La UE, a la espera de que el pueblo griego se pronuncie
Tsipras ha planteado una consulta sobre unas propuestas que ya no existen. Aunque según los tratados no se puede salir del euro, el Eurogrupo plantea la posibilidad de echar a Grecia.
Los líderes europeos están a la espera de que el pueblo griego se pronuncie sobre unas propuestas que ya no existen, y de conocer un resultado con el que tanto la Unión Europea (UE) como Grecia entran en territorio desconocido. El pulso entre el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, y la Comisión Europea (CE) y el resto de los socios de la Unión, en especial con los otros 18 que comparten el euro, está en teoría a horas de resolverse respondiendo con un simple "sí" o "no" a una compleja situación con un impacto político y económico profundo en el largo plazo para todos.
El Gobierno izquierdista de Tsipras ha planteado una consulta sobre la última oferta de la eurozona respecto a las medidas a aplicar dentro de las condiciones asociadas de su segundo rescate, expirado a la medianoche del pasado martes, y que por lo tanto para los demás países de la zona euro son ya irrelevantes.
Durante meses Atenas y las instituciones acreedoras internacionales, es decir el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) con la CE como mediadora, y los demás socios del euro, han mantenido un tira y afloja cada vez más áspero, sin resultados y plagado de críticas mutuas a los contenidos y a las formas negociadoras de cada una de las partes. Por el momento la confusión y la perplejidad generalizada son la nota predominante ya que aún no se ha explicado ni a griegos ni al resto de los europeos lo que ocurrirá en términos reales si gana el sí o el no y cómo impactará en el club europeo.
Desde la CE, su presidente, Jean-Claude Juncker, ha planteado la consulta en términos de que un sí supone seguir contando con los griegos en la familia europea, mientras que el no les llevará a un territorio que nadie ha sabido definir. "Les pido a los griegos que voten que sí, sea cuál que sea la pregunta, que voten que sí porque lanzarán un mensaje de que quieren seguir con la eurozona y la familia de la Unión Europea", dijo Juncker esta semana. Preguntado por el significado del "no", el presidente de la CE dijo que "significaría que Grecia dice no a Europa".
Tsipras y su Gobierno, por su parte, se han planteado su sorpresiva convocatoria de referéndum (Atenas lo hizo cuando en Bruselas se acercaban más las posiciones) como una manera de lograr una posición negociadora más sólida, de cara a introducir la cuestión de la reestructuración de la deuda de su país. Sin embargo, el presidente del Eurogrupo (el foro informal que reúne a los diecinueve socios del euro), el holandés Jeroen Dijsselbloem, ha dicho al parlamento neerlandés que un no supondrá abrir la cuestión de si Grecia continúa o no en el euro. "Estoy dispuesto a ayudar a los griegos, si los políticos griegos y el pueblo dicen que están preparados para aceptar algunas medidas. Si dicen que no quieren, entonces la cuestión es si queda aún lugar dentro de la zona del euro para Grecia", señaló.
Ese escenario, sin embargo, lleva a un limbo, ya que si bien los tratados de 2009 prevén que un país pueda salirse de la UE a petición propia, el proyecto político y económico que significa tener una moneda única se ha planteado como irreversible. Las autoridades griegas ya han avanzado que estudian las medidas legales contra las instituciones europeas, incluyendo llevar el caso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (UE), si finalmente el temido grexit sucede.
Los últimos sondeos revelan que el sí y el no están prácticamente empatados, con una diferencia de décimas. Según una encuesta del instituto demoscópico Public Issue para el diario Avgi, el órgano de Syriza, el 43% de los griegos respalda el no y el 42,5% apoya el sí. El total de indecisos ronda el 9%. Un resultado similar, aunque con una ligera ventaja del sí lo da la empresa Alco para el diario Proto Thema, con un 41,7% que apoya la propuesta de acuerdo y el 41,1% que la rechaza. En esta encuesta, un 10,7% se declara indeciso.
En el plano económico, los analistas de Standard and Poors han estimado que un grexit dañaría fundamentalmente a la economía, los bancos y las empresas griegas, mientras que para el resto de la zona euro el impacto será contenido. Los expertos de esa agencia estiman que el PIB de Grecia bajaría el 25% en los dos años siguientes a su salida, la inflación llegaría al 6% y el desempleo al 29% en el mismo periodo, en un entorno totalmente degradado para la economía helena, y en el que la nueva moneda quedaría muy devaluada frente al euro, exacerbando la situación aún más. Para el resto de la eurozona, teniendo en cuenta que Grecia pesa el 2% del PIB global europeo, el impacto del grexit sería de entre el 0,2 al 0,3% de ese indicador, aunque serían las economías periféricas las más afectadas y además se rompería el principio de la irrevocabilidad del euro, agrega Standard.
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