con Francia, es que haya reciprocidad. Los productos de países terceros tienen que tener las mismas exigencias.
–Al sector le preocupa el etiquetado de productos de terceros países como producidos de aquí.
–Tenemos grandes exigencias importando productos. Y por eso rara vez hay escándalos alimentarios. O en el control de plagas, donde hay niveles muy altos. Y en algunos productos reforzados. Pero eso no significa que todo esté resuelto. Lo que hay que mejorar es la interacción entre los estados miembros y la UE, como mercado único. Que el control fronterizo sea el mismo en todos los países.
–¿Y el etiquetado?
–Es una obligación el etiquetado de origen. Tenemos que exigir precisión en la etiqueta. Lo hemos hecho con la miel que importamos de China. Ahora en la UE vamos a reforzar la garantías del etiquetado comercial que ve el cliente, para se conozca el origen. Hay una tendencia positiva a valorar los productos de proximidad, y la pandemia lo ha acentuado. Las etiquetas tienen que dar información clara sobre composición, calidad y origen. Tenemos un ejemplo concreto: la nueva norma de calidad del aceite de oliva, que sustituye en 2021 a la 1983. Y las medidas miran por el sector y su producto premium, pero también por el consumidor, que sepa claramente qué contiene la botella.
–Ha citado ya el momento crucial que vive la agricultura y la ganadería por la reforma de la PAC. ¿Cómo va la relación al respecto con la Junta de Andalucía?
–El sector español está muy volcado al mercado. En la media de los 27 miembros de la UE, el peso de la PAC en los ingresos de agricultores y ganaderos es de media un 33%. En cambio, en España es sólo un 22%. Pero eso no significa que tengamos menor dotación en la PAC. Tenemos 47.724 millones para el periodo 2021-2027 y somos junto a Francia y Alemania quienes más percibimos en términos absolutos. No es ése el problema. Tenemos un sector muy competitivo y volcado al mercado, pero en el que la PAC juega un papel fundamental, con dos grandes novedades, el Plan Estratégico Nacional, que tenemos que presentar a Bruselas para su aprobación en diciembre, y la orientación ambiental. Gracias al primero tenemos una radiografía del sector, con un análisis DAFO, para conocer debilidades, fortalezas y oportunidades. Hemos identificado mejor a los agricultores perceptores de la PAC. España está compuesta por 17 comunidades autónomas con visiones muy dispares.
–¿Fruto de su diversidad?
–Sí, diversidad de explotaciones, de condiciones de producciones. Cuando se habla de agricultor profesional, se interpreta diferente depende de dónde estemos. En España hay 630.000 perceptores de la PAC. Si únicamente tuviésemos en cuenta a aquel que se dedica exclusivamente a la actividad agraria, bajaríamos a un tercio, unos 210.000, que percibirían más. ¿Sería esto justo y eficaz? Creo que no. Y Andalucía es un buen ejemplo, porque tenemos todas las realidades: grandes explotaciones tremendamente productivas y competitivas, explotaciones medias y muchas pequeñas, donde los ingresos principales del agricultor o ganadero provienen de otra actividad. Y yo coincido con la Junta de andalucía que a todos esos no se les puede dejar fuera de la PAC.
–¿Están en una fase de diálogo?
–Estamos en una fase muy constructiva. No sólo de diálogo, sino de acuerdo. En julio pactamos las bases de la PAC en la conferencia sectorial, aunque es verdad que hay un capítulos que seguimos negociando que aún no estaban suficientemente definidos, que son los ecoesquemas. En lo fundamental estamos de acuerdo.
–Detállelo.
–El primero es quiénes son los perceptores y el segundo es cómo se estructuran las regiones de pago de la PAC. Actualmente tenemos 50. La CE y el tribunal de cuentas europeo nos piden que se reduzcan porque no creen que haya tanta diversidad, porque el siguiente país que tiene varias es gracias es 3. Yo he propuesto una transición suave para que España tenga en la próxima PAC 20 regiones. Y el tercer elemento son los niveles de convergencia, que ha sido objeto de mucho debate. Los ministros de la UE y el Parlamento acordamos que al final de esta PAC la convergencia fuese del 85%. Llegamos al acuerdo con las autonomías que alcancemos el 100% en el año 29, en la próxima PAC. En el 2021 hemos tenido el 70%, tenemos cinco ejercicios para lograrlo. Lo que voy a hacer es que para las declaraciones del año 2022, el decreto fije que en lugar del 10% previsto, del 70% al 80%, el incremento de la convergencia será únicamente de un 3%.
–¿Y los ecoesquemas?
–Ahí llegaré. Me faltan dos escalones. Hay un cuarto tema que es el pago redistributivo. Hemos establecido que habrá un mínimo del 10% de los pagos directos que irán a ese pago redistributivo de las primeras hectáreas. Es una novedad importante, porque es positivo en una lectura andaluza de la PAC, porque favorece a muchas pequeñas explotaciones. Para completar el cuadro, las ayudas acopladas, dirigidas básicamente al sector ganadero. Resalto dos: la del vacuno de leche, y también la del sector ovino caprino, y el del olivar tradicional.
–Ecoesquemas, ¿ahora sí?
–Vamos con los ecoesquemas. No son pagos vinculados como el pago verde, sino pagos a prácticas ambientales no vinculadas a las regiones. El Gobierno pretende que todos los agricultores tengan a su disposición la posibilidad de un ecoesquema. Hay dos grandes categorías, los de fijación de carbono o agroecológicas. A su vez hemos definido 8 tipologías de uso del suelo: pastos húmedos, mediterráneo, en secano se diferencian dos, el que tiene cierto nivel de publiometría y el secano puro y puro y duro, y el regadío. Y tres categorías para cultivos permanentes según la pendiente. Tendremos anualmente 1.107 millones de euros a disposición de agricultores y ganaderos del conjuntos de los 4.800 millones anuales de ayudas directas que serán aplicados a los ecoesquemas. Espero que en la Conferencia Sectorial de octubre se le puedan dar el visto bueno. A partir d ahí habrá un gran trabajo colectivo de Gobierno, autonomías y organizaciones agrarias para dar información y asesorar en su aplicación.
–¿El mensaje es que no sea menos renta para el agricultor?
–Es lo que estamos pretendiendo con este diálogo constructivo entre el Gobierno y la Junta. Que haciendo las prácticas ambientales, haya un resultado final lo más próximo posible, y si es posible superior, a las percepciones anteriores.
–¿Está haciendo el Ministerio alguna gestión para agilizar el trámite (la publicación por parte de la Comisión Europea del acto delegado de lo establecido en el reglamento comunitario 787) a fin de que el Brandy de Jerez pueda incorporar al etiquetado el indicativo de su vejez promedio?
-El Ministerio consiguió en 2019 que en el reglamento de bebidas espirituosas se reconociera la singularidad del método de elaboración de criaderas y solera del Brandy de Jerez y español y que se incluyera en el mismo el mandato de que la Comisión elaborara un acto delegado para incorporar la vejez promedio en el etiquetado del brandy. Desde la aprobación del Reglamento, el Ministerio se ha dirigido a la Comisión Europea trasladándole la importancia que tiene ese Acto Delegado para el brandy español y solicitando que se publique con rapidez. En ese sentido, hemos trabajado con el sector en el documento que recoge las peticiones españolas.
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